El proyecto de ley más trascendente que tiene en tratamiento la Legislatura provincial está paralizado y por el momento nadie parece tener la llave para destrabarlo. Para que quede claro que no es un proyecto más, sólo basta mencionar que de su aprobación dependen obras de infraestructura por 982 millones de pesos según la versión original y por 2.200 millones en la versión corregida y aumentada por la Cámara de Senadores, que le dio media sanción hace tres semanas.
Según confirmaron a este diario fuentes del oficialismo y la oposición, la paralización se debe a un clásico de esta Legislatura: las diferencias entre los senadores y los diputados del justicialismo. Ambos detentan la mayoría de la oposición en las cámaras, pero en más de una oportunidad los intereses de unos y otros chocan, como en este caso.
La historia, en resumidas cuentas, es esta. En diciembre se aprobó el Presupuesto 2014. Una de las perlitas de ese presupuesto es que la Casa Gris había solicitado autorización para endeudarse a largo plazo para financiar grandes obras de infraestructura por unos 985 millones de pesos y los senadores, en particular los de la oposición, en un acto de generosidad sin antecedentes rastreables, ampliaron esa cifra hasta 2.200 millones, además de guardarse una carta en la manga. También impusieron como condición que antes de emitir la deuda o tomar el préstamo, el Ejecutivo debía volver a la Legislatura con un preciso punteo de las obras a financiar.
Cuando en marzo ingresó el mensaje con ese detalle, en el cual el gobierno disponía usar un primer tramo de 982 de los 2.200 millones autorizados en general, los senadores jugaron la carta que tenían en la manga: le agregaron una larga lista de obras públicas elegidas por ellos para cada uno de sus departamentos cuyo financiamiento consumía el resto del crédito autorizado en el proyecto de Presupuesto 2014: es decir la friolera de 1.200 millones en obras que van desde la compra de una ambulancia para un pueblo, hasta refacciones de salas de salud, desagües, arreglo de rutas, etcétera. Los diputados peronistas pusieron el grito en el cielo. Acusaron a sus colegas del Senado de no consultarlos, de excluirlos de las decisiones.
Trabado
Consultado por este diario, el presidente de la Cámara de Diputados, Luis Rubeo, confirmó que el proyectó se trabó. “Lo veo muy verde (que se apruebe). Hasta que no se abra una instancia de consenso va a ser complicado que salga adelante. Los senadores le hicieron una serie de agregados, lo que a ellos le gustaba, cosas sin explicación”, indicó.
La posición de los diputados del justicialismo (28 de las 50 bancas) es clara entonces: quieren un acuerdo que exceda la Cámara de Diputados e involucre al oficialismo y los senadores.
También el diputado socialista Eduardo Di Pollina confirmó que el proyecto sufre demoras. Si bien se excusó de hablar de las diferencias entre diputados y senadores del peronismo, reconoció que conocía del malestar de sus colegas del PJ por la forma en que el Senado santafesino modificó el mensaje de la Casa Gris sin previa consulta.
Salidas posibles
En un principio los diputados del PJ sopesaron quitar lo agregado por los senadores y devolver a la Cámara alta el proyecto tal cual lo envió el Ejecutivo. Luego de repasar casos anteriores, concluyeron que esa estrategia está condenada al fracaso, porque el Senado insistiría con su proyecto y, por su condición de cámara de origen, después de cinco votaciones terminaría imponiendo su criterio.
Así terminó la película del presupuesto 2012, proyecto que requirió esa cantidad de pases de una cámara a la otra fruto del estruendoso choque de intereses de senadores y diputados justicialistas.
“¿Por qué los senadores sí y nosotros no, si también somos mayoría en la Cámara?”, preguntan los diputados del PJ a quien quiera escucharlos.
La semana que pasó empezaron a estudiar opciones. Una posibilidad es que se sancione el mensaje del Ejecutivo (esas obras no son objetadas) y aparte se rediscuta un paquete de proyectos a sugerencia de la Legislatura; otra salida es que el Senado acepte abrir el listado para que los diputados puedan hacer sus aportes.
El tiempo es veloz
En medio de ese tironeo, el oficialismo provincial lidia con sus urgencias. Del amplio racimo de proyectos que tiene en la Legislatura, éste es el más trascendente por lejos, ya sea por la magnitud de las obras como por la cifra que está en juego. Si la oposición no salda sus diferencias, el oficialismo tendrá que ingeniárselas para ofrecer una salida de emergencia.
Por otra parte, es de esperar que cuanto más tiempo transcurra, crecerá la presión para destrabar el aval a megaobras que ya tienen financiamiento gestionado y que son largamente esperadas por las comunidades a las que van a beneficiar, como el caso del Acueducto del Gran Rosario para satisfacer la escasa o nula provisión de agua potable en el oeste y sur de la ciudad y localidades vecinas.