La etapa de alegatos en la causa conocida como Los Patrones comenzó este miércoles alrededor de las 10 con las conclusiones del fiscal de juicio, Federico Reynares Solari, quien solicitó 18 años de prisión para los organizadores de la banda: Ariel Máximo “Guille” Cantero, Jorge “Ema” Chamorro y 12 años para sus respectivas parejas Vaneas Barrios y Jésica Lloan. Mientras que a Patricia Celestina Contreras, madre de Guille, le pidió una década de prisión. Con otros niveles de responsabilidad en la organización solicitó penas que van desde tres años de ejecución condicional hasta 14 años cárcel y cinco absoluciones.
En esta etapa, el Tribunal Oral Federal 3 –integrado por los magistrados Ricardo Vázquez (presidencia), Osvaldo Facciano y Eugenio Martínez– anunció que era obligatoria la presencia de los 39 acusados; la mayoría de las mujeres estuvieron en la sala de los Tribunales federales mientras que los 22 hombres presenciaron la audiencia por videoconferencia desde el penal de Ezeiza.
El Ministerio Público Fiscal dividió su alegato en tres grandes bloques. El primero tuvo su eje en el análisis del cambio de paradigma que se presentó a través de la causa Los Patrones. Para el fiscal Reynares Solari la novedad radicó en que la investigación no se quedó en el resultado obtenido sobre un punto de venta sino que continuó para determinar todos los eslabones de la cadena de comercialización de drogas.
Así, la pesquisa que comenzó en noviembre de 2014 sobre los puntos de ventas de Laprida y Chávez y Platón al 1400 y duró un año llegó a los líderes de la organización criminal, quienes estaban detenidos en la cárcel de Piñero. También en la causa están sindicados todos los actores, que van desde las personas que atendían los bunkers, la encargada de la logística hasta los proveedores. Todos necesarios para llevar adelante la venta de estupefacientes en los barrios del sur y sudoeste de Rosario.
En sus conclusiones, el fiscal describió que en la organización existen dos líderes, Guille Cantero y Ema Chamorro, quienes llevaban adelante las tareas para garantizar el comercio de estupefacientes hasta que fueron apresados por una pesquisa que llevó adelante la justicia provincial. La hipótesis de la Fiscalía remarcó que a pesar de estar privados de su libertad en el penal de Piñero, continuaron con las decisiones estratégicas a través de “comunicaciones que se daban desde el teléfono fijo de la cárcel como si fuera su oficina”.
A su vez, a través de escuchas, seguimientos y registros de todo lo incautado en los diferentes operativos, la pesquisa descubrió que las encargadas de llevar adelante las operaciones del día a día y de concretar las órdenes eran las respectivas parejas de los jefes: Vanesa Barrios y Jésica Lloan, quien fue mamá hace diez días. “Barrios y Lloan eran las gerentas generales, quienes se encargaban de hacer cumplir al núcleo duro de la organización las disposiciones de sus parejas”, detalló Reynares para agregar que, por ello, considera a los cuatro como los organizadores.
Por un lado, Jésica estaba encargada de tratar con los proveedores: incluso el fiscal hizo referencia al arreglo que hizo con Elías Javier “Patrón” Sánchez junto con el padre e hijo oriundos de Ibarlucea y ambos llamado Luis Peñalba para traer la marihuana desde Corrientes. Este cargamento de unos 340 kilos de marihuana fue incautado en noviembre de 2015 en un camión que transitaba la localidad chaqueña de Santa Sylvina; otro tanto fue secuestrado en un galpón de Corrientes, desde donde había salido el vehículo. También tenía trato cotidiano con quien está sindicado en la causa como abastecedor de cocaína, Diego Cuello.
