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Piden la tercera perpetua para un asesino múltiple acusado de cinco crímenes

Se trata de Javier Hernán Pino, quien por la cantidad de homicidios y su modus operandi al ser detenido hace cuatro años fue comparado con el mayor asesino serial de la historia criminal argentina, Carlos Robledo Puch, alias "El Ángel de la Muerte"

Un fiscal pidió este miércoles la tercera prisión perpetua para un asesino múltiple que está acusado de matar a cinco personas en Capital Federal, Salta y Rosario en un lapso de ocho meses durante 2015 y que fue descubierto por una pericia balística que determinó que una pistola 9 milímetros suya fue empleada en los cinco homicidios, informaron fuentes judiciales.

Se trata de Javier Hernán Pino (29), quien por la cantidad de homicidios y su modus operandi al ser detenido hace cuatro años fue comparado con el mayor asesino serial de la historia criminal argentina, Carlos Robledo Puch, alias «El Ángel de la Muerte».

Pino ya cuenta con dos condenas a perpetua en Salta y Rosario por tres homicidios, pero desde el 21 de febrero pasado está siendo juzgado por el Tribunal Oral en lo Criminal 3 porteño por los dos primeros asesinatos que se cometieron en Capital Federal.

El fiscal del juicio, Andrés Madrea, pidió que Pino sea condenado nuevamente a la máxima pena del Código Penal por los homicidios del comerciante chino Ni Qi Fu (40) y la masajista Claudia Sosa (32).

Al término de los alegatos, donde la defensa oficial del imputado pidió su absolución por el beneficio de la duda o subsidiariamente una pena por homicidio simple, los jueces Gustavo Rofrano, Miguel Ángel Caminos y Gustavo Valle pasaron a un cuarto intermedio hasta el 17 de mayo cuando el imputado pronunciará sus últimas palabras y después se conocerá el veredicto.

Según la investigación que involucró a cuatro fiscales -dos porteños, otro salteño y uno rosarino-, y a la División Homicidios de la Policía Federal (PFA), Pino tenía como modalidad hacerse amigo de sus víctimas para luego asaltarlas y ejecutarlas casi siempre por la espalda y con un arma con silenciador.

Pero la clave para unir todos los casos fue el Sistema Automatizado de Identificación Balística (SAIB), la base de datos que compara los proyectiles y vainas que son recolectados en distintos hechos criminales que ocurren en el país.

Los peritos de la División Balística de la PFA que operan el SAIB concluyeron que las vainas que el asesino dejó en estos cinco homicidios cometidos en Capital Federal, Salta y Rosario provenían de una misma pistola marca Taurus 9 milímetros secuestrada en poder de Pino cuando fue detenido el 21 de octubre de 2015 en la ciudad santiagueña de Frías.

La cronología de los crímenes atribuidos a Pino comenzó con el homicidio de Ni Qi Fu el 16 de febrero de 2015 en su supermercado de la calle Matheu 29, en el barrio porteño de Balvanera, cuando apareció ejecutado de ocho balazos 9 milímetros.

En un principio se pensó que podía tratarse de un caso de «mafia china», pero luego se determinó que había faltado dinero.

Le dieron perpetua a Javier Hernán Pino, el asesino de los hermanos Ponisio

En el alegato, el fiscal Madrea resaltó que el comerciante fue ejecutado «a quemarropa» y además de las vainas que lo comprometieron, mencionó que dos testigos ubicaron a Pino cerca del lugar del hecho.

El 15 de abril de 2015, Claudia Sosa (32) fue hallada asesinada en su departamento planta baja que alquilaba en la calle Tucumán 1545, en la zona de Tribunales y frente a la ex comisaría tercera, actual 1A de la Policía de la Ciudad.

La masajista presentaba un único disparo en la nuca y del lugar se secuestró una vaina calibre 9 milímetros que después incriminó a Pino y se estableció que robaron una computadora y quizás unos ahorros de la víctima.

En su alegato, Madrea sostuvo que Sosa fue ejecutada de un tiro limpio en la nuca realizado a corta distancia y posiblemente con un arma con silenciador, razón por la que ningún vecino escuchó el disparo.

