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«Perotti prometió levantar al gigante y lo terminó arrodillando a un modelo que perjudica a Santa Fe»

Hijo de un dirigente con pasado en el desarrollismo y el radicalismo alfonsinista, José Corral inició su militancia «colgado en lo más alto del Monumento», en el cierre de la campaña de Raúl Alfonsín de 1983, el mismo día de su cumpleaños número 15. Desde ahí construyó una carrera política que tuvo sus picos en la Universidad Nacional del Litoral y en la Intendencia de la capital provincial. Hoy es la espada de Maxi Pullaro en la pelea por encabezar la lista de diputados provinciales del frente Unidos para Cambiar Santa Fe. Lleva el aplomo y la serenidad de un dirigente con más de mil batallas y cerca de 20 años en cargos ejecutivos. Lo tiene a Omar Perotti en la mira de su discurso, pero no desde la obviedad de no haber cumplido de la promesa «paz y orden», sino desde un eje que parece ser la impronta del actual gobernador: la producción. «Perotti prometió levantar al gigante y lo terminó arrodillando a un modelo que perjudica a Santa Fe», disparó. Corral no descarta integrar el gabinete de un virtual gobierno de Pullaro, a quien ubica en las encuestas «unos puntos por arriba» de Carolina Losada, a la que acusa de «poner en riesgo el triunfo» por sus declaraciones contra el ex ministro de Seguridad.

—Losada pegó fuerte en el inicio de la campaña. ¿Cómo lo tomaste? Porque tu perfil es más por el lado de la moderación y el equilibrio. 

—Sí, con posiciones firmes y claras, pero eso no quiere decir no cumplir con la palabra que empeñamos cuando armamos el espacio, que se llama Unidos. Justamente, en Cayastá doce partidos suscribimos una voluntad de trabajar juntos. Y en el propio nombre está esa voluntad, y yo creo en las palabras. Todos creíamos en su momento que iba a haber diferentes propuestas, y la más nítida era la de Maxi Pullaro.

—¿Por qué la más nítida?

—Porque su vocación de ser candidato a gobernador era expresa en ese momento. En el sentido de que todos sabíamos que iba a haber diferentes propuestas, pero había una que nadie tenía dudas de que iba a llegar a la instancia final de las primarias, que era la de Maxi Pullaro, por lo tanto si alguien hubiera tenido una objeción para integrar ese espacio el momento de tomar otra decisión era ése, como de hecho lo hizo (Elisa) Carrió. Cargó más las tintas sobre Bonfatti, pero dijo: “Yo tengo diferencias, entonces no voy a integrar el espacio”.

Ahora, una vez que integramos el espacio nosotros vamos a ser consecuentes con la palabra empeñada de estar unidos. Por lo tanto, la diferenciación es por las propuestas, por el estilo, por el espacio que representa cada uno, pero nunca una agresión hacia el otro hasta el punto de poner en riesgo el triunfo. Porque también, este espacio, sobre la base de un programa común, tiene como objetivo ganarle a la propuesta de Perotti, a Lewandowski, pero en su momento era Unidos para Cambiar Santa Fe, para darle una alternativa, que sigue siendo el principal desafío, por lo tanto nosotros vamos a discutir con Perotti.

—¿Y qué explicación tiene que las objeciones hayan llegado en este momento de la campaña?

—No lo sé, hay que preguntarle a ese espacio.

—¿Tenés diálogo con Losada?

—Últimamente no, lo tuvimos en la campaña anterior. Primero competimos y después trabajamos juntos. Fue una elección muy pareja, y al día siguiente estábamos todos tomados de la mano para caminar la provincia para garantizar el triunfo que se consiguió. Ese triunfo de JxC abrió esta posibilidad de cambio en la provincia y yo creo que hay que volver a eso. Probablemente sea una estrategia de campaña, no lo sé, a lo mejor algún consejo de algún consultor, que cree que es la manera de recuperar terreno, porque los sondeos dicen que Maxi está unos puntos arriba.

—¿Eso es así? 

