A menos de una semana de la Nochebuena el nivel de reservas en bares y restaurantes de la ciudad es “discreto”. En el marco de un diciembre agitado por la protesta policial y ataques a supermercados, la gente que ha decidido, hasta el momento, “salir a festejar afuera de casa” es menor que la de otros años. Según un relevamiento realizado por la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines de Rosario (Aeghar) del total de los locales sólo el 30 por ciento abrirá sus puertas el 24 de diciembre y el nivel de menúes vendidos está en aproximadamente un 50 por ciento. Desde la cámara esperan que la situación mejore para las fiestas de fin de año.
El presidente de la Aeghar, Carlos Meliano, comentó que “hay consultas pero el nivel de reservas está más bajo que en otros años”. “En todo esto tiene bastante que ver el tema de los saqueos y también la llegada del 19 y 20 de diciembre que predispone de una manera bastante particular a la gente”, afirmó.
“Navidad en general es un festejo más familiar y Año Nuevo es más de amigos y de salida, por eso esperamos que repunte para esa fecha”, comentó.
Comer afuera durante las fiestas no será fácil para cualquier bolsillo. “En general los menúes, dependiendo de la comida, la bebida y la mesa dulce, van desde los 280 hasta los 380 pesos en los restaurantes y esa cifra se eleva considerablemente cuando se elije un hotel”, destacó. Así las cosas, haciendo un cálculo rápido, en el mejor de los casos una familia tipo tendrá que desembolsar cerca de 1.200 pesos para poder brindar fuera de su casa.
Si bien muchos restaurantes mantendrán sus puertas cerradas durante el 24 a la noche, el empresario remarcó que los hoteles con servicio gastronómico abren en su mayoría. “Están haciendo promociones con bonificaciones. Por ejemplo, te venden la cena y que puedas pasar la noche junto a tu familia o quien te acompañe. Después, el resto de los restaurantes decide cada uno si abren o no, esa es una cuestión personal”, añadió.
Mientras tanto, las reuniones y los festejos por el final del año se están llevando adelante actualmente con un buen ritmo y las mesas de amigos siguen multiplicándose. “El clima está ayudando. En los corredores gastronómicos como la zona de Pichincha o Pellegrini se está trabajando bien. La gente está saliendo y encontrándose. Eso es algo que a lo largo de los años se ha convertido en una costumbre”, remarcó.
A la hora de hacer un balance del año, el titular de la Aeghar dijo que hubo “mucho trabajo pero que baja cada vez más el nivel de rentabilidad”. “La mayor causa de esto es la inflación. Es un elemento que nos viene socavando las ganancias. Este es un problema que afecta a toda la sociedad y a la gastronomía en particular. Cuando pasás todos los ingresos por el colador es poco el margen que te queda. Lo que hay es incertidumbre. Nosotros para la gente representamos la diversión y la recreación y lo primero que se corta cuando la plata no alcanza es eso. Hoy para sentarse a comer una persona, con entrada, plato principal y postre necesita de arranque 160 pesos o más y hay muchos que no pueden afrontar ese costo. Insisto, los corredores especialmente están trabajando bien pero el margen de ganancias es cada vez menor”, concluyó.