En la mesa del living se encontraron dos tazas de café servidas, lo que dio la pista de que Sosa había recibido a alguien conocido, y un estudio de ADN determinó que en una de las cucharitas se halló el perfil genético de Pino.

Por ambos casos, Madrea pidió este miércoles que Pino sea condenado a prisión perpetua por como autor de dos homicidios criminis causa en concurso con robo y en el caso de Sosa le agregó el agravante de la alevosía.

Los otros tres homicidios por los que Pino ya fue condenado en otros dos juicios a prisión perpetua son el de Ariel Fernando Ríos (28), un playero de una estación de servicio de la localidad salteña de El Galpón asesinado el 13 de julio de 2015, y el de los hermanos Agustina (28) y Javier Ponisio (25), cometido el 16 de octubre de 2015 en la ciudad de Rosario.

La cronología de los cinco homicidios atribuidos a Javier Pino, el nuevo «Ángel de la Muerte»

Los cinco homicidios por los que Javier Hernán Pino (29) podría terminar con su tercera condena a prisión perpetua se iniciaron en febrero de 2015 en Capital Federal, continuaron en la provincia de Salta y terminaron en octubre de ese año la ciudad santafesina de Rosario con doble crimen.

Los dos primeros casos son los que se están juzgando ahora en la Capital Federal por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 y este miércoles Pino enfrentó un pedido de perpetua del fiscal Andrés Madrea.

La primera víctima fue el comerciante chino Ni Qi Fu (40), quien fue asesinado el 16 de febrero de 2015 de ocho balazos con una pistola calibre 9 milímetros en su supermercado de la calle Matheu 29, en Balvanera.

El segundo caso fue el homicidio de Claudia Sosa (32), quien fue hallada asesinada de un balazo en la nuca en el departamento de planta baja que alquilaba en la calle Tucumán 1545, cerca de Tribunales y frente a la ex comisaría tercera.

El tercer crimen por el que ya está condenado fue el del playero Ariel Fernando Ríos (28), asesinado de un balazo por arriba de la oreja izquierda el 13 de julio de 2015 en una estación de servicio de la localidad salteña de El Galpón.

Según lo acreditado por la Sala II del Tribunal de Juicio de Metán cuando el 10 de mayo de 2017 lo sentenció a su primera perpetua, Pino se ganó la confianza de Ríos y lo asesinó para robar los 70.000 pesos que había de recaudación.

En ese juicio, Pino lloró, pidió perdón a la familia del playero y dijo que el disparo fue accidental y que sólo había ido a robar porque necesitaba dinero para ayudar a su padre que era enfermo y había sido detenido en Santiago del Estero por el robo a una financiera.

La saga criminal culminó en Rosario el 16 de octubre de 2015 a las 8.20 de la mañana cuando entró al domicilio de los hermanos Agustina (28) y Javier Ponisio (25), y los ejecutó de ocho balazos -tres para la mujer y cinco al varón-, con una pistola con silenciador para huir con 25.000 pesos, joyas y electrónicos.

Pino, que era amigo de Agustina, quedó grabado por una cámara de seguridad saliendo en su auto de la casa de la calle Castro Barros al 5500 y fue reconocido por la familia de las víctimas.

Al rastrear su teléfono celular, los pesquisas siguieron el rastro de Pino hasta la localidad de Frías, en Santiago del Estero, donde lo detuvieron cinco días después del doble crimen.

Al allanar su domicilio encontraron pertenencias robadas a los hermanos rosarinos -entre ellas una cadenita con el nombre «Agustina»-, pasamontañas, juguetes sexuales, cargadores, municiones, silenciadores y dos pistolas marca Taurus calibre 9 milímetros, una de las cuales fue la usada en los cinco homicidios, según el análisis de las vainas que dejó en las cuatro escenas del crimen.

Por este caso, Pino aceptó un juicio abreviado y el tribunal de primera instancia de Rosario lo condenó el 10 de noviembre de 2017 a su segunda prisión perpetua.

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