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Picadas: el acuerdo está lejos

Por Luciana Sosa.- El concejal Roy López Molina propone reconocer la actividad y construir un picódromo. Aficionados a los fierros aclaran que ya existe un predio y piden por su habilitación porque, aseguraron, “uno nuevo elevará los costos”.

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La mañana fría tuvo una reunión caliente en el Concejo Municipal en pos de habilitar un picódromo en la ciudad para que los amantes de las picadas de autos y motos puedan desarrollar su actividad, hoy ilegal, en un ámbito adecuado. El proyecto de ordenanza presentado hace ya unos meses por el concejal del PRO Roy López Molina busca darle una respuesta al importante número de aficionados de esta práctica, pero sin invadir la tranquilidad del resto de los ciudadanos y cuidando la seguridad de participantes, espectadores y ajenos. Sin embargo, las expectativas de López Molina no van a la par de la de los participantes del mundo de las picadas. “Nos están poniendo muchos palos en la rueda. Queremos que se habilite el picódromo que ya tenemos en Ovidio Lagos al 6800, pero desde el Concejo quieren crear uno desde cero y eso demandará dinero que no tenemos”, expresó Julio Marichichi, piloto de motos.

La idea inicial tiene como fin reglamentar una actividad practicada de manera más o menos organizada y constante por medio centenar de personas en la ciudad, y que a su vez moviliza miles de espectadores. Hoy las picadas son ilegales y, por ese motivo, se practican semanalmente de manera clandestina en distintos lugares: el mencionado predio de calle Ovidio Lagos “al fondo”, en zonas aledañas a La Florida, debajo el puente Rosario-Victoria y también los domingos por la tarde en pleno parque Alem delante de familias que buscan un espacio de recreación y tranquilidad.

Otra de las invitadas a la reunión que se realizó ayer en el Palacio Vasallo fue Mónica Gangemi, de la ONG Compromiso Vial, quien aportó datos y sugerencias en cuanto a la seguridad del espacio.

“Lo más importante es que una actividad como las picadas estén cuidadas y controladas. Quienes quieran practicarla, que lo hagan bajo una ordenanza que regule la instalación de los picódromos privados; es decir, que sea el Estado el que se haga cargo del control de esa actividad, que incluya protocolos de seguridad, condiciones arquitectónicas, urbanísticas y técnicas”, apuntó.

Por su parte, el concejal López Molina señaló: “Creemos que la picada en sí misma no es un delito ni una actividad ilícita, pero que cuando se la corre sin seguridad genera riesgos para propios y terceros, por eso este proyecto de ordenanza busca que se tenga en cuenta aspectos de seguridad en los vehículos, como matafuegos, que haya asistencia médica y controles de alcoholemia a los participantes. Para ello se deberán realizar estudios de factibilidad técnica, económica y urbanística que respeten todas las normas de seguridad y tengan en cuenta las normativas vigentes en materia de zonificación y uso del suelo”.

Pasión y velocidad

Daniel, de 20 años, explicó durante el encuentro de ayer que “todos saben que los miércoles y jueves picamos en La Florida o debajo del puente (Rosario-Victoria); incluso hay cámaras por la zona, y si nosotros no tenemos un lugar, vamos a estos espacios que son abiertos y no ponemos en peligro a nadie ajeno a las picadas. ¿Por qué no dejan un patrullero para que directamente no vayamos? En realidad, esperan a que empecemos para luego caer con los operativos y así recaudar mucho dinero. La cuenta es fácil: se llevan hasta 200 motos”.

Por otra parte, Marichichi mencionó que “en Buenos Aires existen pistas en peores condiciones que las que tenemos en Rosario y sin embargo no podemos correr porque no están habilitadas. Es más, mucha gente de distintos puntos del país quiere venir a Rosario, pero nos perdemos la posibilidad de instalarnos en el mapa nacional por tantas trabas”.

Ariel Flores, “comisario deportivo y largador”, criticó la “burocracia con la que se está aletargando la habilitación. Ya tenemos un picódromo y quieren hacer uno desde cero, lo cual tendrá costos elevadísimos que no podremos enfrentar. Deben tener en cuenta que cada encuentro moviliza a familias enteras, son en total unas 4 mil a 5 mil personas, y los que corren se registran de acuerdo a las normas y controles que tenemos, pero falta que sea reconocido”.

“El reglamento está, ellos deben revisarlo –agregó Flores–. Todo lo que piden como personería jurídica y demás requisitos son obstáculos que a este paso van a lograr que las picadas sigan siendo ilegales”.

Asimismo, los corredores aducen tener en Rosario “el mejor autódromo del país”, por el Juan Manuel Fangio. Pero, explicó López Molina, “se reabrió el autódromo basándonos en un equilibrio con los vecinos y prohibiendo las picadas en dichas instalaciones, así que ese lugar queda fuera del proyecto que estamos tratando”.

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