Dos amigos de Fernando Pérez Algaba, quien fue hallado descuartizado dentro de una valija en un arroyo de la localidad bonaerense de Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora, declararon que el empresario se llevó de sus casas armas de fuego, ya que quería «protegerse» debido a que «estaba amenazado» por las deudas que tenía, informaron este jueves fuentes judiciales.
Así lo relataron en sus respectivas declaraciones testimoniales Maximiliano Pilepich, amigo de Pérez Algaba (41) y dueño de la camioneta Range Rover que el empresario utilizó hasta último momento, y la gestora y amiga de la víctima Flavia Lorena Bomrad.
Fuentes judiciales confirmaron a Télam que los dos se refirieron a episodios en los que Pérez Algaba, a quien apodaban «Lechuga», se llevó de sus domicilios un arma sin que ellos lo advirtieran. En el caso de la gestora, el empresario se la devolvió al día siguiente mientras, que la del amigo se la quedó «para protegerse».
Al declarar en el marco de la causa que instruye el fiscal de Lomas de Zamora Marcelo Domínguez, Pilepich, quien fue una de las últimas personas en ver a Pérez Algaba con vida, contó que tenía negocios inmobiliarios con él y recordó un episodio ocurrido hace aproximadamente cuatro meses, cuando en una reunión de trabajo que mantuvieron en su casa, el empresario se llevó de su domicilio una pistola marca Glock calibre 9 milímetros sin que él lo notara.
Según sus dichos, al darse cuenta del faltante, le reclamó el arma a Fernando, quien le la necesitaba «para protegerse» y que no se hiciera problema, ya que era legítimo usurario.
En esa conversación, siempre según el testigo, Fernando le dijo que quería dejar las cuentas claras con él para luego mudarse definitivamente a Europa, donde planeaba viajar el 19 de julio pasado mediante un vuelo con destino a Barcelona, España.
Pilepich fue una de las personas que vio vivo por última vez al empresario, cuando la tarde del 18 de julio pasado se encontró con él en un predio de viviendas de campo de General Rodríguez y le devolvió 60 mil dólares de los 150 mil que le debía por una operación vinculada a la venta de terrenos de ese lugar, ya que los 90 mil restantes se los había entregado el día anterior en una escribanía de Castelar.
Al encuentro, «Lechuga» llegó con otro amigo, Nahuel Vargas, a bordo de la camioneta Range Rover que Pilepich -que se movilizaba en un BMW- le había prestado.
Pero según el testigo, tras efectivizar la cancelación de la deuda, el empresario le devolvió la camioneta con la que él y Vargas se retiraron -su BMW lo dejó en el campo-, mientras que «Lechuga» se quedó esperando que alguien pasara a buscarlo, según él mismo les dijo.
Al respecto, Pilepich contó que cuando se iba vio que en sentido contrario se acercaba un vehículo -aunque dijo no recordar marca y modelo- que supuso era el que iba a buscar a Pérez Algaba.
Otra testigo que también se refirió a que Fernando se llevó un arma de su casa es la gestora y amiga de la víctima Bomrad, quien solía encargarse de los trámites de transferencia de los autos que la víctima compraba y vendía en el marco de su negocio.
La mujer contó ante Domínguez, que ella posee una pistola Bersa 9 milímetros, la cual Pérez Algaba le había pedido prestada porque «tenía miedo y quería tener un arma», dijeron las fuentes.
Bomrad aseguró que se la negó, aunque luego se dio cuenta que el empresario se la había llevado de su casa, por lo que lo llamó y le exigió que se la devolviera, lo que Pérez Algaba hizo al día siguiente.
Bomrad recordó además algunos de los últimos encuentros que mantuvo con la víctima y se refirió a la venta de un auto Audi TT que el empresario le había hecho a un joven radicado en la provincia de Santa Fe, quien, decía, estaba relacionado con gente de la banda «Los Monos».
Según la gestora, ese joven le pagó unos 10.000 dólares al empresario para que le firmara el 08 del auto, aunque aún no estaba saldada la deudas.
Por último, la mujer declaró sobre las deudas y amenazas que recibía su amigo y mencionó a Gustavo Iglesias, barra de Boca Juniors, a quien dijo que le debía cerca de 300.000 dólares.
Iglesias es una de las personas que en sucesivos audios incorporados a la causa aparece amenazando al empresario.
En el marco de la causa por el homicidio por el momento se encuentra detenida como única sospechosa de ser partícipe secundaria una mujer trans identificada como Alma Nicol Chamorro, quien era la dueña de la valija en la que aparecieron parte de los restos del empresario el 22 de julio último.
La desaparición del empresario fue denunciada por la dueña del departamento que éste le había alquilado en Ituzaingó de manera temporal entre el 12 y 19 de julio pasado, quien al no tener noticias suyas y no recibir respuesta a sus mensajes, decidió acudir a la policía.
Los voceros dijeron que de la autopsia realizada al cuerpo surgió que Pérez Algaba fue ejecutado de dos disparos por la espalda y que fue descuartizado tras su muerte.