El abogado Sebastián Da Vita, representante de tres víctimas de los abusos sexuales por los que está acusado el líder de El Otro Yo, Cristian Aldana, pidió este miércoles que se condene al músico a 40 años de prisión, por considerar que se probaron los delitos durante el juicio y que no existen atenuantes para su «conducta perversa”.
Da Vita hizo su pedido luego de que el músico intentara, nuevamente, postergar la etapa de los alegatos, previa al veredicto, para ampliar su declaración indagatoria.
“No quiero que se vulneren más mis derechos” dijo el músico al tribunal y pidió que se postergara el alegato de las querellas para que él siguiera con su declaración y que los defensores oficiales pudieran involucrarse en el juicio que ya consumió más de un año de audiencias.
Este martes había renunciado el segundo defensor privado de Aldana, Nicolás Grasso, por supuestos problemas de salud, y esto obligó al tribunal a convocar a miembros de la Defensoría de la Nación para que asistieran al músico.
Al no hacer lugar el tribunal a su pedido de postergación, Aldana insistió en este punto sin estar autorizado a hablar y, luego de una serie de cruces con el presidente del tribunal, Rodolfo Goerner, se retiró de la sala de audiencia en señal de protesta levantando un cartel que decía: “Sin defensa no hay juicio”.
Fue entonces que el abogado Da Vita, integrante del Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico a Víctimas de Delitos del Ministerio Público de la Defensa, pudo volcar sus argumentos para sostener el pedido de condena al rockero.
“La versión de Aldana de que se vio superado por la lujuria de dos jovencitas de catorce y quince años no es creíble en boca de un hombre de treinta y cinco”, razonó el penalista y destacó: “Todas las víctimas eran niñas, casi adolescentes, con un comportamiento lábil e influenciable, con algún problema en sus hogares y en un estado de vulnerabilidad”.
Da Vita señaló que Aldana buscaba precisamente esa condición de vulnerabilidad para elegir a sus víctimas y luego obligarlas a prácticas sexuales que “de ningún modo pueden considerarse consentidas”.
La audiencia se celebró con la mayoría de las siete denunciantes en la sala, que se presume fueron víctimas de Aldana y su banda entre 2000 y 2005, momento de mayor esplendor del grupo El Otro Yo y cuando Cristian, como lo llaman todos aunque su primer nombre es Humberto, era un auténtico rockstar.
Da Vita hizo hincapié en que existía una asimetría de poder entre Aldana y sus víctimas, y que eso en sí no está mal porque existen ese tipo de asimetrías en muchas instancias sociales.
“El problema –sostuvo el defensor– es que Aldana hizo un uso de ese poder en beneficio propio, para cosificar a sus víctimas y satisfacer sus fantasías más perversas”.
Luego de la presentación de Da Vita, la defensa del cantante pidió que se suspendieran los alegatos para poder tener tiempo y conocer las instancias del juicio, pedido que fue denegado pero no así la posibilidad de que el rockero siguiera declarando durante un breve plazo.
Cuando terminen su exposición las querellas, será el turno del fiscal y luego de la defensa, para así dejar allanado el camino a las últimas palabras del acusado y el veredicto por la condena o la absolución.