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Piden informes sobre el adolescente muerto en el Irar

La edila Lepratti mostró su preocupación por la muerte de otro chico en la cárcel de menores: "Se habla de recuperación y acompañamiento pero es poco entendible que lo encierren tan lejos de su entorno". Era de Venado Tuerto y su mamá hacía dos meses que no podía viajar a verlo por falta de recursos

La preocupación por la muerte de otro adolescente en el Irar, encerrado en forma compulsiva por orden de un Juzgado de Menores, llegó al Concejo Municipal de Rosario de la mano de la edila Celeste Lepratti, quien presentó un pedido de informes.

En la solicitud la concejala del Frente Social y Popular hace foco sobre una situación que desde hace años suma denuncias y víctimas: las condiciones de alojamiento a la que son sometidos los chicos dentro de la cárcel de Saavedra y Cullen, cuyas siglas significan Instituto de Recuperación del Adolescente Rosario.

Como ya ocurrió en otras situaciones igual de dramáticas, la información oficial es casi nula y las personas que trabajan en el lugar dan cuenta de que hay pibes en celdas y sectores no habilitados.

“Lamentamos sumar una muerte más en ese lugar; siempre dijimos lo mismo: el Irar debería estar cerrado”, dijo la concejala. Lepratti solicitó que se informe en qué condiciones de alojamiento se encontraba el adolescente de 16 años y por qué estaba encerrado en el Irar ya que su ciudad de origen era Venado Tuerto, localidad que cuenta con instituciones para jóvenes de puertas abiertas.

En ese sentido, Lepratti mencionó que la mamá del chico hacía dos meses que no podía verlo porque no tenía dinero para afrontar el viaje hasta Rosario.

Lepratti también pidió que se informe si el joven ingirió pastillas y en su caso, cómo las consiguió. También si bajo los efectos de las mismas tuvo atención médica en resguardo de su integridad psicofísica y del resto de los chicos encerrados en el Irar.

Según la poca información oficial que se brindó, a Juan Manuel Sosa, de 16 años, lo “encontraron» colgado dentro de una celda el viernes pasado. El Servicio Penitenciario lo trasladó al Heca, donde agonizó todo el fin de semana hasta el lunes, cuando falleció.

Para Lepratti es “menester aunar esfuerzos a los fines de garantizar a los jóvenes institucionalizados la preservación del derecho a la vida, siendo el Estado provincial el principal responsable de la custodia de las personas privadas de libertad en el Irar”.

Al respecto, la edila reflexionó que es “muy poco entendible” que por un lado se hable de “rehabilitación, recuperación y acompañamiento” y que, por otro, se lleven a un chico de tan corta edad a un lugar tan lejos de su entorno, donde ni siquiera podía ser visitado por sus familiares.

“Posiblemente lo que estaba requiriendo este adolescente no era estar encerrado en un lugar que llaman de rehabilitación, y que está lejos de ser eso, sino en algún tipo de espacio abierto”, dijo la concejala, quien recordó las “denuncias permanentes que vienen haciendo los trabajadores del Irar de que hay muchos más jóvenes alojados que los lugares disponibles”.

La situación la enmarcó Lepratti en un “direccionamiento de las políticas del gobierno a través de sus ministerios, de llevar adelante medidas de mayor encierro”.

La muerte de Sosa es investigada por el fiscal Walter Jurado, de la Unidad Especial de Homicidios Culposos, ya que la principal hipótesis del Ministerio Público de la Acusación es que se trató de un suicidio.

El cuerpo del adolescente fue llevado al Instituto Médico Legal (IML), para que se efectúe una autopsia que está prevista para este viernes bajo el Protocolo de Minnesota, que dicta técnicas especiales en la recolección de pruebas para determinar si hubo violencia institucional.

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