Un prefecto fue condenado este miércoles a prisión perpetua por el doble femicidio de sus ex parejas, una de ellas madre de sus tres hijos, a quienes mató a balazos con quince minutos de diferencia, en sus respectivas viviendas de Paraná, en noviembre de 2016.
La condena recayó en Orlando Ojeda (48), quien para esa época era integrante de la Prefectura Naval Argentina –de donde fue exonerado tras el hecho–, y fue acordada en un juicio abreviado.
Fuentes judiciales informaron que a tal fin se realizó una audiencia en el Tribunal de Juicio 3 de Paraná, a la que asistió Ojeda con sus defensores y los integrantes del Ministerio Público de Paraná asignados a este caso, encabezados por el fiscal Juan Ramírez Montrull.
Los fiscales leyeron los cargos contra el ahora ex prefecto y enumeraron las pruebas obtenidas para considerarlo autor del doble femicidio, entre ellas las evidencias halladas en las escenas de los crímenes, estudios forenses, psiquiátricos y físicos, y reseñaron los testimonios incorporados al expediente.
También, lo acusaron del ataque cometido esa misma noche, entre los dos femicidios, contra un vecino que intentó defender a una de las víctimas.
En la audiencia, el prefecto aceptó su culpabilidad en todos los hechos y manifestó su voluntad de evitar el proceso del juicio oral, por lo que las partes acordaron la pena de prisión perpetua, que fue homologada por el juez Daniel Malatesta del Tribunal de Juicio.
Las víctimas de asesinato del entonces prefecto fueron Miriam Romina Ibarra (35) y Lidia Milessi (45), ésta última madre de sus tres hijos, quienes fueron asesinadas con una diferencia de 15 minutos entre sí.
En tanto, el herido es Guillermo Suárez (29), vecino de Ibarra, quien sufrió lesiones de bala cuando intentó auxiliar a la mujer junto a otras personas que resultaron ilesas.
Los crímenes fueron cometidos pasadas las 21 de ese día en dos viviendas del barrio Mosconi, una situada en la calle 538, sin numeración, donde residía Ibarra, quien prestaba servicios en el servicio de emergencias 911 de la policía provincial, y otra ubicada en Medus 2014, donde residía Milessi con los tres hijos del prefecto.
Según se determinó durante la instrucción fiscal, en ambos casos Ojeda empleó su arma reglamentaria para ejecutar a sus ex mujeres de disparos en la cabeza, con el caño del arma apoyado, además de otros balazos en distintas parte del cuerpo.
La primera mujer en ser atacada fue Ibarra, quien hacía unos dos meses había interrumpido su relación con el prefecto y tenía dos hijos de 11 y 13 años de una relación anterior.
De acuerdo a la reconstrucción realizada en el marco de la pesquisa, la mujer se encontraba adentro de su vivienda cocinando cuando llamaron a la puerta, uno de sus hijo abrió y Ojeda ingresó violentamente.
Ibarra corrió hacia una de las habitaciones pero cayó antes por un disparo en la espalda y murió a causa de otro tiro en la cabeza con el que Ojeda la remató frente a los niños.
Al escuchar los disparos, un vecino de la mujer, Suárez, ingresó a la casa para defenderla y cuando intentó detener al atacante con ayuda de otras personas, éste efectuó varios disparos, lo baleó y escapó en una moto.
Tras ese crimen, Ojeda se dirigió a la casa de la madre de sus hijos, Milessi, a quien también atacó a tiros.
La mujer llegó a ser trasladada malherida al Hospital San Martín de Paraná, donde finalmente murió.
Los pesquisas establecieron que Ojeda y su ex esposa ya habían iniciado los trámites de divorcio, mientras que según familiares de la otra mujer, Ibarra lo había denunciado por violencia de género.
Luego de cometer los dos femicidios, el prefecto fue detenido tras un forcejeo con la policía cuando llegó a su casa del barrio Bajada Grande, de Paraná.
Tras los asesinatos, vecinos de esa ciudad protagonizaron una multitudinaria marcha en reclamo de Justicia frente a los tribunales de Paraná, que derivó luego en incidentes en el barrio donde vivía Ojeda, cuya vivienda fue prendida fuego.