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Crimen de Pimpi: dos a la cárcel y uno libre

René Ungaro fue sentenciado a 17 años de cárcel como autor material del homicidio y Betito Godoy deberá pasar 11 años tras las rejas como partícipe primario. En tanto, Emanuel Suárez fue absuelto.

Ante una sala colmada finalizó ayer el juicio oral por el homicidio de Roberto Pimpi Caminos. La sentencia fue leída sólo en su parte dispositiva  y en diez minutos se conoció la suerte de los tres acusados del crimen. Por unanimidad los magistrados condenaron a René Daniel Ungaro a la pena de 17 años de cárcel por considerarlo autor de los disparos que terminaron con la vida del jefe de la barra brava de Newell’s, mientras que su compinche Carlos Alberto Godoy fue condenado a 11 años de prisión por su participación primaria en el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego. Otro fue el destino de Emanuel Suárez, quien resultó absuelto y recuperó la libertad. Tras la lectura se escucharon gritos y llantos y personal médico tuvo que asistir a la madre de uno de los condenados que sufrió un ataque de nervios. En tanto, las partes anunciaron que apelarán el fallo.

Cuando el reloj de la sala ubicada en el primer piso de Tribunales dio las 15, el presidente del jurado, Gustavo Salvador, comenzó la lectura de la sentencia. En primer lugar leyó el rechazo del planteo de nulidad de un acta de allanamiento y secuestro a la casa de Suárez que había planteado su defensor en los alegatos.

Seguidamente, y mientras parte del público terminaba de acomodarse, el juez Salvador, acompañado por sus pares Julio Kesuani y José Luis Mascali, leyó la condena a 17 años de Ungaro como autor del homicidio, lo que desató los gritos de su familia. Posteriormente se escuchó la condena a Godoy, aunque en esta oportunidad desde el sector de los allegados a los imputados se escuchó un insulto, y posteriormente se conoció la absolución de Suárez.

Según los fundamentos del fallo, la coartada presentada por Ungaro y Godoy resultó cierta, a excepción de los horarios en que dicen que se produjeron. Ambos afirmaron haber ido la noche del 19 de marzo de 2010 al boliche Bonita, luego a la comisaría 6ª y de allí a una estación de servicio, periplo que terminó a las 6 de ese viernes.

Pero según entendieron los magistrados ello se produjo en una franja horaria diferente es decir entre la 1 o 2 y  las 5, o 5.15 del día del crimen.

A su vez tuvieron en cuenta una serie de indicios incriminatorios: se consideró probado que Betito Godoy esa noche utilizaba un celular con la terminación 112 que aparece en el entrecruce de llamadas, que la muerte de Caminos se produjo entre las 5.25 y 5.35 y que hubo innumerables llamados y alertas entre los acusados, las que cesaron entre las 5 y las 5.38. Treinta y ocho minutos de silencio de radio, tiempo que resultó más que sorpresivo para los integrantes del tribunal.

Otro de los indicios que se evaluaron fueron las amenazas al entorno familiar previas al crimen, entre ellas un episodio ocurrido en el año 2007 en el bar Tokio donde, según una hermana de Caminos, Ungaro fue el autor de los disparos que recibió su hermano.

En relación a Betito Godoy, el tribunal consideró como indicio la rivalidad entre las fracciones de la barra brava de Newell’s y en ese contexto que el acusado es seguidor de Diego Panadero Ochoa (rival de Pimpi en las facciones de la hinchada rojinegra).

También se expresó que no se probó el desperfecto del Fiat Uno blanco en el que circulaba Godoy esa noche y se desvirtuaron los supuestos apremios que denunció Suárez por lo que se tomaron en cuenta sus primeras declaraciones.

Además, la sentencia refiere al alarde que hizo Ungaro, posterior a la muerte de Pimpi, “como un trofeo en su haber” y se citó el testimonio de Jorgelina J., y de un músico, que declararon en la audiencia y particularmente se describe el cruce que se produjo en la audiencia entre la mujer y Ungaro, quien en su momento tomó el micrófono y le contestó “con tono amenazante, constituyendo la única reacción dialéctica que expresara el imputado” refiere el fallo.

“Si realizamos una composición e hilvanamos los elementos indiciarios, podemos confirmar que desde la estación de servicios de avenida Francia y Montevideo hasta Zeballos y Servando Bayo hay pocas cuadras, y que en minutos se llega de un punto al otro; si a ello le agregamos que Ungaro había «avisado» ante testigos que mataría a Caminos; y si le agregamos, además, que se vanaglorió con posterioridad al hecho de tamaña actitud, no resulta difícil sostener que quien hizo alarde y ejecutó la acción es la misma persona. En idéntico sentido se precisó precedentemente el aporte desplegado por Godoy, conduciendo el auto que llevó al ejecutor hasta el lugar del hecho, huyendo luego raudamente”, refiere el fallo.

La absolución de Suárez

Por su parte Emanuel Suárez había sido acusado de identificar el lugar donde estaba Caminos y permanecer en el auto utilizado como movilidad para el crimen. Pero el Tribunal dispuso la absolución por el beneficio de la duda. Según refiere el fallo, se acreditó que esa noche Suárez estaba en moto, que no llamó a Ungaro y no hay testigos que lo hayan visto en el auto de Godoy.

Según las cuatro antenas de telefonía que captaron la señal de su celular, el acusado se movió por distintos lugares de la zona oeste y el tribunal tuvo en cuenta que Ungaro y Godoy, antes de ir a Bonita, pasaron por el bar Ezeiza, por lo que el avistamiento de la víctima por los imputados fue independiente a las referencias que pudo hacer Suárez, más aún si se tiene en cuenta que la primera llamada de Suárez a Godoy fue a las 2.24, sostiene la sentencia.

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