El pasado 29 de julio Blanca López cumplió 91 años. Ella vive en un geriátrico y pese a que no puede tener contacto físico con sus familiares por la pandemia que azota al mundo entero tuvo su torta de cumpleaños, sus festejos y recibió el cariño, a los lejos, de su hijo, nuera y nieta, además de estar acompañada por todo el personal de salud que trabaja en la institución ubicada en Alem al 3200.
Adriana, nuera de Blanquita, explicó a El Ciudadano que dentro de la residencia se encuentra “toda” su familia. “Esta mi mamá, vecinos, la suegra de mi hermana, madres de amigas mías, etcétera. Mi mamá y Blanca son amigas desde que me puse de novio con Rubén (por el año 77) y se unieron más cuando fallecieron sus maridos. Mi papá murió en diciembre de 1980 y mi suegro en febrero de 1981, con dos meses de diferencia”, relató.
Adriana señaló que en Residencial Belén se suele festejar los cumples de los abuelos una vez al mes de todos los homenajeados en su día. Pero en este caso en especial a Blanca se lo festejaron en el propio día de su nacimiento ya que su familia le llevó dos tortas para compartir con las dos plantas del residencial y el personal que trabaja en el lugar le colocó en la cabeza una coronita y adornó el recinto para que su día fuera más que especial.
“Blanca está muy bien, sabía que era su cumpleaños, a veces se pierde un poco, pero mi marido se encargó de recordarle que era su día todo el tiempo”, dijo la mujer.
A Blanca sus familiares la saludaron desde lejos, en la calle y ella se asomaba desde una ventana. Con un cartel de feliz cumpleaños le hicieron homenaje a su día.
“Fuimos a eso de las 16 porque a las 16.30 es la hora de la merienda”, dijo Adriana y aclaró que ella va todas las semanas a dejarles “cosas dulces” tanto a su mamá como a su suegra y las puede ver a las dos asomadas desde la ventana. “Por eso no nos resultó raro lo de ayer, pero sí que fue muy especial”, resaltó.
La última vez que Blanca pudo estar en contacto estrecho con sus familiares fue el pasado 10 de julio, cuando habían permitido las visitas a los geriátricos, pero a partir del 16, por un caso de coronavirus en otra residencia para adultos mayores en Rosario, se suspendieron las visitas en todos los establecimientos. “Al menos pudimos verla una vez desde que comenzó la cuarentena”, concluyó su nuera.