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Perpetua por mandar a matar a su marido

Los jurados de Villa María fueron unánimes al encontrarla culpable del crimen.

Una mujer fue condenada a prisión perpetua por contratar a un sicario para que asesinara a su pareja en la localidad cordobesa de Villa María en el año 2011, supuestamente para quedarse con el dinero de la venta de un campo. En tanto, por el mismo hecho, un parasicólogo que había sido señalado como el sicario encargado de ejecutar el crimen resultó absuelto.

El caso causó conmoción desde el mismo día en el que el empresario fue asesinado en un hecho que se quiso presentar como un robo.

Nora Abelleira, de 57 años, fue condenada este viernes en los Tribunales de Villa María por la muerte del comerciante Enrique José Espósito. La víctima fue asesinada en la noche del 17 de junio de 2011.

Acusados

En el banquillo de los acusados estuvo sentado el hombre que fue señalado como el presunto autor material del crimen, José Alberto Deheza, de 55 años, alias Calladito; y la concubina de la víctima, Nora Abelleira, quien le habría encargado el asesinato de su pareja a cambio de una suma de dinero.

Deheza estaba imputado como supuesto autor del delito de homicidio doblemente calificado, por uso de arma de fuego y por promesa remuneratoria; mientras que la mujer llegó acusada de haber contratado a Deheza para ultimar a Espósito.

El presunto móvil del crimen, el que se manejó durante la investigación, fue que la mujer quería quedarse con una importante suma de dinero que la víctima había obtenido de la venta de un campo en la zona de Arroyo Algodón.

Las condenas fueron decisión del jurado popular que, para la mujer, resultó votación unánime; mientras que para Deheza fue por mayoría.

En tanto que en la causa hay una persona que está prófuga, acusada de ser quien ejecutó el crimen.

Sin herederos

El fiscal Francisco Márquez que estuvo a cargo de la investigación sostuvo en su acusación que Abelleira pretendía desvincularse de la familia de Espósito, cuando el hombre quiso repartir entre sus hermanos la parte de campos heredados.

Espósito, que estaba en pareja con la condenada, fue asesinado de dos balazos en la cabeza cuando se encontraba solo en la vivienda en la que convivía con Abelleira. La víctima se dedicaba a la venta de productos lácteos y anteriormente se había desempeñado en la actividad industrial del mismo rubro, en la localidad de Arroyo Algodón.

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