El fiscal Leandro Lucente pidió prisión perpetua para los tres imputados por el asesinato de Mauro Emon, el policía que mientras se encontraba de franco intentó evitar que se consumara un robo y fue acribillado a balazos el 24 de junio de 2016 en la zona sur de Capitán Bermúdez. En el juicio oral y público que comenzó a desarrollarse en los Tribunales de San Lorenzo, el funcionario del Ministerio Público de la Acusación solicitó la pena máxima para Mauricio Gregorio G., Elias Aldo G. y Alberto Pedro M., por los delitos de robo calificado por el uso de arma de fuego en concurso real, con homicidio doblemente calificado por haberse cometido para asegurar el resultado del delito; y porque fue en perjuicio de un miembro de la fuerza policial, agravado por el empleo de arma de fuego. El tribunal a cargo del debate está integrado por los jueces de Primera Instancia Alberto Rizzardi, Ignacio Vacca y Álvaro Campos.
Mauro Pablo Emon tenía 38 años. Llevaba 12 de trabajo en la fuerza y se desempeñaba en la Policía de Acción Táctica (PAT) de San Lorenzo. Aquel viernes 24 de junio de 2016, en su día de franco, fue asesinado frente a su mujer y sus tres hijos cuando quiso auxiliar a un automovilista que estaba siendo asaltado por tres hombres.
Alrededor de las 21, René K. estaba en calle Juan Manuel de Rosas de Capitán Bermúdez a bordo de su Fiat Palio blanco. Esperaba para girar y acceder a la ruta nacional 11, abarrotada de tráfico. Detrás, el bosque de la planta de Celulosa Argentina se extendía en la oscuridad. Desde allí salieron tres hombres con los rostros tapados y René escuchó la explosión de los vidrios laterales de su auto. Uno de ellos lo golpeó en la quijada, mientras otro tomaba sus pertenencias. Segundos después, el conductor escuchó un par de gritos y, luego, los tiros. Al salir del auto el trío ya no estaba y, a pocos metros de su coche, había un hombre tirado en el piso.
Se trataba del cabo Emon, quien viajaba con su familia hacia a Rosario a visitar a su mamá. Al ver el intento de robo frenó en la banquina, tomó el arma reglamentaria y le dio la voz de alto a los ladrones. Acto seguido, empezó el tiroteo y cayó herido. Si bien fue llevado rápidamente en una ambulancia al hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, falleció poco después de ingresar.
El fiscal Lucente, a cargo de la investigación, sostuvo que una hora después fue detenido uno de los acusados en un asentamiento conocido como Los Espinillos, ubicado a metros del lugar donde se produjo el tiroteo. Mauricio G., fue encontrado escondido detrás de una garrafa. A metros de él, la Policía encontró un botinero que tenía guardada una pistola y, detrás de un paredón que separa la villa de la guardería Tifón, fue hallado un revólver calibre 22 en un desagüe a cielo abierto.
Los otros dos fueron aprehendidos cuatro semanas después, mientras se trasladaban en canoa por la zona de Rincon del Doll, en el departamento de Victoria, provincia de Entre Ríos. En la embarcación encontraron diversos elementos: electrosierra, soldadora, cables, vajillas, y arreos para yeguarizos que fueron secuestrados.