Los táperes son utensilios muy utilizados para conservar alimentos, ya sea en el refrigerador o congelador. Aunque están regulados por la Unión Europea para garantizar su seguridad alimentaria, pueden deteriorarse con el tiempo y representar riesgos para la salud si presentan daños como grietas, manchas opacas o deformaciones.
La Autoridad Alimentaria Finlandesa y la experta Merja Virtanen advierten que un táper dañado puede liberar sustancias tóxicas como bisfenol A (BPA), ftalatos o microplásticos, especialmente al ser calentados. Estos compuestos pueden migrar a los alimentos y causar problemas de salud como inflamación digestiva, alteraciones hormonales, daño hepático y renal, e incluso enfermedades como diabetes, obesidad o cardiovasculares.
Se recomienda reemplazar los táperes dañados y optar por alternativas más seguras, como recipientes de vidrio, acero inoxidable, silicona o materiales orgánicos como la caña de azúcar, que son más duraderos y respetuosos con el medio ambiente.
