Uno de los hombres acusado de provocar el siniestro vial que el sábado pasado terminó con las vidas de un padre de 43 años y su hijo de 8, además de dejar hospitalizada a su esposa de 32, fue imputado este martes como coautor de los delitos de homicidio simple con dolo eventual y lesiones gravísimas y quedó detenido por el plazo de ley. La misma figura recaerá sobre un segundo involucrado, quien permanece internado por las lesiones sufridas en el accidente, ya que la principal hipótesis del caso es que el choque se produjo en el marco de una picada en la que ambos conducían a más de 130 kilómetros por hora cuando impactaron contra el vehículo donde viajaba el matrimonio con su hijo pequeño.
Parte de esa demencial secuencia sobre ruedas fue captada por cámaras de seguridad y exhibida en la audiencia imputativa realizada este martes en el Centro de Justicia Penal. Los fiscales de la Unidad de Homicidios Culposos Walter Jurado y Valeria Piazza imputaron a Pablo M., de 35 años, por el siniestro ocurrido el pasado 20 de marzo minutos después de la medianoche en la intersección de avenida del Rosario y Ayacucho de zona sur y pidieron la prisión preventiva que dictó el juez Facundo Becerra por el plazo de ley.
Según la imputación, el acusado actuó con dolo eventual en razón de que se trasladaba a alta velocidad en una intersección transitada por peatones, no frenó en ningún momento al cruzar la calle e hizo caso omiso a la intermitencia del semáforo.
La picada, según detallaron en la audiencia, comenzó por avenida del Rosario a gran velocidad y se detuvo a las cuatro cuadras del inicio con el violento impacto, en la intersección con Ayacucho.
Según la acusación, Pablo corría al volante de un Citroën contra el Renault Sandero que manejaba Germán S., de 36, quien permanece internado. Al momento del choque ambos autos iban a 132 kilómetros por hora.
La tragedia desmembró a una familia. A esa hora y por esa esquina viajaba en un Citroën C3 David Pizorno, de 43 años, junto a su hijo Valentino, de 8, y su esposa Cintia, quien fue la única que sobrevivió y continúa internada en el sanatorio Los Alerces. La mujer contó en notas periodísticas que hacían ese recorrido de manera habitual para dejar a su hijo con la abuela quien lo cuidaba mientras sus padres trabajaban. Cintia recordó durante una entrevista televisiva el momento del choque, dijo que sintió los trompos y su pareja intentó cubrirla y llegó a decirle que agachara la cabeza antes del impacto en el que murió su hijo y su marido.
Sus familiares presenciaron la acusación de uno de los conductores de la picada y reclamaron condenas firmes junto a un nutrido grupo de personas que los acompañó con carteles en la puerta del edificio judicial donde se desarrollaba la audiencia.
“A mi hermana le arrebataron la familia que había formado y quiere que caiga todo el peso de la ley sobre ellos”, dijo un hermano de Cintia quien aseguró que ella se encuentra bien de salud pero necesita “mucha fuerza” y para ello “justicia”.
Otro de sus hermanos resaltó que Cintia “es consciente de todo lo que le pasó, está lúcida y es muy fuerte” y pidió que más personas se involucren “para que esto no vuelva a suceder”.
En ese sentido, Mariana Sena, de Compromiso Vial, dijo que las picadas no son conductas aisladas sino parte de una violencia que se vive desde hace tiempo. Al respecto insistió que en este caso en particular las sanciones sean ejemplificadoras para los acusados y volvió a exigir que el Estado realice medidas de prevención para evitar hechos como el del sábado que “enluta a toda la ciudad y nos llena de impotencia”.