La Argentina dejó pasar un negocio de exportación de carne similar al que genera la Cuota Hilton por disputas políticas y demoras burocráticas. La denominada Cuota Hormona consiste en 20.000 toneladas de carne bovina de alta calidad con el beneficio de que no tienen arancel, de la que la Argentina aún no participa por lo que pierde un mercado que mueve u$s 340.000.000.
Tras dos años de gestiones de la Argentina para poder exportar carne bovina de feedlot a la Unión Europea, finalmente el bloque económico publicó ayer la habilitación a Uruguay y no a la Argentina para realizar esas operaciones. Hay varias versiones encontradas que hablan de desidia del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA) y de demoras administrativas que involucran al Ministerio de Agricultura. Lo cierto es que la Argentina, en medio de un año electoral, está enredada en disputas políticas “mientras que en Uruguay se exporta la mayor parte de la producción de carnes y por eso los negocios no se mezclan con la política”, dijeron a este diario desde el sector frigorífico.
La frase hace referencia a la disputa no saldada en el IPCVA, donde en marzo pasado abandonaron su lugar el Estado y los frigoríficos exportadores a partir de la llegada de una nueva gestión. Los argumentos para la retirada establecen que el ente ahora está identificado políticamente y que se evita gestiones que el gobierno pueda utilizar para la campaña, como sería una nueva cuota de exportación a la Unión Europea de cortes de alta calidad. Es que el vicepresidente del IPCVA es Miguel Schiariti, titular de la pymes frigoríficas y asesor agropecuario del candidato a presidente Eduardo Duhalde.
“El IPCVA existe para realizar la promoción de la carne argentina en el mundo, pero desde Bruselas dijeron que desistieron de las gestiones, y estos son los resultados”, señaló un empresario exportador.
Por su parte, Miguel Schiariti, respondió a las consultas de este diario y señaló que “el IPCVA no tiene responsabilidad en las gestiones, sino que fue el Gobierno el que no cumplió con los requerimientos de la Unión Europea”. Pero aclaró que el país podrá ingresar cuando se reúnan las condiciones de “una tipificación particular con certificación del Ministerio de Agricultura”. En este contexto aprovechó para criticar al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y ratificar la desidia en la gestión: “Es intrascendente que tengamos la cuota abierta si después Moreno no nos va a dejar exportar”, dijo.
De todas maneras, el subsecretario de Ganadería, Alejandro Lotti, confirmó ayer a este diario que “existe un pequeño retraso en el trámite de gestión de la cuota por la disolución de la oncca. Pero es una tarea compleja adecuar nuestro sistema para que sea aceptado por la Unión Europea”. Señaló que esta cuota de alta calidad: “Requiere de ajustes que estamos en condiciones de avalar”. En tanto, aseguró que el protocolo estará “listo en un mes”. Lo cierto es que el Ministerio de Ganadería de Uruguay, tampoco tiene aún resueltos los mecanismos de certificación del cupo.
La cuota se creó en 1999, a partir del litigio comercial de la UE con Estados Unidos por el envío de carne con hormonas. Como compensación se resolvió abrir el negocio a todos los países habilitados para exportar al bloque. No es una cuota país, a diferencia de la Hilton, sino que se podrá enviar todo lo que esté disponible. En este caso, el importador europeo manejará el cupo y tendrá que hacer negocios con los privados, pero tiene la ventaja de no tener arancel.
De todas maneras, la posibilidad de negocio crecerá desde julio de 2012 cuando la cuota pasará a ser de 45.000 toneladas.