Frentes de viviendas acribillados, denuncias de amenazas entre vecinos y alumnos sin recreo por miedo a balaceras marcan el retorno de la violencia entre dos territorios linderos de zona sur, barrio Municipal y Fonavi del Parque del Mercado, históricamente enfrentados por peleas territoriales entre bandas. El rebrote de los tiros se produjo desde principios de mes, cuando la Justicia federal desarticuló una organización que regenteaba media docena de búnkers. El liderazgo fue atribuido a Rosa Caminos, una de las hermanas del ex jefe de la barra brava de Newell’s, Roberto “Pimpi” Caminos, asesinado seis años atrás, cuando todavía su mecenazgo estaba tan afianzado como el nombre de sus calles: Pimpilandia.
La intervención de los federales rompió el frágil equilibrio de la zona y las disputas por distintos dividendos, nunca del todo claros, recrudecieron. Anteanoche, una vecina paró a un móvil del Comando Radioeléctrico que pasaba por Sánchez de Thompson al 200 bis y señaló a un grupo de pibes apostados en un edificio. Según la Policía, los muchachos se pusieron agresivos y terminaron todos en la seccional 11ª para ser identificados, incluso una vecina que los insultaba desde el balcón.
Uno de ellos, Ariel A., apodado Teletubi, ya había sumado dos denuncias el mes pasado acusado de vaciar un cargador sobre el frente de una vivienda. En aquel momento, la moradora dijo que fue amenazada de muerte pero no quiso dar explicaciones sobre el motivo de la misiva. Casi un mes después de ese hecho, ocurrido el 7 de febrero pasado, una serie de allanamientos de la Justicia federal arrasó con parte del legado Pimpi en la zona. Cayó su hermana Rosa junto con su marido, su hija y su hijo, mientras que otro de sus hijos ya estaba preso desde hace un año cuando lo agarraron con cuatro kilos de marihuana y un arma. Desde la muerte de su hermano, Rosa denunció media docena de ataques a su vivienda, e incluso apuntó contra sus propios sobrinos, Alexis y Jonathan, quienes al parecer pretenden reclamar la sucesión de su padre a fuerza de bala.
Pero los plomos casi nunca son advertencias. La mayoría de las veces completan la extensa nómina de homicidios que azota la ciudad. El último hecho de sangre relacionado con las disputas por el paravalanchas leproso, el territorio y la venta de estupefacientes fue el crimen de Mariela Miranda. Ocurrió el 11 de marzo pasado, en Tablada, donde la mujer, junto con su marido e hijos, encontraron refugio tras tener que abandonar barrio Municipal. Una vez más, el apellido Caminos volvió a sonar, y todas las miradas apuntaron a Alexis, a partir de una vieja historia que une al clan al que pertenecía Miranda y los Caminos.
Otro clan del barrio
Según un viejo pesquisa, Mariela era la mujer de Jorge F., un hombre de 43 años apodado Gordo con prontuario de asaltante. En los 90 su nombre resonó como pierna de otro pesado del barrio, Lelio “Chapita” U., especialista en el robo de cajas fuertes.
También fue condenado por el asalto de piratas del asfalto a un camión de combustible y su apellido volvió a aparecer cuando, ofuscado porque un vecino había maltratado a uno de sus hijos, salió del centro de rehabilitación donde cumplía condena, fue hasta los departamentos de Grandoli al 5000 y le metió un tiro en la pierna para salvaguardar el honor de su apellido. Pero el Gordo F. también fue socio de Pimpi, enemigo íntimo de Chapita, según cuentan en el barrio, en el negocio de las sustancias cuya comercialización está prohibida.
En 2011 fue asesinado en el barrio Maximiliano Nota. Por ese homicidio fue condenado Gustavo “Teto” Caminos, sobrino de Pimpi, mientras que como autor material fue apuntado Alexis, pero en ese momento no era punible ya que era menor, y quien con un 3.57 Magnum plateado mató a Nota a instancias de su primo y justo frente a dos patrulleros que, según surge del expediente, parecieron actuar como custodios de los tiradores. Poco antes, un pibe que estaba con Nota se había tiroteado con los ocupantes de un auto donde iban Lamparita y Jonathan, hijos del Gordo F., y su primo José María. Según las fuentes, la bronca había saltado cuando Nota le pegó a Lamparita y los Caminos se pusieron en campaña para vengar la afrenta, dice el fallo.
