La fiscalía solicitó ayer la ejecución sumaria por ahorcamiento para el ex presidente egipcio Hosni Mubarak, sus hijos Alaa y Gamal y el ex ministro del Interior Habib al Adly, en la tercera jornada de sesiones del tribunal que los juzga en El Cairo. El juicio continuará el 9 de enero próximo, mientras que la fecha del veredicto no ha sido anunciada todavía.
“La fiscalía pide la máxima pena para Mubarak y los demás acusados, que es la muerte en la horca”, declaró ante el tribunal el fiscal Mustafá Jater, poco antes que el juez levantara la sesión hasta el lunes próximo, informó Europa Press.
Mubarak está acusado por el asesinato de más de 850 personas durante las revueltas populares que lo derrocaron en febrero último.
El fiscal pidió también la pena de muerte en la horca a los hijos de Mubarak, Alaa y Gamal, y a su ex ministro del Interior Habib al Adli, y a otros seis antiguos funcionarios del temible aparato de seguridad de su gobierno.
El derrocado ex hombre fuerte de la tierra de las pirámides fue acusado además de establecer un régimen corrupto que destruyó la vida política de su país, argumento esgrimido por el fiscal durante el proceso que le siguela Corte Penalque lo juzga en las afueras de El Cairo.
En su alegato antela Corte, el fiscal Mustafa Sulaiman destacó que Mubarak, en particular durante la última década que estuvo en el poder en Egipto, dedicó todos sus esfuerzos a asegurar el “proyecto de herencia del poder” a su hijo Gamal.
“Dejó que la corrupción se extendiera por el país sin responsabilidad alguna”, puntualizó también Sulaiman en la sesión, según citó la agencia alemana DPA.
La fiscalía, que presentó su alegato durante tres días hasta ayer, llamó también a restaurar la dignidad y la justicia social que fue despreciada por un “régimen tirano opresor que intentó mantener su autoridad y su trono”, puntualizó.
“Esta corte es el futuro de Egipto y será una lección para elegir a los que ostenten el poder después de esto”, citó a Sulaiman la web de noticias del diario Al Ahram.
Mubarak, de 83 años, transcurre las que quizás sean sus últimas horas detenido en un centro médico militar en las afueras de El Cairo desde agosto, y el resto de los acusados en una prisión en Tora, en la capital egipcia.
