El poeta Antonio Machado escribió alguna vez: “Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar”.
Ángel J. Cappelletti fue sin dudas un hacedor de caminos, y estamos seguros que nunca persiguió la gloria. Lo que sí lo hacía feliz era compartir el ejercicio de la reflexión acerca de una multiplicidad de cuestiones esenciales.
La libertad de los seres humanos, la construcción del conocimiento científico, la vigencia de la justicia social, la indispensable eliminación de los prejuicios y dogmas que esclavizan a la especie, la eliminación de la estructuras de dominación estatal, capitalista y tecnocrática.
Tomamos contacto por primera vez con Ángel Cappelletti, en 1984, cuando comenzaba su des-exilio, situación a la que lo obligó la dictadura del general Onganía, siendo uno de los profesores renunciantes de la entonces llamada Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Rosario. Su periplo lo llevó en principio a Montevideo (Uruguay), partiendo luego a Costa Rica y México, estableciéndose luego en Caracas (Venezuela). En este país sudamericano fue activo docente e investigador en la Universidad Central de Caracas y también en la de Mérida.
Cada escala de Cappelletti en estas tierras significaba un despliegue fabuloso de encuentros e intercambios, de conferencias y debates. Estas actividades abarcaban diversos ámbitos los círculos anarquistas de estudios y militancia, tanto como la facultades de la Universidad pública donde alternaba disertaciones sobre la filosofía clásica, así como también cuestiones de la candente coyuntura social y política latinoamericana e internacional.
Ángel J. Cappelletti nació en la ciudad de Buenos Aires el 15 de marzo de 1927. A partir de 1951 se graduó como Profesor de Filosofía y se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad Nacional de Buenos Aires en 1954.
Cappelletti es autor de más de ochenta libros que abarcan temáticas tan diversas como la filosofía clásica griega y latina y estudios sobre filosofías orientales. Biografista de pensadores socialistas como Charles Fourier, Henri de Saint Simon, William Morris y de anarquistas como Mijail Bakunin, Piort Kropotkin y Errico Malatesta. Realizó traducciones directas del griego de obras de Platón, su producción cuenta con investigaciones sobre los filósofos presocráticos, también sobre los sofistas, los estoicos, los cínicos y los epicúreos. Editó libros en España, México, Uruguay.
Al igual que el italiano Rodolfo Mondolfo, de quien fue discípulo brillante, mantuvo toda su vida una curiosidad simultánea por los estudios del pensamiento filosófico clásico y también una inquietud por analizar los fenómenos sociales de su tiempo.
Recordamos sus extraordinarias conferencias sobre: la Historia del anarquismo en México, Brasil Chile y Bolivia, La Revolución libertaria española, el devenir de la situación política de América latina o acerca de la implosión de la Ex Unión Soviética y la Europa del Este, conferencia dada en Rosario en 1985 bajo el título del “Capitalismo soviético”..
En una oportunidad debía dar una conferencia en el local de la librería La Esperanza, situada en el barrio Tiro suizo de Rosario, invitado por el militante anarquista Juvenal Fernández sobre el panorama político de América latina. En esa jornada comenzó la primera Guerra del Golfo Pérsico impulsada por George Bush por la invasión a Kuwait, entonces Cappelletti consideró pertinente, dada la magnitud del acontecimiento, cambiar el tema y disertó más de una hora realizando un análisis histórico y político del Islam y el Cristianismo. La contraposición de visiones y prácticas sociales y cotidianas en Oriente y Occidente. Esto evidenció una vez más su capacidad de transmitir conocimientos, compartirlos y socializarlos, con humildad característica de los hombres íntegros y sabios.
Las disertaciones de Cappelletti ponían de manifiesto una erudición fantástica y un talento pedagógico incomparable. Sus exposiciones sobre tópicos tan diversos y complejos como: la Revolución Mexicana, la Revolución Española (1936-1939) o la evolución del pensamiento positivista en Latinoamérica, tenían tan excelente nivel y claridad, que su auditorio, fuera de doctos o profanos, quedaba satisfecho y lleno de inquietudes. Cabe señalar que el debate e intercambio le apasionaba mucho más que su exposición de conferencista.
Antes de su retorno definitivo a la Argentina Cappelletti recibió de manos del entonces presidente venezolano Rafael Caldera, la Orden al Mérito por sus aportes a la cultura universal. Cabe destacar que legó a ese país el estudio más completo acerca de las influencias del positivismo filosófico y sociológico en la historia política de Venezuela.
A su retorno a la Argentina, se lo veía feliz, pleno de iniciativas y de hecho publicó un libro sobre La filosofía en la Argentina editado por la UNR pero costeado de su propio bolsillo, cuya presentación fue el último acto público de su vida en una sala colmada por un atento auditorio.
Ahora bien, no podemos obviar una cuestión y es decir que la mediocridad y miseria moral de los funcionarios de la Universidad de Rosario le impidió desempeñar con dignidad sus tareas y abortó sus planes de implementar cursos y posgrados no mercantilizados. Mantuvo intactas sus convicciones de anarquista y humanista libertario integral hasta el final de sus días.
En 1995 una cruel enfermedad puso fin a la vida de este hombre que abrió sendas para que la humanidad sea más libre y conciente.