Por Claudio C. Vizia*
Perón estaba involucrado con los indígenas desde su mismo origen biológico. Su abuela materna, Mercedes Toledo, era tehuelche y su abuelo materno, Juan Ireneo Sosa, fue un santiagueño de familia quechua. Sin embargo, durante gran parte de su vida ocultó ese dato, dado que le habría impedido ingresar en el Ejército. Este hecho, motivó que su abuela paterna gestionara la sustitución de su partida de nacimiento original de 1893, declarada por su madre Juana Sosa, por otra apócrifa de 1895 donde el declarante era su padre Juan Tomás, sin hacer referencia a su madre.
Siendo teniente en 1919 con destino en Santa Fe, le toca enfrentar el conflicto de La Forestal, con motivo de una huelga en demanda de aumento de jornales, cese de despidos y jornada de ocho horas. La patronal reprimió el movimiento con su propio regimiento armado, cortó a los huelguistas el acceso al agua y la luz y cerró el único almacén de alimentos. Perón interviene en nombre del Ejército disponiendo inmediatamente la reconexión de los servicios, la apertura por la fuerza del almacén y el despacho de alimentos, y negocia con la patronal un aumento de salarios y la disminución de la jornada semanal a 70 horas. Es su primera intervención en un conflicto laboral y con población aborigen.
En 1934 y de forma puramente vocacional, el capitán Perón recorre el territorio del Neuquén y la Patagonia, relevando los epónimos de origen araucano y reconstruyendo con informantes indígenas los usos sociales de las palabras que designan a los lugares, dando lugar a la obra Toponimia patagónica de etimología araucana, de gran rigor metodológico donde revela un gran conocimiento de la geografía, el clima, la lengua y los modos de vida de los pueblos patagónicos.
Desde la Secretaría de Trabajo y Previsión propone expropiar latifundios para ser entregados por un período de prueba de 10 años a familias aborígenes. Una vez asumida la presidencia, buscará reparar el tratamiento que el Estado había dado hasta entonces a la población aborigen, convirtiendo a la anacrónica Comisión Honoraria de Reducciones de Indios en la Dirección Nacional de Protección del Aborigen, mediante el Decreto 1594/46, designado en 1953 al mapuche chubutense Jerónimo Maliqueo como Director, adhiriendo además al Instituto Aborigen Interamericano en 1947, decretando desde entonces el 19 de abril como Día del Aborigen Americano.
La Constitución de 1949 elimina el párrafo del artículo 67 “… promover el trato pacífico con los indios y promover la conversión de ellos al catolicismo”, sancionando en el mismo año la Ley 13.560 que reglamenta los derechos laborales de los indios. Realizó expropiaciones de tierras del terrateniente Patrón Costas en Jujuy, donde 365.000 Hectáreas fueron adjudicadas a las comunidades kollas. creó además varias colonias aborígenes en Chaco (250 familias), Formosa (180 familias), Misiones y Chubut, prohibiendo además el desalojo de familias aborígenes y creando ocho colonias granjas en Salta, Jujuy, Formosa y Neuquén, con escuelas primarias, instrucción y herramientas de labranza agrícola y artesanías. Dispuso desde 1951 el enrolamiento de los aborígenes, a quienes hasta entonces se les habían negado sus derechos políticos, convirtiendo además en provincias los territorios nacionales de Chaco, Formosa, Misiones, La Pampa, Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz.
Sin embargo, estos grandes avances se vieron empañados por la tragedia de Rincón Bomba en 1947, cuando tropas de Gendarmería asesinaron a cientos de indios pilagá en Las Lomitas, Formosa. El origen de estos dramáticos acontecimientos fue una gran concentración religiosa que reclamaba condiciones laborales y sanitarias. El gobierno de Perón respondió inicialmente en forma positiva al enviar dos vagones de alimentos y medicamentos. Pese a ello, por la desidia de Gendarmería, los alimentos fueron distribuidos tardíamente y en muchos casos en mal estado, originando intoxicaciones. Eso dio lugar al levantamiento de la población, que fue salvajemente reprimida. Si bien al ser en ese momento territorio nacional, la autoridad local eran los gendarmes y al gobierno central le cabe la falta de denuncia pública y esclarecimiento y castigo a los responsables.
Para finalizar la referencia a este período, debe señalarse que desde el Primer Plan Quinquenal se promovió el estudio de las lenguas autóctonas en las zonas de contacto intercultural, valorándolas no como reliquias sino como aportes a la cultura nacional.
Como sucedió con la mayoría de las políticas sociales, el Decreto-Ley 12.969/56 de Aramburu dispuso la disolución de la Dirección de Protección del Aborigen y la transferencia de sus bienes a las administraciones provinciales.
Como síntesis de la etapa, la población aborigen argentina mejoró su condición al tener acceso a la ciudadanía, la tierra, derechos laborales, educación y atención sanitaria. A estos innegables logros generales cabe señalar como hechos negativos el trato despectivo proporcionado a quienes protagonizaron el Malón de la Paz, si bien compensado por la posterior asignación de tierras, y la masacre de Rincón Bomba, no debidamente esclarecida.
*Antropólogo Social