n informe pericial del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) dio cuenta de la reducción de moléculas de sustancias de plaguicidas en muestras de agua de Pergamino, luego de que el juez federal de San Nicolás, Carlos Villafuerte Ruzo, dispusiera en septiembre de 2019 a pedido del fiscal Matías Di Lello una medida cautelar de restricción de aplicaciones en una zona de exclusión de 1095 metros en torno de aquella ciudad del norte de la provincia de Buenos Aires. El trabajo, fechado el martes 18 de agosto, refleja los resultados a diciembre pasado, es decir, en los primeros tres meses de vigencia de la orden judicial.
«La medida cautelar de restricción de aplicaciones a 1095 metros evitó que se aplicaran productos plaguicidas en las proximidades de las zonas de bombeo y extracción de agua», indica el informe firmado por la perito Virginia Aparicio, de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Balcarce del INTA.
En efecto, desde septiembre del año pasado está vigente la prohibición de fumigación en Pergamino y zonas urbanas, al fijar un límite “restrictivo y de exclusión” de 1095 metros para aplicaciones terrestres y de 3 mil para las aéreas.
El informe firmado por Aparicio da cuenta de la evolución de la contaminación del agua y fue incorporado en el proceso penal en el que se investigan infracciones a la Ley N°24.051, de residuos peligrosos, y envenenamiento de aguas potables.
“En el informe anterior se mencionó que el número máximo de moléculas detectadas y cuantificadas en una misma muestra de agua fue 12 y en el último muestreo se redujo a 9. Por otra parte, el número máximo de moléculas cuantificadas en una misma muestra de agua, pasó de 5 a 3 en este último muestreo. Esta ‘tendencia’ de reducción en los números máximos de moléculas por muestra de agua, así como la reducción en el número de moléculas detectadas en cada muestreo […] podrían deberse a la medida cautelar dispuesta por el Juez en esta causa», señala Aparicio y aclara que los resultados son parciales, puesto que todavía no se ha evaluado el impacto de la medida durante el año en curso ni los informes de otros peritos.
Las cinco moléculas de plaguicidas que logró cuantificar el INTA en diciembre pasado son Atrazina, Desetil atrazina, Hidroxi-atrazina, Clorpirifos y 2,4D, sustancias que -explica- tienen consecuencias nocivas para la salud de los seres humanos. En los informes anteriores, de mayo de 2019 y noviembre de 2018, se habían detectado y cuantificado una diversidad mayor de moléculas.
El logro de la medida cautelar, explica el informe, tiene su origen en haber distanciado las aplicaciones de plaguididas de las zonas de bombeo de agua potable, pues ello «contribuye a disminuir la probabilidad de que un plaguicida esté disponible para ser transportado verticalmente a través del perfil del suelo y alcance el agua subterránea». En tal sentido, agrega que «el agua subterránea es especialmente vulnerable a la contaminación persistente por plaguicidas porque, a diferencia de los cuerpos de agua que fluyen, permanece relativamente mas quieta».
La medida cautelar fue impulsada por el fiscal Di Lello en función de las sugerencias brindadas por la Unidad Fiscal para la Investigación de Delitos contra el Medio Ambiente (UFIMA).