El titular de la Fiscalía Federal N° 1 de Santa Fe, Jorge Gustavo Onel, pidió la elevación a juicio oral y público de dos dirigentes gremiales, dos ex funcionarios públicos de Vialidad Nacional y una escribana por los delitos de fraude en perjuicio de una administración pública, falsificación de documentos públicos y falsedad ideológica de instrumento público, cometidos durante los años 2012 y 2013.
Quienes irán al banquillo cuando se habilite el trámite son el secretario General del Sindicato del Personal de Vialidad Nacional del Séptimo Distrito, Marcelo José Bertolotti; el secretario Adjunto, Miguel Ángel Vázquez; el entonces subgerente de Asuntos Jurídicos de Vialidad Nacional en Santa Fe, Francisco Keumurdji, el administrador general de la DNV entre diciembre de 2003 y diciembre de 2015, Nelson Guillermo Periotti, y la escribana pública Claudia María del Huerto Dechanzi.
Según detalló la acusación, Vázquez y Bertolotti instrumentaron maniobras para lograr la transferencia en donación en favor del sindicato de dos fracciones de un terreno de propiedad de la DNV en avenida Alem entre Sarmiento y Necochea, en Santa Fe. Luego, Keumurdji y Periotti dictaminaron “favorablemente y sin objeciones a las donaciones requeridas”, suscribiendo el convenio de trasferencia en noviembre de 2012, en el que se establecía –según el mecanismo conocido como donación con cargo– que el sindicato iba a utilizar la propiedad “para construir en las tierras transferidas la sede sindical y alojamientos para los trabajadores viales del interior”.
“Dicho acto jurídico, significó, en rigor de verdad y tal como se desarrollará, un tramo fundamental de la ilegal disposición por parte de ambos ex funcionarios de un bien perteneciente al Estado nacional, y de dominio público, el cual, conforme la normativa administrativa y civil aplicable, ostentaba el carácter de «inenajenable»”, marca el auto de elevación a juicio. Es decir, los funcionarios no deberían haber cedido el bien bajo su tutela, ya que no podían, marca el razonamiento judicial.
Pero el tema continúa: la Fiscalía señaló que Bertolotti y Vásquez, con la participaron de Keumurdji, falsificaron el documento del convenio de transferencia insertando una cláusula que establecía la posibilidad del sindicato de afectar el terreno a “figuras contractuales onerosas”. Es decir, se pierde el “cargo”: se trata del objeto de la donación, presente en muchos legados, que deriva en un reapoderamiento del Estado si el bien no se destina para lo que fue cedido.
Finalmente, la escribana pública Dechanzi instrumentó la escritura pública en el cual Bertolotti, Vázquez y Periotti, perfeccionaron “la transmisión del bien a título de donación” que permitió luego que los dirigentes sindicales concretaran en junio del 2013 un contrato de permuta con una inmobiliaria, con la cual intercambiaron dicho terreno por dos departamentos con cocheras ubicados en la avenida General López y en la calle 25 de Mayo. El valor de la operación de permuta final se fijó en 400.000 dólares. El MPF señaló que dicha acción implicó el incumplimiento de “la expresa finalidad de bien público por el cual el inmueble se les había sido confiado”.
Asimismo, la Fiscalía subrayó que las acciones de los imputados han implicado un “significativo fraude al erario público nacional”, ya que quedó verificada la irregular salida de su patrimonio de un valioso bien que había sido adquirido por expropiación, previo pago de un precio indemnizatorio, con destino, en definitiva, a un emprendimiento privado. Y todo ello “a través de distintos actos plagados de irregularidades y de la comisión de otros delitos penales contra la fe pública».
Con ello a Bertolotti y Vázquez se los acusa por los delitos de fraude en perjuicio de una administración pública, falsificación de documentos públicos, y falsedad ideológica de instrumento público.
Sobre Dechanzi recayó la figura de falsedad ideológica de instrumento público y fraude en perjuicio de una administración pública. No es el único caso que la involucra, ya que aparece en el caso conocido como “causa Colegio de Escribanos”.
En tanto, a Keumurdji se lo imputa por falsificación de instrumento público y fraude a una administración pública, y a Periotti se lo señala por este último delito, en calidad de autor.
Negoción
Se trata de una propiedad de 1809,02 metros cuadrados, dos unidades funcionales, un semipiso y oficinas que fueron objeto de un negocio inmobiliario fraudulento. Según detalló el fiscal federal Walter Rodríguez al solicitar las declaraciones indagatorias de los imputados, “Bertolotti y Vázquez pergeñaron un negocio inmobiliario que, según cifras oficiales, rondaría el valor de 400.000 dólares estadounidenses al momento de los hechos, con cuanto menos complicidad de Dechanzi, valiéndose originariamente de la suscripción de una escritura pública de donación en la que se introdujeron circunstancias falsas respecto al contenido del Convenio precedentemente invocado, a los fines de permitir el posterior despojo patrimonial de los terrenos en cuestión”.
Rodríguez explicó que “Bertolotti, Vázquez y Dechanzi progresaron en la defraudación pergeñada, luego perfeccionada a través de la celebración de un contrato de permuta con la firma Benuzzi Inmobiliaria SA, celebrado el 16 de julio de 2013, es decir, menos de cuarenta días después de la inscripción de la escritura de donación en el Registro General de la Propiedad Inmueble”.