—No sé, yo no soy un analista, soy un protagonista y lo que hago es tratar de conseguir la mayor cantidad de adhesiones. Estamos recorriendo la provincia y en los primeros días después de oficializadas las listas recorrimos las 19 cabeceras de departamento y ahora ya estamos en una segunda y tercera recorrida de la provincia, pueblo por pueblo. Nos dividimos con Maxi y Gisela Scaglia, la candidata a vicegobernadora, que viene con nosotros de la experiencia de JxC y ahora vamos de nuevo, y los últimos 15 días vamos a recorrer juntos para conseguir la mayor cantidad de adhesión.

Porque además hay un gran desafío, que es ganarle a Perotti en la categoría de Diputados. Es una categoría a la que quizás no le prestamos demasiada atención, porque miramos la del gobernador, del intendente, que ocupa el debate público, pero cuidado que el mal gobierno de Perotti, que merece una derrota electoral, no termine pasando desapercibido ganando por un voto. Y la Constitución le da 28 diputados al que gana, de un total de 50, y cuidado que puede bloquear al futuro gobierno.

Por eso estamos advirtiendo y haciendo énfasis en que Maxi Pullaro tiene que ganar la categoría de gobernador, pero tiene que ganar también su propuesta en la lista de Diputados, que nosotros encabezamos, para que tenga el respaldo necesario, que la Constitución quiere. La constitución quiere que la mayoría la tenga el gobernador en funciones, no el gobernador saliente.

—Eso no se pensó a la hora de votar el sistema de boleta única, ¿no?

—Yo creo que habrá que revisar, o el sistema electoral o la Constitución. Pero la verdad que una cláusula de gobernabilidad se ha transformado en una cláusula de ingobernabilidad.

—¿El principal cuestionamiento a Perotti es el de la seguridad?

—No sólo eso, porque yo creo que lo más estructural es que Perotti adhirió a un modelo nacional que perjudica a Santa Fe. Este modelo, que yo creo que está en su último ciclo, del populismo que encarnó el kirchnerismo, con mucha convicción y con certeza ideológica, le saca recursos a las provincias productivas, a las provincias que compiten en el mundo, que tiene sistemas productivos más avanzados, más eficientes, como el caso de la agroindustria en Santa Fe, y esos recursos que le extrae los reparte en un modelo político clientelar, de dominación y de subordinación de las provincias, de ciertos sectores sociales, de ciertas áreas geográficas como el conurbano bonaerense, y Perotti es la expresión local de ese modelo, porque claramente no cuestionó ninguna de las medidas que iban en contra de Santa Fe.

—¿Cómo cuál? 

—Como la prohibición de exportar carne. La provincia exportadora número uno es Santa Fe. Concretamente, en Santa Fe suspendieron empleados, se bajaron horas extra y se despidió gente en Hughes, en Reconquista, en San Jorge, en nuestros frigoríficos exportadores, que además hasta las cámaras frigoríficas se producen en Santa Fe. Y los plásticos con los que envuelven los cortes que van a Marruecos se imprimen en una imprenta de Casilda. Y Perotti hizo un tuit para quejarse de eso.

Luego bajaron la cuota de los biocombustibles. Santa Fe tiene el 80 por ciento de la capacidad instalada del biodiésel. De nuevo, una medida a favor de las petroleras y contraria a Santa Fe, a nuestros trabajadores. Al kirchnerismo le gusta este ejercicio ideológico un poco tramposo de identificar al campo con los terratenientes. Como si hubiese una oligarquía como la que conocimos de los latifundistas del siglo XIX o principios del siglo XX. La agroindustria es el gomero de nuestros pueblos, es la fábrica de acoplados en Armstrong o Las Parejas.

Entonces, la principal diferencia que tenemos con Perotti es que él prometió levantar al gigante y lo terminó arrodillando a un modelo que perjudica a Santa Fe. Además que prometió que no iba a aumentar las tarifas eléctricas, yo estuve en aquel debate de 2019, cuando pedía el voto para gobernador, y mirando a cámara dijo: «Vamos a congelar las tarifas eléctricas». Otra promesa incumplida. Las tarifas eléctricas vuelan, no está ni mucho menos congeladas. Por lo tanto, ese es el debate principal, ganarle a Perotti que incumplió sus promesas y sometió a Santa Fe a un modelo que nos perjudica.

—Vos hablás de la coordinación que faltó entre el gobierno provincial y nacional. ¿Qué escenario imaginás en el plano electoral nacional?

