A Franco Casco lo mataron o murió antes de que cayera o lo tiraran al río Paraná. Así lo determinó un estudio que hicieron en la sangre del joven, que logró establecer que no tenía diatomea en sangre. Se trata de un alga que aparece en la sangre cuando una persona muere ahogada.
Según explicó el defensor general Gabriel Ganón, este estudio fue encargado a la cátedra de Biología Marina de la Universidad de Buenos Aires y fue practicado por un especialista.
“Este estudio achica las posibilidades de la versión el fiscal Guillermo Apanowicz sea cierta”, dijo Ganón en referencia a una de las hipótesis del funcionario que dijo que podría tratarse de una acción policial, la de un tercero, o un accidente. Sin embargo, el caso Casco fue pasado en noviembre del año pasado a la Justicia federal que aceptó el planteo de Ganón que reclamó que la muerte de Franco sea investigada como una desaparición forzada de persona.
Franco Casco desapareció el 6 de octubre pasado, cuando fue detenido por agentes que lo llevaron a la comisaría 7ª y alteraron el libro de guardia. Nadie lo buscó. Y, como tenía una causa armada por resistencia a la autoridad, intervino en el caso el defensor oficial Ganón. Los padres del joven realizaron marchas, reclamaron que el joven fuese buscado algo, que nunca ocurrió. Finalmente su cuerpo apareció a fines de octubre flotando en el río, el mismo día que un pastor evangélico aseguró que lo había visto denunciadas múltiple en su iglesia.
Fueron denuncias múltiples irregularidades que la investigación terminó en la Justicia Federal como desaparición forzada de persona.
