Este martes la Justicia condenó a dos años de prisión en suspenso a un hombre de 44 años que en 2015 manejaba un auto y chocó contra un camión en Baigorria y Circunvalación. Llevaba a su hijo y cuatro compañeros del colegio de no más de 16 años que quedaron con distintas discapacidades después del impacto. Meses más tarde, uno de ellos, que había tenido que someterse a una traqueotomía para poder respirar, murió al ahogarse. El auto que manejaba había sido robado de una concesionaria –por lo que lo condenaron por encubrimiento– y un mes antes él había sido denunciado por su ex novia por violar una orden de prohibición de acercamiento.
Según explicó a El Ciudadano, la fiscal de la Unidad de Homicidios Culposos, Mariana Prunotto, el condenado, Gonzalo Avelle, manejaba un Toyota Corolla gris por calle Baigorria el 17 de octubre de 2015 cerca de las cuatro de la mañana. Al subir por la colectora de Circunvalación perdió el control y se estrelló contra la parte de atrás de un camión Iveco blanco. En minutos el Comando Radioeléctrico llegó al lugar y pidió ambulancias para atender a los chicos que estaban adentro del auto. Fueron trasladados al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) y el Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria.
Mientras investigaban el caso, la Policía descubrió que había un pedido de captura para el auto porque había sido denunciado como robado de una concesionaria en jurisdicción de la comisaría 17°. Sin embargo, los investigadores de la Fiscalía no encontraron evidencias de que haya sido Avelle quien lo robó y lo imputaron por encubrimiento. Lo que sí pudo cargarle fueron las lesiones graves a los chicos y la responsabilidad en el choque. Para esto último se basaron en las pericias y la entrevista con el chofer del camión que contó que lo impactaron desde atrás.
El juez Pablo Pinto firmó el acuerdo, un proceso abreviado, donde Avalle fue declarado responsable de las lesiones graves culposas en un accidente de tránsito agravado por la conducción de un vehículo y por encubrimiento. La condena fue de 2 años de prisión condicional, es decir, sin tiempo de cárcel a menos que vuelva a delinquir o incumpla las reglas de conducta: fijar residencia y no viajar por fuera del Gran Rosario sin antes avisar a la Oficina de Gestión Judicial (OGJ), hacer tareas comunitarias y participar de un curso llamado “de correcto uso de la vía pública” dictado por la Municipalidad de Rosario y el Gobierno de Santa Fe. También le cargaron los costos del proceso y lo dejaron con una inhabilitación de dos años para manejar.
