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Pilares del plan motosierra: cómo será la quita de subsidios a la energía y al transporte

El ministro de Economía, Luis Caputo, calculó que ambos beneficios equivalen a 2 puntos del PBI, y que serán eliminados en el transcurso de tres años. "La corrección será gradual, a razón, aproximadamente, de un tercio por año", señaló

En el marco del plan de motosierra que llevará adelante el gobierno de Javier Milei, los subsidios a las tarifas y al transporte serán una de las variables de ajuste más importante para ir hacia el equilibrio fiscal. El ministro de Economía, Luis Caputo, adelantó que esa corrección se aplicará de manera gradual y llevará tres años.

«Los subsidios hoy, tanto de energía como de transporte, son dos puntos de producto», dijo Caputo en declaraciones televisivas, en las que también aclaró que ese porcentaje es equivalente a US$ 10.000 millones. Ya el ministerio de Economía anticipó cómo serán esos recortes durante el año que viene a través de una planilla en la que detallaron cuáles serán los sectores más afectados.

Para el caso de tarifas energéticas y transporte, el titular del Palacio de Hacienda explicó que esa corrección será gradual «a razón, aproximadamente, de un tercio por año» de ese total de 2 puntos del producto, en un proceso que se extendería hasta diciembre de 2026.

«Entonces, hoy estamos corrigiendo 0,7 de esos dos puntos, de los cuales 0,5 es de energía y 0,2 es de transporte», añadió, en lo que representaría, tomando los valores que el propio ministro expuso, un recorte de subsidios de cerca de US$ 2.500 millones anuales en energía (incluyendo electricidad y gas natural) y US$ 1.000 millones en transporte.

El «cambio de enfoque» anunciado por Caputo apunta a dejar de concentrar los subsidios en las empresas prestadoras de los servicios y dárselos a los usuarios, a los efectos de poder diferenciarlos según su capacidad económica.

Ese aspecto fue puesto de manifiesto la semana pasada por el vocero presidencial, Manuel Adorni, para quien «es absolutamente injusto» que por un lado haya una discriminación con el Interior, donde «hoy hay gente que paga mucho más de lo que se paga en el AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires) y, por el otro, no se hagan distinciones entre usuarios socialmente vulnerable y otros de alto poder adquisitivo.

«Si yo salgo de Casa Rosada y me subo a un colectivo, aquel niño que hoy no tiene para alimentarse como corresponde me está pagando mi parte del boleto de colectivo que yo sí puedo pagar», puso como ejemplo en una conferencia de prensa.

En parte, ese cambio de paradigma comenzó a diseñarse a mediados del año pasado con la segmentación tarifaria del sector eléctrico, al establecer que los usuarios del Nivel 3 (consumos medios) tienen valores subsidiados hasta una demanda mensual de 400 kwh, pero que pagan la tarifa plena por los consumos que excedan ese tope.

En cuanto al transporte público, tanto en colectivos como en ferrocarriles, la identificación de los usuarios a través de la tarjeta SUBE podría facilitar esa política si se avanza en un entrecruzamiento de datos, pero se corre el riesgo que usuarios de alto poder adquisitivo utilicen plásticos de personas de menores recursos económicos.

Cómo se distribuyen los subsidios actualmente

El grueso de los subsidios a sectores económicos se concentra en el sector energético y, dentro de él, las mayores transferencias se derivan a la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa), que distribuye las asistencias entre las compañías generadoras de energía eléctrica.

En cuanto a los subsidios al transporte, la mayor parte van a las empresas de colectivos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), razón por la que las tarifas del autotransporte de pasajeros en esa región son notoriamente menores a la del resto del país y suelen generar reclamos de varias provincias.

Al respecto, según datos del el Ministerio de Transporte relevados por la consultora Politikon Chaco, entre enero y septiembre de este año, considerando solamente los fondos en concepto de Fondo Compensador y Compensaciones tarifarias, el total distribuido alcanza los $ 284.027 millones, de los que el 79,6% fueron al AMBA.

Ese porcentaje supera al 77% que obtuvo la región en el mismo período de 2022 y, según la consultora, «agrava la situación de desproporcionalidad que reclaman las provincias» que en el mismo período pasaron de una participación del 23% al 20,4%.

Desde esa perspectiva, Caputo consideró que «los subsidios no son tales» sino que en definitiva «son también usos de los recursos públicos para hacer política, un perjuicio para los que menos tienen».

Por ese motivo, remarcó que en la reducción de subsidios, a partir de reconocer que «hay diferentes sectores, se va a hacer una diferenciación entre los sectores que más lo necesitan y los que menos».

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