https://www.elciudadanoweb.com/wp-content/uploads/2024/06/Diseno-sin-titulo-4.jpg Enviada Especial para El Ciudadano
El aguante. El de afuera y el de adentro de la cancha. La garra y el corazón cuando las piernas no dan y cuando el rival es notablemente superior. Argentina, número 37 en el ranking, le hizo partido al número 3 de la Fifa.
El entrenador, Carlos Borrello, lo había anunciado: “Inglaterra es un equipo más vertical que Japón”. Y estaba en lo cierto. Las británicas tuvieron la posesión de la pelota durante los 90 minutos y las chances más claras de convertir. Y en Oceane, pasó lo que se preveía, apenas Argentina se adelantó un poquito, dejó espacios libres e Inglaterra no perdonó. Fue 1-0 en el segundo partido y ahora, a todo o nada con Escocia.
En las tribunas, esa diferencia también se notaba. Gran marco en el estadio de Le Havre que tuvo una gran cantidad de aficionados británicos en las tribunas. A pesar de la diferencia, el grupo de argentinos que viajó a Francia a ver el Mundial se hizo sentir. Cantitos, aplausos, ovaciones y banderas desplegadas en las populares del estadio que tuvo una asistencia casi perfecta. Y, que además, entre esas más de 22 mil personas, estaban Las Pioneras. El grupo de jugadoras que en México 1971 doblegó al mismo rival de ayer por la noche por 4-1. Esta vez, el resultado fue distinto. La evolución del fútbol en los dos países también.
En la primera del encuentro Inglaterra le avisó a Argentina, con sus continuados ataques, que no era Japón. Mismo esquema defensivo que en el debut propuso Carlos Borrello con una sola variante: Adriana Sachs en lugar de Virginia Gómez en el lateral derecho. La rosarina estuvo con molestias desde el empate en el Parque de los Príncipes, y si bien el entrenador en la conferencia de prensa había adelantado que “estaba bien”, finalmente ocupó un lugar entre los relevos. La que sí volvió a decir presente fue Vanina Correa. Ama y señora del arco.
Elegida, además, mejor jugadora del partido. Un gran acierto el del entrenador que la llamó en el 2017, luego de estar sin jugar por haber decidido ser madre, para que volviera a vestir la camiseta Albiceleste. Vanina lo escuchó y decidió el regreso. Por ese entonces defendía el arco de Social Lux. Hoy con 35 años, trabajando y siendo madre, hizo que la atajada de un penal se gritara bien fuerte como un gol en minuto de descuento. También se convirtió en tendencia en las redes sociales. Para muchos, era una desconocida. Para otros tantos, la garantía de seguridad en el arco de Argentina. Vanina se ganó el aplauso de su país y los chiflidos de los hinchas británicos presentes en el estadio Oceane. Es que de no ser por ella, el resultado podría haber sido más abultado. En el primer tiempo sacó varias, pero se consagró cuando le tapó el remate desde el punto penal a Nikita Parris, a los 28 minutos. Tras una falta dentro del área a Ruth Bravo, la jugadora del Manchester City se paró desde los doce pasos en busca de abrir el marcador. Pero ahí estaba la uno defendiendo los tres palos, y le ahogó el grito de gol. El duelo con Parris se hizo personal. En el primer aviso de Inglaterra en el complemento, la número 7 volvió a intentar con un remante dentro del área, pero Correa le dejó el festejo para otro momento.
En el gol de las británicas, que estaba al caer, no pudo hacer mucho. El profesionalismo en Inglaterra se vio a la legua en puntos claves: velocidad en ataque y precisión en los pases. Son muchas las diferencias entre una y otra selección, por eso, la derrota de anoche en Le Havre da esperanzas. Argentina se volvió a plantar ante un equipo que es potencia y que en Canadá 2015 consiguió el tercer puesto.
Dicen que la emoción y la cabeza siempre juegan un papel importante en los partidos de fútbol. Ahora será momento de ponerse a pensar en el duelo con Escocia, el próximo miércoles en el Parque de los Príncipes y en buscar una chance de clasificar a octavos de final. Lo cierto es que de no conseguirse, Argentina ya está haciendo historia.