La investigación penal por doble homicidio contra Milton Ferreyra, de 19 años e hijo menor de Olga “Tata” Medina –una mujer con causas federales por narcotráfico–, está lista para ir a juicio. La Fiscalía adelantó, en la audiencia preliminar que se cumplió este martes, que pedirá para el muchacho y sus dos cómplices de causa la pena de prisión perpetua por un doble homicidio ocurrido en marzo de 2018 en el barrio La Cerámica. Uno de los dos últimos quedó, además, está involucrado en otro homicidio. Todos tienen la misma connotación y se vinculan a la disputa territorial por la venta de droga al por menor.
La Tata Medina tiene 50 años y está sindicada como la encargada del narcomenudeo en un sector de la zona norte. La mujer tiene un procesamiento desde 2014 en una causa federal por comercialización de estupefacientes en los barrios La Cerámica y Parque Casas. Milton, su hijo, junto a Walter Sebastián “Pañal” Contreras y Alan “Berraco” Acosta, quienes al momento de los hechos no superaban los 20 años, están sindicados por protagonizar el doble homicidio de Leandro Sarandonelli, de 20 años, y Carlos Gálvez, de 39. Fue en marzo pasado cuando las víctimas tomaban una gaseosa con la hermana de Gálvez, quién se salvó de los balazos por milagro.
El conflicto por el territorio no era nuevo en la zona. Según uno de los testimonios de la causa, el Hijo de la Tata y Berraco tomaron protagonismo en el barrio tras un asesinato anterior, en marzo de 2017, cometido en un after céntrico y cuya víctima fue Bladimir Medina, de 19 años.
En noviembre de ese año, el Hijo de la Tata fue herido en la cara y el tórax en Medrano al 2600. Según la pesquisa, en esa zona existe una histórica disputa por la venta de drogas: hay una cuadra de distancia entre un búnker que era atribuido a la Tata, y otro achacado al clan Romero.
El doble crimen
Carlos Gálvez vivía en Medrano al 2700, casi esquina con Siripo, de barrio La Cerámica. La noche del 29 de marzo de 2018 estaba con su hermana en la puerta cuando se cruzó su vecino Leandro Sarandonelli. Mientras charlaban compartieron una gaseosa entre los tres, y la única que estaba sentada era la mujer. En ese momento apareció un auto gris que se aproximó al grupo y desde el interior comenzaron a salir disparos sin parar. Los balazos impactaron en Leandro, Carlos y el perro del dueño de casa, que también murió. La chica logró salvarse.
Tras el doble crimen, los nombres de los presuntos autores empezaron a sonar. Para la pesquisa, Berraco, de 20 años, iba al volante, mientras que el resto de los ocupantes eran Cristian H., apodado Chupado; Pañal, de 20, y el Hijo de la Tata. En el transcurso de la investigación los testigos señalaron al Hijo de la Tata, a Berraco y a Pañal como las personas armadas.
La noche anterior el frente de la casa de Gálvez había sido atacado a tiros. Todo hace suponer que la rivalidad tuvo origen en el crimen de un tío de Pañal en la cárcel de Piñero y por ese motivo el joven fue a la casa de los Gálvez y los amenazo de muerte con un arma, según le atribuyó en la audiencia imputativa el fiscal Ademar Bianchini.
Los otros
Además del Hijo de la Tata, cayeron por el doble crimen Berraco y Pañal. Estos últimos también enfrentan la pena de prisión perpetua. Berraco fue detenido en un control vehicular en mayo de 2018, del que había intentado fugarse. Pero además del doble crimen, la fiscal Juliana González le imputó el arrebato de un celular en Balcarce casi Tucumán. Y también le achacó intentar robarle una cartera a una mujer en el mismo lugar. En esa oportunidad lo detuvieron porque la campera de la víctima quedó enganchada en la moto en la que iba, y ambos cayeron. Berraco salió pero al poco tiempo la Policía lo sorprendió circulando en una moto que contaba con pedido de secuestro. En esa oportunidad se le cayó el DNI.
Durante la audiencia preliminar, la fiscal González pidió un año y seis meses por estos delitos para Berraco, pero se unificó con el requerimiento de Bianchini, por lo que el joven enfrenta una posible sanción de prisión perpetua.
Otro de los homicidios
A Pañal, además del doble homicidio, fue acusado por el crimen de Roberto Godoy, de 37 años, quien murió ejecutado de ocho balazos el 22 de diciembre de 2017 en la puerta de su casa en Olivé al 2400. Tras el asesinato, la pareja de la víctima contó a medios periodísticos que hacía unos 5 meses que habían decidido dejar de vender estupefacientes al menudeo cuando les tiraron un papel debajo de la puerta: “Volvé a vender para nosotros porque te matamos a un familiar”, decía.
La mujer contó que decidieron no denunciarlo, y dos semanas después mataron a su pareja. Según la investigación hay tres personas involucradas en el crimen: Pañal y Roberto Medina, que también está detenido. Para ambos, el fiscal Florentino Malaponte adelantó que en el juicio pedirá prisión perpetua. Por el mismo hecho hay otro involucrado, que permanece prófugo: el joven apodado como Gordo Ezequiel.