El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunciaba anoche un paquete de decretos sobre inmigración, una promesa que aguarda cumplimiento desde su primera presidencia y que se espera regularice la situación de unos cinco millones de inmigrantes indocumentados.
Obama anunciaba su plan al cierre de esta edición, en un desafío a la oposición republicana que desde hace un año bloquea la reforma en la Cámara de Representantes y desde hace tres semanas controla el Congreso completo tras su triunfo en las
elecciones legislativas.
En Estados Unidos viven 11,3 millones de indocumentados, según los cálculos del gobierno, de los cuales la mayoría son latinoamericanos –más de la mitad de ellos mexicanos–.
El grueso de la regularización contempla a los 3,7 millones de indocumentados que, según el Migration Policy Institute, tienen hijos que son ciudadanos estadounidenses o con residencia permanente y han vivido un mínimo de cinco años en el país.
Este grupo obtendrá un estatus legal temporal en el país, con lo que evitará la deportación, y los que no tengan antecedentes penales podrán además acceder a un permiso de trabajo, según informó la agencia de noticias EFE.
El otro millón y medio quedaría regularizado por la ampliación de la Acción Diferida, una medida que desde su entrada en vigor en agosto de 2012 evitó la deportación de más de 580 mil jóvenes indocumentados que llegaron cuando eran niños.
Según las estimaciones del Migration Policy Institute, 205 mil se beneficiarían de la eliminación del requisito de ser menor de 31 años y 85 mil de modificar el de haber entrado antes de junio de 2007 al de haberlo hecho antes de enero de 2010.
A estos 290 mil que se beneficiarían de la ampliación de la Acción Diferida hay que sumar los 1,2 millones que son “elegibles inmediatamente” bajo el programa actual, indica este centro de estudios de Washington especializado en inmigración.
Sin embargo, para decepción de activistas e inmigrantes, el paquete de medidas de Obama deja fuera a los padres de estos jóvenes que llegaron al país ilegalmente siendo niños, conocidos como “dreamers” (soñadores).
El plan de Obama incluirá también la ampliación de las visas para trabajadores altamente calificados, modificaciones en los procedimientos de detención de inmigrantes a nivel federal y el refuerzo de la seguridad en la frontera.
En tanto, los legisladores republicanos, que se oponen al decreto y se han referido a Obama como “emperador” y “monarca”, amenazan con paralizar la administración como ya lo hicieron a comienzo del año, o con bloquear cualquier fondo destinado a implementar las medidas del presidente.