La generalidad, en cualquier ámbito, tiene un tinte de injusticia porque cada persona tiene sus particularidades, defectos y virtudes, y es imposible pretender englobar a todos bajo una misma definición. Lo que sí se puede hacer es jugar con la opinión, con la mirada propia y analizar la variedad de concepto que existe, lo que lleva a poder trazar un mapa, un crisol de características que en algún punto unen y amalgaman.
Desde 2020, el 27 de junio tiene un enorme significado para el deporte de la ciudad, que estableció el “Día Municipal del jugador rosarino de básquet” en reconocimiento a Víctor Hugo Le Bihan, jugador y director técnico de la ciudad de reconocida trayectoria con éxitos en todo nivel y presencia en la selección nacional, pero también arraigo en los clubes de barrio.
Como en aquel momento es bueno recordar que esa quizás sea esa la característica saliente del jugador rosarino. Su formación en el barrio, ese romance con el básquet que nació pelota en mano rumbo al club para tirar al aro, para establecer relaciones humanas desde el pique y el pase, definir roles y personalidades desde muy temprano con su función en el rectángulo.
Está claro que es el día de Buby, nacido el 27 de junio y al que lamentablemente se extraña, pero desde su generosidad y pasión por el deporte y la charla hubiera estado feliz con esta “generalidad” que dispone que sea el día de todos y, por qué no también de todas, aquellas personas que juegan al básquet en la ciudad del Monumento.
Unos tantos rompieron barreras y pasaron a la Liga o al exterior. Otros muchos permanecieron en el básquet de acá. Todos tienen la misma pasión y similar responsabilidad, porque el amor a la hora de ponerse las zapatillas para entrar a jugar es idéntico.
En este día para recordar al Buby y a todos los grandes pero también a los menos conocidos del básquet de acá, también vale rememorar a los que ya no están en estos años difíciles de pandemia. Y a todos los que no pueden desarrollar su trabajo en el básquet, pero también su pasión en el deporte por las restricciones necesarias, desde los más chicos hasta los más grandes.
Es un momento de pensar en el ser del basquetbolista rosarino. Por eso pareció muy interesante escucharlos, buscar sus diferentes definiciones y entre todos llegar (o no) a una idea sobre el verdadero ser del jugador y la jugadora del básquet rosarino. Los jugadores de hoy y de ayer eligieron qué característica cree que representa al basquetbolista rosarino y mencionaron a los jugadores que admiraban desde chicos en las canchas de la ciudad.
Cristian Cortés
«Creo que la caracterísca que nos diferencia es la competitividad. Hay muchos clubes en Rosario y nos acostumramos a competir en el barrio. Ese amor que generamos por nuestro club hace haya también rivalidad, que cuando es sana es buena. La otra puede ser la amistad, el sentido de pertenencia con el club. No es cualquier cosa para nosotros, es algo importante. Cuando estaba en inferiores admiraba a mi hermano Hugo, a Diego Foradori porque me identificaba con el por el puesto y al Mono Tripelli, que completaba el tridente».
Jorge Leone
«La principal característica siempre fue los fundamentos que poseen quienes se destacan y siempre la entrega, la voluntad de querer ganar aún en las peores circunstancias. El mejor fue el Buby Le Bihan. Y después tuve la suerte de ver a Sucatzky, Bernardini, Boccia, Joaquín Fernández, Domínguez y tantos otros».
Sergio Córdoba
«La característica distintiva del jugador rosarino venía ligada a su formación en los clubes de barrio, con mucha oertenencia. Era más pícaro, estaba todo el día tirando con la única pelota que había. Había dedicación, compromiso e identificación con el club. Como me formé en Ciclón, admiraba y quería imitar a Chacho Valdez y al Colorado Arreche, pero también fui conociendo a los referenets de cada club, Buby Le Bihan, Caco Aguilera, Mario Bernardini, Toscano Ludueña, Pepito Ferranti, Raúl Burgos, cada uno en su club».
Gabriel Tomassetti
«El jugador del básquet rosarino es algo desfachatado para jugar, tiene una cuota de egocentrismo, con mucho amor propio y un estilo de juego más impulsivo que inteligente en algunas ocasiones. Hoy en día es más atletico que fundamentado y tiene esa ambigüedad típica del torneo local de no llegar a ser del todo profesional, con el deseo de querer serlo pero no terminar de asumir todas las responsabilidades. Yo admiraba a Juan Rapp y al base de Newell’s Barovero».
Pablo Fernández
«La camada de nuestra edad se crio viendo Liga Nacional y un torneo local de los más fuertes del país. Dentro de ese contexto las características de los jugadores que pudimos disfrutar eran con buena técnica individual pero sobre todo de un entendimiento del juego. Se me viene el recuerdo del campeonato de Provinicial, son muchos jugadores que admiraba, por citar algunos Olivier o Robledo».
Omar Arcari
«El jugador de Rosario no es justamente reconocido por nosotros mismos, por la gente de la ciudad. Considero que tiene todos los fundamentos para triunfar en cualquier nivel y tenemos muchos ejemplos por el país o afuera del país. La competencia interna es muy exigente. Hay varios jugadores admiré entre otros Montanini, Le Bihan, Rapp, Sucatzky, Bianchini, por nombrar a algunos».
