Este jueves la agrupación El Paraná No se Toca presentó un pedido de informe a la Municipalidad de Victoria sobre las fiestas masivas con música y alcohol que –vienen denunciando– se repiten cada fin de semana en las islas frente a Rosario y Granadero Baigorria. Los ambientalistas quieren saber si esas reuniones fueron autorizadas y, si ése es el caso, hubo una evaluación de impacto ambiental. También, quiénes son las personas físicas o jurídicas que llevan adelante los eventos, y si se hacen en lotes públicos o privados.
La organización ambientalista señala que la música a todo volumen y el comportamiento de quienes asisten a esas fiestas ponen en riesgo a las más de 500 especies de aves, peces, insectos y mamíferos que habitan el humedal a los que se suman especies no autóctonas que escapan de territorio continental ante el avance de la frontera agrícola y las urbanizaciones. El lunes van a reiterar el mismo pedido de informes a la cartera de Medio Ambiente de Santa Fe, que aunque no tenga jurisdicción en las islas –son territorio entrerriano a la altura de Rosario–, sí es cierto que los que participan de las convocatorias son santafesinos.
Integrantes de El Paraná No se Toca recordaron que las fiestas masivas en las islas frente a Rosario y hacia el norte empezaron en 2003. En ese momento, los concejales de Victoria, que tiene jurisdicción sobre unas 370 hectáreas de islas, votaron la ordenanza 2.185 para controlar lo que pase a los costados de la por entonces flamante traza del puente interprovincial. “Se apoyaron en leyes provinciales que definen a esas áreas como naturales y por lo tanto deben preservarse de este tipo de fiestas. El municipio de Victoria reconoce que la posibilidad de control eficiente es mínima. Pero el impacto en la biodiversidad es altísimo”, explicó a El Ciudadano uno de los integrantes de la agrupación, Jorge Bártoli.
La presentación del jueves fue acompañada por la ONG ambientalista de Entre Ríos Los Guardianes de Victoria. Antes, habían hecho un pedido similar en el municipio de Granadero Baigorria. “Las fiestas se repiten en tres lugares: frente a la costa rosarina, en el brazo que se conoce como el Paraná Viejo; frente a Granadero Baigorria, en la llamada isla de Los Mástiles; y en lo que es conocido como el banquito de San Andrés. Cada una convoca a entre 1.500 y 3 mil personas, y la música se escucha a varios kilómetros”, agregó Bártoli.
“No nos oponemos a que las personas vayan a disfrutar de la isla. Sólo entendemos que lo masivo de estos encuentros pone en peligro la biodiversidad” del humedal, explicó Bártoli. y aclaró que desde hace años las islas se volvieron un refugio de biodiversidad por el avance del hombre en “tierra firme”. “Quienes hacen estudios de biología encuentran cada vez más especies que no eran autóctonas. Se trasladan porque ya no tienen lugar en la Pampa. Lo más habitual es que pase con las aves”, dijo Bártoli y aclaró que la agrupación no pretende discutir otra cosa que no sea el impacto ambiental. “Los problemas de uso y el tráfico son otro tema”, agregó el ambientalista.