El presidente de México, Enrique Peña Nieto, presentó ayer una iniciativa de reforma constitucional para el sector energético que permitiría ampliar la participación de empresas privadas en la explotación petrolera y en la generación de energía.
Peña Nieto propuso reformar los artículos 27 y 28 de la Constitución para permitir “contratos de utilidad compartida” con particulares en hidrocarburos y petróleo, pero dijo que el Estado mantendrá “el control absoluto sobre el petróleo”, según la agencia de noticias DPA.
En materia de electricidad se permitirá “la participación de particulares en la generación”, aunque será el Estado el que tendrá “en exclusividad” el control del sistema eléctrico.
La propuesta, de gran relevancia en México, un país que expropió la industria petrolera de manos privadas en 1938, era esperada después de ocho meses de gobierno de Peña Nieto.
El anuncio se hizo ante miembros del gabinete e invitados especiales en la residencia de Los Pinos.
Ahora, el Congreso tendrá que discutir la reforma, para la cual se necesita la aprobación de dos terceras partes de las Cámaras.
El artículo 27 de la Constitución prohíbe concesiones y contratos con empresas privadas para el sector energético.
Peña Nieto busca también un nuevo régimen fiscal que reduzca las cargas de Petróleos Mexicanos (Pemex) y dotar de mayor autonomía a la Comisión Federal de Electricidad. Pemex “no se vende ni se privatiza”, enfatizó.
El ministro de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, dijo que México necesita poder asociarse con quienes tienen el capital, la tecnología y los conocimientos para explorar yacimientos no convencionales de hidrocarburos en aguas profundas y ultraprofundas del Golfo de México y en campos de gas.
“Está concluyendo para México la era de los yacimientos gigantes en aguas someras (poco profundas) que representaron petróleo abundante y con bajos costos de extracción”, dijo el funcionario, al hacer un diagnóstico de la situación actual.
Joaquín Coldwell, que fue el único orador además del presidente, dijo que Pemex necesita aliarse con otras empresas para ampliar su capacidad de ejecución porque actualmente “nadie se aventura solo” en proyectos de esta magnitud.
El funcionario afirmó que mientras la producción de energía crece en el mundo, México ha visto caer su producción de crudo en 835.000 barriles diarios en los últimos ocho años, además de que importa la tercera parte de su consumo de gas y el 49 por ciento de sus naftas.