Hernán Pellerano se sintió aliviado. Como muchos de sus compañeros el ex Vélez celebró la victoria ante Argentinos con mucha euforia. Tras un Apertura para el olvido en lo grupal y lo personal, el defensor aseguró que el triunfo fue un desahogo, aunque ya deben tener puesta la cabeza en Boca porque aún no se ganó nada.
—¿Dónde ubicás esta victoria ante Argentinos?
—En lo más alto, después de tantas malas este partido lo tomamos como una final del mundo. Parece una exageración pero para nosotros era muy importante ganar. Lo que debemos saber bien es que no conseguimos nada. Apenas sumar tres puntos que son importantes pero van sólo dos partidos.
—Más allá de los tres puntos hay que rescatar que fue una victoria merecida, no llegó por casualidad o por una jugada fortuita.
—Puede ser, pero en el torneo pasado también hubo muchos partidos que fuimos superiores y por algún motivo no los podíamos ganar, por suerte ahora cambió todo y al fin se nos dio. Estamos mejor defensivamente, sin cometer errores, y la pudimos meter, que es importante.
—Cómo estás vos en lo personal, se te nota más seguro como primer marcador central.
—Uno no quiere poner excusas pero en el torneo pasado no tuve pretemporada y eso influyó en mi juego. Ahora me siento mucho mejor. Puede ser la posición, pero no me molesta jugar de segundo marcador. Además si el equipo gana todo resulta más sencillo.
—Martino insistió mucho en la necesidad de ganar en casa, ¿lo sentían así?
—Si no ganábamos el empate frente a Estudiantes no tenía tanto valor. El triunfo tiene un valor mayor porque ese punto de La Plata se ve más importante.
—La gente también necesitaba desahogarse tras diez partidos sin festejar en el Coloso.
—Era mucho tiempo sin ganar en casa. Lo de la gente fue impresionante siempre, inclusive nos acompañó cuando las cosas venían muy mal. Merecían que le dieramos una satisfacción. Ojalá sea sólo el comienzo de una buena racha.
—¿Por qué ganaron?
—Por insistencia, por estar ordenado y también prolijo. De tanto buscar en algún momento el gol tiene que llegar. Además en el torneo pasado defensivamente dimos algunas ventajas y esta vez estamos mucho más firme para sostener un resultado sin tirarnos tanto atrás. Antes si nos poníamos en ventaja nos tirábamos atrás por más que faltara media hora por miedo a que nos empaten. Ahora es distinto, hay otra mentalidad.
—¿Sentís que el equipo cambió tanto de un torneo a otro?
—No tanto, que hayamos ganado no significa que el torneo pasado fueramos un desastre. Creo que mejoramos en algunos aspectos, pero no podemos quedarnos en ganar un partido y punto. Obviamente hay otro técnico, que es un referente del club y tiene un prestigio ganado, hay otra cabeza, una buena pretemporada y todo eso repercute en el ánimo y en el resultado de lo que hacemos en la cancha.
—Ahora que ya pasó esa racha de 17 partidos sin ganar, ¿sienten alivio?
—Es un desahogo, sin dudas. El torneo pasado fue muy complicado, el día a día era muy duro. La familia también sufría. Era muy triste no encontrar un triunfo y el ánimo lo trasladábamos a casa. Parecía increíble, por eso esta victoria la festejamos más de lo habitual.