Carolina Píparo, la mujer que fue salvajemente baleada durante una salidera bancaria cuando estaba embarazada en julio de 2010 rompió el silencio y se refirió a la inseguridad.
En una entrevista televisiva al canal de cable TN, Píparo aseguró que el tema «debe estar primero en la agenda» y pidió a los políticos que tienen que «dejar de lado las diferencias políticas para debatirlo.
Carolina Píparo, que estaba embarazada de 9 meses, fue baleada el 29 de julio de 2010 cuando con su madre, María Ema, fue a retirar dinero a la sucursal del Banco Santander Río de 7 y 42, en La Plata.
Su caso tomó una gran relevancia mediática a punto tal que a partir de este hecho surgió la ley de salideras bancarias que impuso nuevas medidas de seguridad en las entidades bancarias. Respecto a este tema, la mujer se mostró molesta porque «me pareció terrible que se utilice un caso tan atroz».
En referencia a ola de robos que se sucedieron en esta semana la mujer dijo que «la gente está preocupada por la inseguridad«. «Todos conocemos a alguien que le haya pasado a algo», añadió. «Los políticos tienen que salir a explicar el tema de la inseguridad. Tenemos que reconocer que tenemos este problema», amplió.
A pesar de que en un momento pensó en irse del país, lo cierto es que la mujer decidió quedarse por su familia y amigos. Vale recordar que el pasado septiembre Carolina fue madre de una nena. A más de un año de su caso Píparo señaló que «no vivo con miedo por mi, sino por mi hija y mi familia».
Por el hecho serán juzgados Luciano López de 19 años; Carlos Moreno (19); Carlos Burgos (18)y autor material del hecho; Juan Manuel Calvimonte (24); Miguel «Pimienta» Silva (42), quien «marcó» a Píparo dentro del banco; Augusto Claramonte (44) y Carlos Jordán Juárez (45).
Los siete hombres están acusados de «asociación ilícita, robo doblemente calificado en concurso real con homicidio triplemente calificado por haber sido perpetrado con alevosía, con el concurso premeditado de dos o más personas y criminis causa en grado de tentativa en concurso ideal con homicidio triplemente calificado por alevosía, por el concurso premeditado de dos o más personas y criminis causa para asegurar el resultado del delito agravado».
El fiscal consideró que la muerte de Isidro Buzali, el bebé que gestaba Píparo, fue un homicidio ya que el bebé «tuvo vida extrauterina, actividad cardíaca propia, respiratoria y cerebral» y su fallecimiento fue «producto precisamente de las gravísimas lesiones originadas por la agresión inferida» (a su madre).