Perotá Chingó esta conformado por Julia Ortiz y Dolores Aguirre ambas oriundas de la costa norte porteña del Río de la Plata. La banda surgió en el 2011 en las playas desérticas de Cabo Polonio (Uruguay). Tras un crecimiento exponencial, editaron varios discos y llegan a Rosario para mostrarlo a sus seguidores.
Ahora se encuentra estrenando las canciones que componen Aguas, un material que las propias protagonistas describen como “de una gran búsqueda” y que, dicen, “expresa un viaje uterino de reconocimiento interno y de vínculo con el afuera, impulsado por experiencias propias de vida que se encuentran y resuenan en lugares mucho más colectivos”.
Metáfora de una mutación que las afecta directamente, Aguas, “habla de cómo todo ser humano va pasando por diferentes estados, emociones, experiencias y sensaciones”, opinó Julia Ortiz en diálogo con El Ciudadano en una charla en la que además destacó: “Es un disco que nos sucedió, que nos pasó por experiencias propias”.
—¿Qué momento representa este nuevo trabajo?
—Es el resultado de nueve intensos meses, de mucha dedicación y cariño. Es un disco que nos sucedió, que nos pasó por experiencias propias. Todas las canciones son el resultado de cosas que nos han pasado y que las volcamos en la música como forma de poder expresarlas. Estamos muy contentos de presentar el disco en Rosario porque siempre nos reciben con mucho cariño.
—¿A qué refiere el título del disco?, ¿qué representan esas “aguas”?
—Hace referencia a los distintos estados del agua. De cómo todo ser humano va pasando por diferentes estados, emociones, experiencias y sensaciones. Está basado en eso. Es el resultado de expresiones más profundas. Pensando en la naturaleza, nosotras nos remitimos al agua en todos sus estados.
—“Aguas” las encuentra con mayor madurez artística en relación con lo que vienen haciendo desde 2011 a esta parte…
—Sí, este disco es una gran búsqueda. El primero fue grabado en una tarde resultado de una gira que duró un mes. Ese disco lo hicimos con lo que teníamos, con canciones propias pero también de otras bandas. El segundo fue el resultado de lo que veníamos tocando.
—¿Qué las condujo a alcanzar esta suerte de búsqueda actual?
—Es un proceso donde fuimos más para adentro. Paramos de tocar por un tiempo, agarramos las canciones propias que teníamos y fue un proceso de mucho trabajo donde nos metimos para adentro a investigar qué es lo que queríamos hacer, qué queríamos transmitir, cómo queríamos mover los temas.
—En esto que llaman “proceso”, se ven profundizados conceptos como la libertad, lo simple y el amor que vienen abordando desde siempre tanto desde la composición propia como desde los autores que interpretan.
—Sí, y la libertad es poder expresarnos de la manera que somos ahora. Todo el tiempo estamos actualizándonos. No era lo mismo lo que nos pasaba hace cuatro años cuando grabamos el otro disco que los que nos pasa ahora. En éste, nos dimos esa libertad de poder expresarnos por ejemplo con electrónica y otros elementos que antes no conectábamos. Ahora nos dimos toda la libertad que nos dieron las ganas; queríamos expresar cómo es Perotá hoy, no quedarnos solamente con la idea de lo que fuimos.
—Una de las características del grupo es su origen. En 2011, en un viaje a Cabo Polonio, grabaron un video que fue furor en internet y se convirtió en el germen de Perotá Chingó ¿Hubo una transformación de la identidad de la banda?
—Perotá siempre fue transparente en ese sentido. Nunca estuvo armado (el video) para que se dieran las cosas de una forma u otra. Desde un principio, fue real ese encuentro entre dos amigas y esa amistad fue evolucionando, la banda fue evolucionando, el trabajo personal de la vida en banda fue muy grande en estos años. Nos movemos desde la verdad, no solamente para la foto. Es un trabajo humano muy profundo. Trasladado a las canciones se siente esa energía.
—De hecho, el público también se identifica con ese lugar genuino, de verlas transparentes, de verlas reales…
—Estamos acá, de este lado del escenario, porque hoy nos tocó, pero todos tenemos nuestros avances, retrocesos y alegrías.
—¿Qué anticipan para el show en Rosario, habrá invitados?
—Venimos mostrando el disco completo, de punta a punta, sin ninguna canción del otro disco. Y en los bises cantamos algunas de otros discos para que nos vayamos todos contentos. No invitamos a tocar a nadie porque es un estreno y es un súper desafío para nosotros. Estamos muy concentrados. Después volveremos y haremos otro show.
Concierto
Esta noche, a partir de las 21, en El Círculo, de Laprida y Mendoza. Entradas a la venta en la boletería del teatro y por Sistema Ticketek.