El núcleo duro de la organización estaba integrado por familiares. Debajo de Vanesa, pareja de Guille, estaba su tía Gladys Obdulia Barrios, a quien la Fiscalía la ubica como la encargada de la logística. “Gladys también conocida como la Tía o Vieja tenía una función medular ya que se encargaba de abastecer las bocas de expendio, las cuales estaban numeradas. Por ejemplo, el punto de venta de Platón tenía el número 6 y le reportaba las entregas y los pagos a su sobrina. En esta función, Gladys estaba acompañada por su hija Daiana Pamela Suárez y la pareja de ésta, Mauricio Centurión”, explicó el fiscal para agregar que la tía era la encargada de darle las directivas a Horacio “Viejo o Cocinero” Castagno, quien estaba al frente de la cocina donde se estiraba la cocaína en un departamento del cuarto piso de Corrientes al 1900.
Por debajo de Gladys estaban las tías de Guille: Patricia y Vilma Reyna junto con Norma Bullón y sus respectivas parejas, quienes se encargaban de regentear a los vendedores en los puntos de ventas.
Penas
Con todo, el fiscal pidió 12 años de cárcel para Diego Cuello, 10 para Gladys Barrios, 9 para Alejandro Flores, 9 años y medio para Horacio Castagño, una década para Adrián Monserrat, 14 años para Elías Sánchez, 7 años y medio para Andrés Pablo Lasalle, 3 para Elizabeth Cocimi, 10 y medio para Luis Pedro Peñalba (hijo), 9 para Cristian Óscar Torancio, 8 para Diana Pamela Suárez, 7 para Norma Bullón y Vilma Reyna, 7 años y tres meses para Jonatan Lasarte, 6 y medio para Gonzalo Rodríguez, 6 para Dora Insaurralde y Jésica Lencina; 6 años y medio para Patricia Reyna, 4 para Eric y Kevin Quintana y 3 para Nadia Acuña y Alan Quintana, años y medio para Jonatán Pavoni, Brian Gastón Insaurralde y Yamila Borda; 4 y medio para Gustavo Daniel Duarte, 4 y tres meses para Leandro Ramírez, 3 de ejecución condicional para Alan Coronel y Macarena Cantero.
También el fiscal pidió las absoluciones de Juan Carlos Sánchez, Cristian Bustos, Analía Menéndez, Luis César Peñalba (padre) y Miguel Ángel Menéndez).
La señora
En su exposición, Reynares Solari dedicó un capítulo aparte a la figura de Patricia Celestina Contreras, conocida como Cele, por su rol en el caso Los Patrones pero también en una causa anexada y que se originó con el secuestro de marihuana el 31 de mayo de 2013. “Las tareas de inteligencia en la cuadra de Caña de Ámbar donde reside Patricia Celestina Contreras fueron muy difíciles debido a los satélites que estaban atentos a cualquier extraño que se presente en el barrio. El comisario Hirch (por Raúl, jefe de la División Drogas Peligrosas de la Policía Federal) describió que era la que indicaba cómo se tenían que hacer las cosas y la que daba los permisos. En las escuchas, no por nada, la llamaban la Señora”, remarcó.
Reynares agregó que de las escuchas realizadas a Gladys Barrios se desprende que tenían que llevarle “eso” a la Señora y que ella era la encargada de pesar y de anotar todos los movimientos. “En el transcurso de la exposición de la prueba quedó claro que no era una mera observadora de lo que hacían su hijo y su nuera sino que intervenía y que formaba parte de la organización”, describió.
A su vez, el fiscal la encontró responsable en grado de autora junto con su hija Macarena por la tenencia de los dos kilos de marihuana halladas en 2013 cuando el juez provincial Juan Carlos Vienna ordenó una serie de allanamientos en la causa que terminó en abril pasado con altas condenas por asociación ilícita a los integrantes del clan Cantero.
Los proveedores
En la investigación, el ministerio Público Fiscal puso en otro nivel a los proveedores de la organización: uno de ellos fue Daniel Monserrat, quien se encargaba de ayudar al cocinero Castagno. Otro proveedor era Diego Fabián Cuello, a quien Vanesa y Gladys lo llamaban Amigo y se encontraba con Jésica. Reynares recordó que cuando allanaron el departamento de Dorrego 28 bis donde se alojaba Cuello hallaron cocaína con un nivel del pureza del 99 por ciento. A su vez, el encargo de la marihuana era el Patrón Sánchez.