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Perú debate por un reality de tragedia

Polémica por programa de TV en el que concursantes contaban íntimos secretos y que derivó en el asesinato de una joven, a manos de su ex pareja.


El asesinato de una concursante de 19 años de un polémico reality show de la televisión peruana, en donde los participantes confesaban ante cámaras su doble vida, desató ayer un debate nacional en la prensa y puso bajo los reflectores el papel de esos programas.

Ruth Thalía Sayas Sánchez, de 19 años, concursante de “El Valor de la Verdad” fue violada y asesinada por su ex pareja, y la noticia causó, el fin de semana pasado, escozor en el país incaico.

La chica llevaba diez días desaparecida cuando el sábado pasado su ex pareja Bryan Barony Leiva, de 20 años, confesó el crimen.

Intimidades y espectáculo

La particularidad del programa “El Valor de la Verdad” es que los concursantes develan intimidades secretas. Sayas reveló que se ganaba la vida como prostituta y no como recepcionista telefónica, como hizo creer a su familia. Su participación en el programa, donde ganó 15.000 soles (5.800 dólares) se enturbió cuando en agosto pasado se supo que complotó con el ex novio para tergiversar detalles de su vida sentimental de cara a asegurarse el premio y repartirlo luego entre ellos dos por partes iguales.

El ex novio confesó a los agentes policiales que la secuestró y estranguló por no darle su parte del premio. Además, dijo, según la policía, que también se sintió humillado por la confesión de Sayas sobre que tiempo atrás le había sido infiel y se había prostituido.

Un caso de “televicidio”

El crítico de espectáculos del diario El Comercio, Fernando Vivas, calificó lo ocurrido como un “caso extraordinario de televicidio”, en la versión  electrónica de ese medio. “El programa traicionó sus propias reglas al dejar que los protagonistas montaran un engaño, pues todo indica que no eran novios cuando fueron presentados en televisión. Ese engaño tiene relación directa con el asesinato”, acotó Vivas.

El fiscal de la Nación, José Peláez, informó que en relación a alguna presunta culpabilidad del programa “las pesquisas determinarán si es que existe un grado de responsabilidad, pero me parece que no tendría una relación de causalidad”, matizó.

“Por dinero, uno no puede abrir todo lo que ha vivido en la vida. Esto es algo que sería una especie de venta de información. Me parece que ahí hay una falta ética, de valores, con respecto a sí mismo”, dijo el psicoanalista Fernando Maestre, conductor de un programa radial a la televisora RPP.

En defensa del programa

El conductor del programa, el periodista Humberto Ortiz, se mostró shockeado: “Estamos consternados y están las puertas abiertas a la investigación de este crimen horrendo, de este feminicidio. Esto no es un crimen pasional de un adolescente despechado”, dijo Ortiz en Frecuencia Latina, canal que emite su programa que tiene menos de tres meses al aire. El periodista se defendió de las críticas e indicó que “es un caso mediático que ha hecho que se utilice un crimen horrible para fines subalternos, para quitarle la culpa al asesino y endilgárselo a un programa de televisión”.

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