Dylan Saucedo, un chico de 15 años que vivía en barrio Alvear, fue asesinado en esta madrugada en Anchorena al 1900 por un hombre que lo persiguió en bicicleta y lo ejecutó de un disparo en el pecho. Junto con él iban otros jóvenes que resultaron ilesos, aunque versiones barriales indican que recibieron culatazos por parte del matador. Se cree que los adolescentes regresaban de un cumpleaños en la zona sur. “Lo único que sabemos es que lo mataron, nada más”, contó el abuelo de la víctima.
Dylan Saucedo vivía en barrio Alvear, cerca de Castellanos y Garibaldi, y tenía 3 hermanos. Poco se sabe qué hacía a las 4 de la mañana deambulando lejos de su casa. Una versión de familiares dice que él y dos chicos más regresaban de un cumpleaños.
Al momento del crimen la noche era cerrada y sólo unos pocos vecinos estaban despiertos. “Se escucharon dos disparos. Lo que sé que es los chicos venían corriendo por Moreno, eran tres. En la esquina de Anchorena le disparan al pibe, era una criatura. A otro lo cagaron a culatazos”, aportó un hombre cincuentón en Anchorena al 1900.
Saucedo corrió unos 40 metros hacia el este por Anchorena y se desvaneció en la calle frente al portón de un galpón. Antes, profirió unos gritos pidiendo por una ambulancia. Hasta que su voz se apagó. Se cree que el agresor utilizó un revólver porque no se encontraron vainas servidas en un primer relevamiento, según indicaron voceros del caso.
Cuando llegó la Policía había un amigo del adolescente que no supo proporcionar datos certeros para una identificación formal, pero dijo –según fuentes policiales– que la víctima era apodada Manco. Al rato llegó la mamá de Dylan y constató que era su hijo, agregaron los voceros.
“Lo único que sabemos es que lo mataron, nada más. Hasta ahora no se sabe nada de nada. Pero nada. Ni sabemos por qué fue, ni quién fue. Estamos en el velatorio. La realidad es que si le digo le miento”, se sinceró Domingo «Mingo» Saucedo, abuelo del chico, en diálogo telefónico con El Ciudadano.
El hombre dijo que nadie de su familia sabía nada porque no llegaron a hablar con nadie. «Pero tarde o temprano se va aclarar”, dijo Domingo en referencia a que seguirán la investigación.
En el barrio Las Delicias, por el mediodía, antes de que la lluvia diluyera los rastros de sangre de Dylan, los muchachos de un taller mecánico especulaban qué circunstancia podría haber motivado el crimen. Nadie tenía certezas. “Quizá quisieron robar y se metieron con el tipo equivocado. La gente se está cansado y no sería extraño que hayan reaccionado así”, dijo un hombre que al caer las primeras gotas apuró el paso para refugiarse.
Esa hipótesis no le es extraña a Mingo Saucedo, el abuelo del chico. Aunque puso reparos: “Por más daño que hayan hecho, si es que fueron a robar –es una manera de decir, porque no sabemos nada–, nadie se merece que lo maten de esa forma. Si le querían pegar le hubiesen dado en el pie o la mano”.
El caso es investigado por la fiscal de Homicidios en turno, Georgina Pairola, cuyo equipo de investigadores se abocó a los peritajes de rigor en la zona. “Según los primeros inicios y testimonios recabados en la escena del hecho, la víctima se encontraba junto a un grupo de al menos cinco personas cuando por razones que se investigan una de ellas mantiene una discusión con una persona no identificada al momento que se trasladaba en bicicleta. Luego de esa discusión esta persona extrae un arma de fuego y comienza a disparar al grupo de personas que se estaban reunidos en la zona donde se encontraba la víctima quien recibe un disparo de arma de fuego en zona derecha de la espalda que le causó el fallecimiento en el lugar”, señaló el parte oficial de la Fiscalía.