Piotr Kropotkin fue una personalidad multifacética: biólogo, geógrafo, naturalista, investigador de la conducta de los animales, científico que refutó los argumentos maltusianos del liberalismo cerril del siglo XIX. Teórico del Apoyo Mutuo y el Comunismo Libertario, es uno de los referentes insoslayables del anarquismo. Libros de su autoría como “La conquista del pan” circularon y aún circulan en ediciones masivas y en los idiomas y latitudes del mundo más diversas. Piotr Alekseyevich Kropotkin nació en Moscú el 9 de diciembre de 1842.
Su nombre trascendió pues a la par que estudió el comportamiento de los animales de diversas especies elaboró una teoría social complementaria a los análisis de Charles Darwin. Kropotkin sostiene en su libro “El apoyo mutuo, un factor de evolución”, que la cooperación y el mutualismo entre animales de la misma especie es lo que contribuye a la genuina supervivencia, con lo cual funda las bases de una ética para el socialismo libertario.
Activo partícipe de la Primera Internacional de Trabajadores junto a Mijail Bakunin y Eliseé Reclús, Kropotkin escribió trabajos para la Enciclopedia Británica en sus años de exilio londinense, fundó el periódico Freedom y dejo testimonio en numerosos folletos como: Campos, fábricas y talleres, La Moral anarquista, Las Prisiones, el salario, el Estado, su papel histórico y La ciencia y el anarquismo.
La moral anarquista
Algunos fragmentos del libro de Kropotkin “La moral anarquista” permiten captar el talante de sus ideas y principios y la potencia de sus proposiciones: “La historia del pensamiento humano recuerda las oscilaciones del péndulo, las cuales hace ya siglos que perduran. Después de un largo período de sueño, viene el despertar; y entonces se liberta de las cadenas con las que todos los interesados –gobernantes, magistrados, clérigos– le habían cuidadosamente amarrado. Las rompe. Somete a severa crítica todo cuanto se le había enseñado; y pone al desnudo la vanidad de los prejuicios religiosos, políticos, legales y sociales en cuyo seno había vegetado”.
En aras de su espíritu de investigación se lanza por caminos desconocidos, enriquece nuestro saber con descubrimientos imprevistos: crea nuevas ciencias.
Lucidez
“El enemigo inveterado del pensamiento –el gobernante, el curial, el religioso– se rehace enseguida de la derrota. Reúne poco a poco sus diseminadas fuerzas, modifica su fe y sus códigos, adaptándolos a nuevas necesidades; y, valiéndose de ese servilismo de carácter y de pensamiento que él ha tenido buen cuidado en cultivar, aprovecha la desorganización momentánea de la sociedad, explotando la necesidad de reposo de éstos, la sed de riquezas de aquellos, los desengaños de los otros –sobre todo los desengaños–, comienzan de nuevo y con calma su obra, apoderándose desde luego de la infancia, por la educación.El espíritu del niño es débil, y fácil, por lo tanto, el someterle por terror: a esto apelan. Le intimidan, y le pintan los tormentos del infierno, le hacen ver los sufrimientos de las almas en pena, la venganza de un Dios implacable; más tarde le hablarán de los horrores de la Revolución, explotarán cualquier exceso de los revolucionarios para hacer del niño «un amigo del orden». El religioso le habituará a la idea de ley para mejor hacerle obedecer lo que él llama la ley divina: el abogado le hablará también de la ley divina, para mejor someterle a los textos del código. Y el pensamiento de la generación siguiente tomará ese tinte religioso, ese tinte autoritario y servil a la par –autoridad y servilismo van siempre cogidos de la mano–, ese hábito de sumisión que demasiado se manifiesta entre nuestros contemporáneos. Durante estos períodos de adormecimiento, raramente se discurre sobre cuestiones de moral. Hacen lo que pueden para acomodar exteriormente sus actos a lo que dicen profesar; y el nivel moral de la sociedad desciende cada vez más. Se llega a la moral de los romanos de la decadencia, del antiguo régimen, del fin del régimen burgués”.
Revolución
Kropotkin volvió a Rusia con el estallido de la revolución de 1917, señaló a Vladimir Lenin en diversas cartas y escritos la desviación autoritaria y burocrática de la revolución obrera.
Las ideas de Kropotkin alentaron a los movimientos obreros de Europa y Latinoamérica. En Europa, principalmente en la Confederación Nacional del Trabajo (C.N.T.) de España y la Federación Anarquista Ibérica (F.A.I.). En Latinoamérica en la Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Cuba y México.
En 1921, el mismo año en que se produjeron en Kronstadt y en Ucrania las matanzas ordenadas por Lenin Trotsky contra obreros y marineros de los Soviets, Piotr Kropotkin murió en Dmítrov (Rusia) el 8 de febrero. Partía de este mundo este ilustre científico y agitador de conciencias orientándolas hacia la solidaridad. Se apagó la vida de un abnegado científico que renunció a los privilegios y llevó una vida solidaria y rebelde.