A tres días de la mediática boda entre el príncipe Guillermo con Kate Middleton, un sondeo muestra que sólo un poco más de un tercio de los británicos está realmente entusiasmado, aunque la mayoría cree que la monarquía es positiva para el Reino Unido.
Un 37 por ciento de los encuestados se declara “genuinamente interesado y entusiasmado por el enlace” del viernes 29 de abril en la Abadía de Westminster de Londres, contra un 46 por ciento que dice no estarlo, según este sondeo realizado por la firma ICM para el diario The Guardian.
La mitad de los británicos (49 por ciento) está más contenta por el día festivo decretado por el gobierno que por la propia boda, aunque una proporción similar (47 por ciento) admite que seguirá el acontecimiento por televisión, como en distintas partes del mundo.
Esta aparente falta de fervor nupcial no impide sin embargo que un 67 por ciento de los británicos crea que la monarquía británica es todavía apropiada en el siglo XXI, y otro 63 que su país está en mejor situación con una familia real que sin ella.
“Una amplia mayoría considera que la monarquía continúa siendo pertinente para la vida nacional, hace que Gran Bretaña sea más respetada en el mundo y es mejor que cualquier alternativa”, estimó el diario progresista y republicano.
“Pero también parece haber un escepticismo tolerante en torno a la boda propiamente dicha”, agregó.
Los preparativos para el enlace continuaban ayer a toda marcha en la engalanada capital, donde los trabajadores terminaban de colocar las barreras de protección en la ruta y erigir la plataforma de tres metros destinada a los fotógrafos y cámaras de televisión frente a la Abadía de Westminster.
Una pequeña porción de los 7.000 periodistas que se estima cubrirán el enlace real más importante en Reino Unido desde el de los padres del novio, Carlos y Diana en 1981, estaban ya manos a la obra en las inmediaciones.
Muchos visitantes aprovecharon ayer el soleado lunes de Pascua para visitar el histórico templo gótico, que estará cerrado al público desde el miércoles a fin de ultimar los preparativos de la ceremonia, o para acercarse al palacio de Buckingham, donde se festejará la boda.
Tras un fin de semana casi veraniego, las previsiones meteorológicas son menos optimistas para el día del enlace, que podría estar pasado por agua.
“Actualmente parece que las temperaturas serán un poco superiores a la media y existe el riesgo de fuertes precipitaciones”, estimó Helen Rossington, del servicio especializado Meteogroup, cuando miles de personas se disponen a esperar durante horas en la calle para poder vislumbrar, aunque sea fugazmente, a los recién casados.
Si se confirma el mal tiempo, Guillermo y Kate podrían tener que renunciar a efectuar el recorrido entre la Abadía y el palacio en coche de caballos descubierto, y optar en cambio por la mítica carroza de cristal utilizada por la princesa Diana, madre del novio, para llegar a la catedral de San Pablo para casarse con el príncipe Carlos en 1981.
La familia real se reunió el domingo pasado por última vez antes de la boda con ocasión de la misa del domingo de Resurrección en Windsor (oeste de Londres), donde la reina pasa habitualmente los fines de semana, pero los futuros novios brillaron por su ausencia.