Un joven de 20 años acusado de matar a cuchillazos a su hermana y a un amigo de ésta, abusar de una niña y herir a otro familiar durante una reunión en su casa de Isidro Casanova, Buenos Aires, fue hallado responsable de “abuso sexual con acceso carnal agravado, homicidio agravado por alevosía, dos hechos; homicidio en grado de tentativa y portación de armas” y condenado a prisión perpetua.
El Tribunal Oral en lo Criminal Nº 5 de La Matanza sentenció a Francisco Noseda por los crímenes de su hermana Libertad (21) y un amigo de ésta, Román Roldán (22); lesiones a su otra hermana, Leonor (22), y la violación de una vecina menor de edad.
“Estoy satisfecho, fue un fallo justo más allá que la defensa intentó hacer pasar al acusado por inimputable. Se probó que tenía todo planeado y que sabía lo que hacía”, dijo Miguel Racanelli, abogado de la familia de las víctimas.
Los familiares de las víctimas se mostraron “emocionados” por la sentencia, especialmente el padre del joven Roldán, quien apenas salió a la vereda se desmayó.
En la etapa de alegatos, la fiscal Celia Cejas y Racanelli habían pedido a los jueces Gabriela Rizzuto, Matías Deane y Javier González que Noseda fuera condenado a prisión perpetua. Por su parte, el defensor oficial Eduardo Sbriz había solicitado que el joven fuera declarado “inimputable” y que se lo absuelva, porque no pudo comprender la criminalidad de sus actos y dirigir sus acciones.
El hecho ocurrió el 22 de abril de 2011, cuando Noseda llegó a su casa en Isidro Casanova, donde se encontraban sus hermanas Leonor y Libertad, un amigo de esta última, Román, y una amiga de las chicas, menor de edad.
Los jóvenes se encontraban solos en la casa, ya que sus padres, dueños de un local de artículos para mascotas, se habían ido a pasar unos días a Chascomús.
Tanto la fiscalía como el abogado de las víctimas recordaron en los alegatos el testimonio que brindó en el juicio Leonor, quien contó que Francisco comenzó atacando a Libertad, a quien le aplicó “varios golpes en la cabeza en el baño” y que luego “subió la música y abrió la ducha” para que no se escuchara afuera lo que ocurría dentro de la casa.
Luego, mientras los amenazaba con un pistolón, comenzó a atar a cada joven con cables, cadenas y correas que sacó del negocio de sus padres.
Leonor relató que su hermano intentó atacarla con un cuchillo, pero finalmente la dejó y la tapó con una frazada en una cama, desde donde escuchó cómo acuchillaba a su hermana y a su amigo Román, ya que ambos gritaban y le pedían que parara.
Luego, se recordó el testimonio que brindó en el juicio una amiga de las chicas, que contó que el imputado la llevó a otra habitación, la violó, y luego escapó. Y cómo, pese a estar lastimada, la hermana herida logró salir de la vivienda y pedir auxilio a los vecinos, quienes llamaron a la Policía, que horas más tarde detuvo al homicida en el partido de Quilmes.