Yanet Traid
«Creo que las características principales de las jugadoras rosarinas es la pasión y el esfuerzo. Si bien hay muchas jugadoras de la ciudad que tienen mucho talento, creo que predominan las otras características. El básquet femenino en Rosario es amateur en su mayoría y se ve reflejado el esfuerzo y la pasión de todas las jugadoras de los distintos clubes a la hora de entrenar y jugar. De chica admiraba a jugadoras que jugaban en mi club, Daniela Oldani, Natasha Spiatta y Natalia Ríos».
Gabriel Domínguez
«El tener una gran liga interna local dentro de nuestra ciudad hace que la formación y la competencia de cada uno de los jugadores sea de alto voltaje. Nuestros jugadores suelen llevar un gran nivel coordinativo desde pequeños lo que hace que rápidamente puedan adquirir habilidades de todo tipo, buen dominio de balón, muy atléticos y con una gran técnica en cuanto a sus fundamentos.Son jugadores con mucho talento. Otra cosa que nos diferencia es la mentalidad competitiva, la entrega y el sacrificio, el darlo todo acompañado de una gran velocidad mental. Y esa picardía que caracteriza al jugador argentino en sí. A los 6 años fui un alcanza pelotas de un tal Luis Faraht en Provincial. En este momento yo jugaba al fútbol y fue un inspirador de la naranja para mí, me gustaba verlo jugar, agresivo, veloz, inteligente, un segundo adelantado al resto del estadio, carácter, un talento puro. Y en Saladillo, Diego Turi, su técnica de lanzamiento, un jump a la perfección, su estilo de juego, su visión a campo abierto para pasar balónes sin mirar. Fue también una fuente de inspiración».
Horacio Fascia
«Para mí el jugador rosarino se caracteriza por su técnica y por su gran potencial ofensivo. Y algo que es determinante es la mentalidad competitiva con que se ve a todos, sean jóvenes o mayores. ¡Sea cual sea el nivel en el que jueguen los vas a ver dejando todo! Vi muchos jugadores cuando estaba en inferiores porque el nivel era excelente y puedo nombrar a dos de Estudiantil, Alejandro Bellía que además era el DT de las inferiores, y al gran Andrés Olivier, al cual admirábamos todos creo».
Candela Foresto
«La característica principal de las jugadoras rosarinas para mí es el esfuerzo, la dedicación y la pasión. Cuando era chica me acuerdo de admirar mucho a Emilia Giustiniani en ese tremendo equipo que tenía Ben Hur».
Juan Rapp
«En mi opinión en Rosario siempre se jugó un buen básquet pero quizás no con tanta pasión ni garra como en el interior de la provincia, pero sí hubo muchos jugadores con mucha calidad en su juego. De los jugadores que vi en mis años de inferiores (jugué sólo juveniles en Rosario) el que siempre llamó mi atención fue Daniel el Coco Montanini. Y de los últimos años imposible dejar de nombrar a Facundo Sucatzky, en su puesto lejos el mejor que vi en esta ciudad».
Ignacio Tripelli
«El jugador del básquet rosarino es responsable, perseverante y buen compañero. Al menos esas son las características que intenté transmitir en cada uno de los equipos que formé parte. Siempre admiré a Juan Andrés Olivier, crack total fuera y dentro de la cancha, que si bien no es rosarino de nacimiento jugó mucho tiempo en el básquet de la ciudad».
Pablo Maggi
«Creo que tenemos de todo. Hay talentosos, vagos, sacrificados, hueveros, humildes, agrandados.. jaja.. pero si tengo que elegir una diría la garra.En inferiores admiraba a los que estaban en Gimnasia en ese momento, el Colo Maya, el Oso Raffo, los Carasatorre, Pablo Palma, etc…».
Cecilia Quiroga
«Creo las jugadoras rosarinas tienen un poco de pasión, talento, fundamento, esfuerzo, garra. Me parece que la pandemia nos está privando de que jugadoras talentosas se sigan desarrollando de la forma que venían haciéndolo. ¿A quién admiraba? No sé. Pero tuve el placer de ver jugar a Leonor Riveros, a Roxana Grossi, el gusto de jugar con Chachi y Mónica Gallardo, Claudia Velizan, que era una jugadora distinta. Y obviamente más chicas que yo, Iris Ferazzoli, un animal, Natalia Ríos, una de las mejores que dio el básquet rosarino. Y obviamente, no puedo olvidarme de amigas que me dio el básquet, con las cuales compartimos buenas y malas: Daniela Oldani, Verónica Rodríguez y Marisa Cardozo».
Lisandro Villa
«Me parece que el jugador rosarino en general es aguerrido, tácticamente disciplinado y ágil para adaptarse a diferentes situaciones de juego. En las inferiores admiraba al Tongui Morange porque era mi entrenador en premini, era el capitán de la primera y ganamos el primer campeonato».
Maximiliano Yanson
«El primer jugador que admiré fue José Bosco. Me acuerdo del equipo de Atalaya que dirigía el turco Grimaldi (creo que 2005), y el de Gustavo Móndolo del 2006, equipazos los dos, y José siempre fue el jugador que más admiré y que tenía como referente, más allá de que no era rosarino».