La empresa Agro Aceitunera Nucete negociaba con la Nación un préstamo de 6,2 millones de pesos y la reapertura del comercio de esos productos con Brasil, mientras los trabajadores que quedaron sin empleo por el cierre de la planta dijeron que viven una situación «crítica». De todas formas, la abogada de la empresa, Ruth Borda, aseguró que Nucete «está lejos de la quiebra» y que «hay voluntad de seguir adelante».
Esta fábrica olivarera, la más importante del país, dispuso el cese de actividades por tiempo indeterminado y dejó a unos 550 operarios de la localidad de Arauco en situación crítica. Borda dijo que la empresa necesita el préstamo del gobierno pero no está dispuesta a garantizarlo con su producción de aceitunas porque «es el único elemento que tiene la empresa para seguir trabajando».
En cambio, Nucete propone poner como garantía cinco propiedades inmuebles que posee en la zona, ubicada a unos 130 kilómetros al norte de la capital riojana. Además, «necesitamos que se abran las exportaciones con Brasil», dijo, ya que el 75 por ciento de las exportaciones de la firma van al vecino país.
Borda explicó que «el principal problema» que afronta la compañía es que no puede pagar los sueldos, algo que están reclamando los trabajadores «en su justo derecho», dijo, y por lo que venían realizando paros.
«La empresa no tiene para pagar los haberes (entonces), para qué va a hacer trabajar a los empleados. El 5 (de julio) se cobra y la empresa no podrá pagar, entonces el 6 se comenzará con otro paro», explicó la letrada.
Tras las negociaciones paritarias, la firma debería afrontar un aumento salarial del 18 por ciento. Marcelo Caminos, delegado del Sindicato de Trabajadores de la Alimentación, dijo que la situación «es crítica» y permanecen apostados fuera de la planta para «evitar un posible vaciamiento».
“La fábrica tomó esa actitud de sacar la gente y cerrar los portones. No cobramos y no sabemos si vamos a seguir trabajando”, indicó el delegado gremial con incertidumbre.
Cerró frigorífico en La Pampa y echó a los 295 obreros
La multinacional Cresud cerró ayer las puertas del frigorífico Carnes Pampeanas, el más importante de La Pampa, y despidió a los 295 empleados. La empresa argumentó dificultades en las exportaciones de carnes y firmó un acuerdo de indemnización para sus empleados. En rigor, la planta de faena, situada en proximidades de la ciudad de Santa Rosa, estaba paralizada desde hacía seis meses.
El secretario gremial del Sindicato de la Carne, Osvaldo Gómez, dijo que las indemnizaciones van de entre los 20 mil hasta los 140 mil pesos por cada operario, de acuerdo a la antigüedad y la categoría.
Esas sumas se pagarán hasta en diez cuotas, ninguna de las cuales podrá tener un valor menor a los cinco mil pesos. El gobierno provincial había ofertado un crédito a tasa subsidiada de 20 millones de pesos a Cresud para reactivar la planta, pero la multinacional lo rechazó.
En la provincia de la Pampa, cuatro frigoríficos –en Santa Rosa, Toay, Bernasconi y Speluzzi– están paralizados a raíz de crisis del sector cárnico.