—Nosotros tenemos diálogo con todos los sectores del radicalismo, con Gerardo Morales, con Alfredo Cornejo. Yo tengo mucha confianza que haya un cambio en la Nación y en la provincia. Y que estén alineados. El modelo de JxC es un modelo de una Argentina más vinculada con el mundo, de un modelo de poner en valor estas tramas productivas como la agroindustria, cuando le agregamos investigación y desarrollo ya es la bioeconomía, y hay todo una posibilidad de desarrollo que no tiene techo.

Santa Fe puede volar y ser no sólo una productora de alimentos que el mundo demanda cada vez más sino, como lo vemos con los biocombustibles, la energía renovable, medicamentos, medicamentos para animales, la verdad cuando uno logra un encuentro como ocurrió acá en Santa Fe, de equipos de investigación de nuestras universidades, por ejemplo de la Universidad de Rosario, de la Universidad del Litoral, con nuestra agroindustria se producen cosas como las de Bioceres, y otros ejemplos más. No es una economía solamente del campo, es una economía de ciudad, porque es una economía del conocimiento. Y hay muy buenas experiencias ya, pero con un gobierno provincial y un gobierno nacional que no están en esa línea.

Por lo tanto, si JxC triunfa, con cualquiera de sus variantes, Santa Fe va a ser la principal provincia beneficiada por ese modelo que premia la producción, que premia la cultura del trabajo, y que tenga un vínculo inteligente con el mundo que permita que aprovechemos la oportunidad de que el mundo demanda los productos que sabemos hacer.

—El sector productivo, ¿es lo que más te interesa acentuar en tu futuro perfil como legislador provincial?

—Sí, y también los temas de seguridad. Porque son los que más nos preocupan. Y lo más importante es darle respaldo político al gobierno de Pullaro. Por eso advertimos que tenemos que sacar muchos votos en la primaria y en la elección general, para que sea la lista que tenga más presencia dentro de la propuesta de Unidos para Cambiar Santa Fe. Y que Unidos para Cambiar Santa Fe tenga los 28 diputados para poder respaldar este proyecto de cambio, así como los senadores.

Y el otro tema muy relevante es educación. En primera gestión como intendente de la ciudad de Santa Fe, nuestro programa insignia fue Jardines para los chiquitos de uno a 3 años, en los barrios más humildes de nuestra ciudad. Hicimos 17 jardines que prácticamente cubrieron toda la demanda del tercio de la ciudad de menores ingresos, que no tenían esa oferta de educación inicial, que no es obligatoria, pero que hace la diferencia para empezar con una alfabetización temprana y además es una política de género de verdad, porque los niños y las niñas están en un 98% al cuidado de mujeres, y entonces unas horas  en un lugar de excelencia, como lo son estos jardines, que además a las maestras de educación inicial les hicimos completar un tramo de la licenciatura.

Uno de los proyectos que yo quiero llevar a la provincia es que todos los municipios puedan aplicar el Fondo de Asistencia Educativa a la construcción de jardines de educación inicial, y el Fondo de Financiamiento Educativo, que viene de la coparticipación nacional y tiene que obligatoriamente gastarse en educación puedan gastarlo para los salarios de las maestras de estos jardines. Y de algún modo ayuda al esfuerzo que tiene que hacer el gobierno provincial, porque hoy con la universalización de las salas de cuatro años, el desafío es enorme para darle educación a nuestros niños y adolescentes, de los 4 a los 18 años. Hemos probado en Santa Fe que los municipios y las comunas se pueden ocupar de ese segmento de 0 a 3. La educación es la herramienta igualadora por excelencia, para brindar los elementos para el mundo que viene, que es el mundo del conocimiento.

—¿Cuál fue el inicio de tu carrera política? 

—Fui candidato a concejal en el 2009. Antes fui secretario de Gobierno de la intendencia de Mario Barletta.

—Tu familia, ¿vivía la política con intensidad? 

—Mi padre era abogado. Había sido un joven funcionario de (el ex gobernador fallecido Carlos) Sylvestre Begnis en el área de educación, y después en el gobierno de Sylvestre Begnis del 73 fue director de la EPE, DPE en aquel momento.

—Sylvestre Begnis no era peronista pero fue candidato del Frejuli. ¿Tu papá qué ideología tenía?

