A partir del método cubano “Yo sí puedo”, el municipio alfabetizó en dos años a casi 900 jóvenes y adultos en la ciudad, y buscan aumentar el número de graduados que luego pasan a la educación formal o a las capacitaciones laborales. También incorporaron un centro de alfabetización en la Dirección de Tránsito, ya que relevaron varios casos de personas que saben manejar pero no pueden conseguir el carné por no leer ni escribir. Hoy recibirán sus certificados de alfabetización más de 300 nuevos beneficiariós y capacitadores del programa que funciona en distintos puntos de la ciudad.
De acuerdo a los datos del último censo nacional que ha recibido el municipio –aunque todavía no se han confirmado–, unas 20 mil personas en la ciudad no saben leer y escribir. Desde 2010, cuando empezó a funcionar con participación del Estado local, el método “Yo sí puedo” ha alfabetizado a 900 jóvenes y adultos.
En 2011 el municipio se comprometió no sólo a alfabetizar sino también a asistir en el traslado del nuevo lectoescritor al mundo de la educación formal o la capacitación en oficios, bajo el programa “Que nadie quede afuera”. Desde entonces, unas 50 personas integran estas iniciativas del Gabinete Social Municipal (integrado por Cultura y Educación, Promoción Social y Salud). En cuanto a la obtención del título provincial de educación primaria, existen dos modalidades para el graduado del “Yo sí puedo”: acoplarse a las clases de las instituciones educativas para adultos o rendir exámenes finales. Por este motivo, además, se reeditó el acuerdo entre la fundación “Un mundo mejor es posible” (Ummep) y el municipio para implementar en los seis distritos rosarinos el método “Yo sí puedo”.
Una particularidad de la última camada de estudiantes es que hubo dos graduados que tras el curso consiguieron finalmente su carné de conductor. Según la coordinadora del programa, Elisabet Crettaz, la Dirección de Tránsito venía recibiendo a varias personas que si bien sabían conducir no podían cumplir con los demás requisitos ya que eran analfabetos. “En abril abrimos un espacio de alfabetización en la dirección de Tránsito para paliar este problema”, explicó la funcionaria.
Origen isleño
“Yo sí puedo” fue elaborado en el Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño (Iplac) con sede en Cuba. Se aplica en 28 países y del mismo han egresado cerca de 5 millones de personas. Reúne diversas características que explican por qué ha causado tanto impacto en el mundo: es atractivo, ya que se dicta a partir de clases audiovisuales; los horarios y los espacios se adecuan al grupo, lo que lo hace muy flexible y, ante todo, es efectivo. Tal como explicaron en varias oportunidades a este medio los coordinadores del programa, la relación entre números y letras –parte de la premisa de que los analfabetos manejas números a cuenta de relaciones monetarias diarias– es fundamental porque “se va de lo conocido a lo desconocido”.
El programa trabaja en 39 centros de alfabetización con grupos de 5 a 15 personas, y dura tres meses. Son 64 clases audiovisuales, cada una de una hora: media dura el video, y los restantes treinta minutos son de trabajo coordinado por un facilitador. En Rosario existen 87 facilitadores, quienes no necesariamente son docentes. Solo basta con que sepa leer y escribir. Cuando el cursado finaliza, la persona alfabetizada debe escribir, a modo de “examen final”, una carta. Este programa no es más que un puntapié, brinda las herramientas básicas para que una persona, de cualquier edad, sepa leer y escribir. El acceso a este programa es voluntario y se brinda capacitación a facilitadores los días martes a las 17 horas y jueves a las 10 horas. Los interesados pueden escribir a yosipuedo@rosario.gov.ar
Cabe recordar que el programa llegó a la ciudad de la mano de la Multisectorial de Solidaridad con Cuba en 2009.