El tercer hombre sospechado de participar en el homicidio de Leonardo Perrone, ocurrido durante un robo en su vivienda de zona oeste en agosto pasado, fue imputado de homicidio doblemente calificado por criminis causa y por el concurso premeditado de dos o más personas, robo calificado por el uso de armas y lesiones gravísimas, durante una audiencia oral que se realizó ayer. A su vez el juez Carlos Leiva resolvió dictar la prisión preventiva del imputado sin plazo.
Leonardo Perrone se encontraba cerca de las 6 del 26 de agosto pasado con su cuñado intentando poner en marcha un auto estacionado en la puerta de su vivienda ubicada en Riobamba al 4300 cuando fueron abordados por tres muchachos, según la acusación fiscal. En esa circunstancia al cuñado le sustrajeron un bolso con pertenencias y luego ambos fueron obligados a ingresar a la vivienda, donde además estaban la madre, la hija y el padrastro de Perrone. Uno de los ladrones llegó a entrar al pasillo con las víctimas y se produjo un forcejeo producto del cual se cerró la puerta. Los otros dos asaltantes, entre ellos el imputado, quedaron afuera: rompieron el vidrio de la mirilla de la puerta y dispararon hacia el interior de la vivienda en reiteradas oportunidades. Perrone recibió un disparo en el cráneo, su cuñado un tiro en la pierna y su padrastro múltiples heridas de bala, según la imputación. También se presume que el asaltante que quedó en el interior recibió al menos 5 impactos de bala y logró sobrevivir.
Al día siguiente y luego de una presunta resistencia a la autoridad fue herido mortalmente por la Policía Walter Asencio, en la casa de un familiar en Cabín 9, Pérez. Según surgió de un peritaje, el arma que se secuestró a Chanchi, como se conocía al presunto asaltante muerto, fue la misma que se utilizó para dar muerte a Perrone. Dos días después, el segundo sospechoso, identificado como Jonatan A., se presentó espontáneamente, fue imputado por el crimen y quedó detenido preventivamente. Aunque la Fiscalía contaba con el dato de un tercer participante en el ilícito –incluso el primer llamado al 911 que, en apariencia realiza la víctima fatal, detalló que los asaltantes eran tres– el último involucrado no estaba identificado. Posteriormente, un testigo de identidad reservada brindó una descripción física y un sobrenombre de quien sería el integrante del trío homicida, lo que coincidió con los dichos de los testigos oculares. Incluso este dato vino acompañado de una descripción de situaciones previas y posteriores al robo que ubican a Cacha, como se conoce al detenido, con los otros dos sospechosos.
Con estos datos trabajaron los investigadores y anteayer lograron la detención de Jonatan V., de 19 años, en cercanías de su domicilio de Felipe Moré al 2000, a sólo 5 cuadras de la casa de Perrone. El joven fue imputado de homicidio agravado por criminis causa y por el concurso premeditado de dos o más personas, robo calificado por el uso de armas y por lesiones gravísimas y portación. El juez Leiva avaló la calificación planteada por la Fiscalía, a excepción del último delito. El magistrado consideró que, conforme al relato fiscal, no queda claro quién portaba el arma y este es un delito de propia mano, por lo que no puede admitirse una coautoría.
A su turno el imputado decidió declarar aunque prefirió no responder preguntas. En su descargo dijo ser inocente: “Yo no fui, nada que ver; que busquen rápido al que fue y el que me apunta que venga y me diga: «Fuiste vos» y la gente que estaba ahí”. Agregó de inmediato: “¿Por qué me acusan a mí? Yo vivo a 5 cuadras, hace dos días pasé por ahí. Además estaban haciendo allanamientos en otra casa, vino un policía y me dijo; «¿Vos sos Cacha?». Le dije que sí y me llevó; nada que ver. La hija del loco fallecido tiene el novio a la vuelta de mi casa y no me dice nada, me mira nomás”, concluyó.
Por su parte, el defensor Fausto Yrure se opuso a la preventiva solicitada por el fiscal: afirmó que en dos meses su defendido no se fugó, continuó viviendo en su casa, está en pareja esperando un bebé y cuenta con un trabajo informal. El letrado solicitó que se realicen con urgencia las medidas probatorias que faltan y se otorgue un arresto domiciliario. A ello, el juez resolvió dictar la preventiva por el término de ley y, si bien comparte con la defensa que no hay peligro de fuga, a partir de la imputación entiende que existe riesgo de entorpecimiento probatorio y anunció que, conforme la capacidad de los penales policiales, requerirá que el imputado cumpla la medida en una seccional cercana a su domicilio.