—Él venía del radicalismo, lo que pasa es que los jóvenes radicales de la década del 50 se habían ido con (el ex presidente fallecido Arturo) Frondizi, con la UCRi, que después fue el Movimiento de Integración y Desarrollo, y después en el caso de Santa Fe tuvo el liderazgo de Sylvestre Begnis. Pero en el 82 se vuelven a incorporar al radicalismo a través de Renovación y Cambio. O sea que mi padre y un grupo de personas se integran al alfonsinismo. Y yo empiezo a militar en mayo del 83, con 14 años. Y cumplí los 15 años el día de cierre de campaña de Raúl Alfonsín en el Monumento a la Bandera, el 28 de octubre, trepado a lo más alto que podía del Monumento.

Mi padre también era muy conocido en Santa Fe por haber sido dirigente de Unión muchos años. Fue presidente, una especie de escribano Vesco. Una generación de presidentes de clubes como Aragón Cabrera en River, Alberto J. Armando en Boca, esos eran sus vínculos. Santa Fe lo conoce más por eso. Al final terminó siendo más un dirigente deportivo que un dirigente político. Pero yo mamé la política en casa.

—Y largaste fuerte la militancia en la facultad. 

—Sí, en la facultad yo creo que iba a las asambleas antes de estar inscripto. Porque la facultad de Derecho del Litoral es una escuela de dirigentes. Luis Petri, candidato a vicepresidente en la fórmula con Patricia Bullrich fue compañero nuestro. Muchos dirigentes políticos del país. Horacio Massaccesi, rionegrino. Una escuela de políticos.

—¿En su mayoría vinculados al radicalismo?

—En general sí, pero también es egresado (el ex intendente de Santa Fe y actual miembro de la Corte, Horacio) Rosatti. Yo pertenecí a esa escuela extraordinaria de democracia, de circulación de ideas, de pensamientos, y de ejercicio del debate. Tengo compañeros de otros espacios políticos con quienes mantengo la amistad después de muchos años.

—¿Ejerciste tu profesión de abogado?

—No, porque me dediqué a la gestión universitaria. Tengo una maestría en administración pública. Y diría que mi especialidad profesional es la administración pública.

—¿Te sentís más cómodo con los cargos ejecutivos? 

—Tuve durante prácticamente 20 años en cargos ejecutivos. Primero fue secretario de extensión universitaria en la Universidad, secretario general, después secretario de Gobierno en la municipalidad, después intendente, y los dos años que fui concejal fui presidente del Concejo, y también hicimos reformas edilicias. Me gusta la gestión.

—¿Y ahora viene un cargo legislativo? 

—Sí, pero tiene un costado. Cuando uno es oficialismo, ojalá que podamos ganar la provincia, también tiene un costado de acompañar al gobierno. Tuvimos la experiencia de gestionar y comprendemos la necesidad de los ejecutivos.

—También puede pasar que Pullaro te convoque para trabajar en su gabinete. 

—Yo estoy para ser parte del equipo que ponga en marcha Santa Fe y despliegue toda la potencialidad que esta provincia extraordinaria tiene. Cuando uno la ha recorrido, descubre todo el potencial.

—¿Cómo vivís con tantos años de militancia esta consigna que se repite de que la política fracasó? 

—Primero, yo creo que lo que fracasó fue el populismo, que es una manera de hacer política. Lo que fracasó fueron quienes gobernaron más tiempo la Argentina en este período democrático, y por supuesto la falta de alternativas con carácter y con fuerza para poder gobernar el país. Meter todo en una sola bolsa creo que es equivocado, porque además las soluciones finalmente van a venir también de la política. También para hacer completo el balance, creo que es positivo que a 40 años de democracia tengamos elecciones, periodicidad en los gobiernos, libertad de expresión, los poderes, con sus defectos, funcionando. Y podemos tener cierta confianza en la estabilidad del sistema democrático, como sistema de gobierno y procedimiento para elegir a los gobiernos, la alternancia. Me parece que el sistema político es un logro de esta Argentina en este período. Pero el saldo también es la prosperidad que no tenemos, la pobreza que ha crecido y las oportunidades perdidas por el país. Pero yo creo que eso tiene más que ver con las malas políticas que con la política.

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