Ya en 2013 las cosas cambiaron. El Gordo F., dueño de un lavadero, denunció a Alexis, a su tía Rosa y a su tío Alberto (alias Tato) por amenazas e intento de usurpación. Esta denuncia derivó en allanamientos contra el clan Caminos, procedimiento que se hizo 48 horas antes del primer partido de Newell’s como local luego de que fuera detenido Diego “Panadero” Ochoa, sucesor de Pimpi en la barra leprosa y procesado como instigador de su homicidio.
A Tato le hallaron entonces un arma de fuego y a Rosa sólo unos 300 gramos de cocaína. Los F. se mudaron del barrio tras algunos tiroteos, los que vecinos dijeron habían recrudecido en las últimas semanas, antes del crimen de Miranda, incluso con uno de los hijos del Gordo herido por una bala de ametralladora.
Poco antes del crimen de Miranda, Alexis fue detenido. Según la Policía, le saltó un pedido de captura del año 2012 por homicidio, aunque luego se demostró que no estaba vigente. Alexis está a disposición de un Juzgado de Menores por un asesinato, por el cual está a la espera de recibir sentencia su tío Juan Ramón, alias Rengo y padre de Tetu: se trata del crimen de Claudio Ruiz, quien era concuñado del Rengo. Alexis está acusado de haber apretado el gatillo.
Refuerzos del norte y el sur
Esa misma noche del arresto momentáneo de Alexis, se produjo un tiroteo entre los ocupantes de un Citroen C4 y unos muchachos que estaban en Grandoli y Esteban de Luca, en el que resultó herido un pibe de 22 años de un disparo en el pecho. La Policía detuvo a siete personas, entre ellas dos mujeres, a las que les incautó un revólver y una pistola. Entre los detenidos se contaban Juan A., de 32 años y originario de Las Flores, donde lo han ubicado como gatillero de la banda de Pino Godoy, y un primo de Alexis, G. Caminos, de 18, apodado Gury y domiciliado en la zona noroeste, donde ya se ha montado su propia fama de rompehuesos.
Un año atrás, G. y su hermano M. Caminos se vieron involucrados en el homicidio de Marilyn Fernández, de 15 años, quien quedó en medio de un tiroteo entre bandos tras una fiesta de cumpleaños en el barrio 7 de Septiembre. En el barrio sospechan que allegados a Alexis pidieron refuerzos mientras su jefe estaba demorado para copar la parada y por eso importaron gatilleros de otros lares.
El domingo pasado, dos días después del asesinato de Miranda, un chico de 22 años resultó herido de bala en Sánchez de Thompson y Lorenzini. A una cuadra de allí, sobre Grandoli, funciona la escuela Kennedy que, el lunes siguiente, decidió que los chicos no salieran al recreo hasta tanto cesen los tiros en el barrio, donde los últimos hechos parecen formar parte de una misma lógica: el reclamo de Alexis por el legado de su padre. Es decir: bienes o negocios que quedaron en manos de terceros, parientes o no, y cuya propiedad parece difícil de reclamar sólo con papeles.
Teletubi
En junio de 2011, el apodo de Teletubi comenzó a sonar fuerte en el Fonavi vinculado con disputas por el liderazgo de la hinchada rojinegra. Ese mes, uno de los hermanos del Pimpi, Tato, preparó una multitudinaria marcha sobre el Coloso que prometía recuperar el mando de la barra. La movilización contaba con apoyo y custodia policial pero no alcanzó ni a llegar al Parque de la Independencia porque antes de arrancar dos pibes bajaron armados de un auto y tiraron contra la multitud, hiriendo a un policía y un simpatizante. Más tarde, la Policía acusó a Teletubi, quien pasó una temporada en la cárcel de menores y luego fue desvinculado. El otro joven mencionado, Cuatrerito, terminó preso en Europa por una causa de estupefacientes conocida como Carbón Blanco. Como instigador del ataque fue señalado el jefe de la barra leprosa, el Panadero Ochoa. Semanas antes, en abril de 2011, la Policía ya le había sumado una causa a Teletubi por tenencia de armas. En agosto pasado, según la versión policial, el joven caminaba por su barrio, en el Fonavi del Parque del Mercado, y apuró el paso al ver a uniformados. Los empleados policiales dijeron que el joven se perdió de vista pero que antes descartó un bolso con una pistola ametralladora Halcón en su interior. Por entonces habían arreciado los tiros entre la banda del Fonavi, encabezada por Teletubi, y la del lindero barrio Municipal, cuyo liderazgo se atribuye a Alexis. Fue la última saga violenta antes de estos días de marzo.