Mientras que Rosario continúa sumergida en el terror por el incremento de la violencia narco, se confirmó que en el primer trimestre del 2024 bajaron los homicidios en relación con el año pasado y se trata de la menor cifra registrada en una década.
Un relevamiento del Ministerio Público de la Acusación destacó que en los primeros tres meses de este año hubo 36 crímenes, mientras que en 2023 hubo 79, es decir un 60% menos.
Lo que llama la atención es que, pese a este positivo número de descenso, la violencia sigue dejando víctimas de las cuáles un porcentaje no están relacionadas al narcotráfico, si no que son vecinos de la ciudad santafesina que trabajan día a día para sobrevivir.
Los primeros meses de 2024 se notificaron 36 homicidios. De ese total una gran parte sucedieron en enero con 17 asesinatos, mientras en febrero hubo 7 y en marzo se contabilizaron otros 11 crímenes.
De ese crudo número las víctimas son 29 hombres y siete mujeres, de las cuáles la gran mayoría fueron asesinadas en el primer mes del año.
Un ejemplo claro de la reducción del número ocurrió en el barrio Ludueña. Desde hace tiempo es uno de lo más temidos en torno a la llegada de bandas narco, pero en lo que va del 2024 solo se registró un homicidio.
Pese a que los números descendieron, los vecinos de Rosario viven con temor porque las amenazas y los crímenes de inocentes trabajadores azotan todos los días.
El miedo se incrementó después de que en tan solo días asesinen a sangre fría a un playero, un colectivero y dos taxistas.
Este panorama de temor e incertidumbre se vio reflejado en los puntos turísticos de la ciudad, como en zonas céntricas donde hay bares y restaurantes. Allí, sobre todo en Semana Santa, se registró una marcada disminución del consumo.