Search

Poesía para decir, ritmo para bailar y alegría para festejar

Chiquita Machado, el ensamble rosarino de mujeres que explora la cumbia, la música balcánica, el folk y la psicodelia estrena su segundo disco, titulado “Té verde”, donde combina líricas potentes con rítmicas para mover el cuerpo

Chiquita Machado es sinónimo de fiesta, baile y buena música. La banda, un ensamble instrumental rosarino que aborda un amplio corpus instrumental, se apresta a mostrar Té verde, su nuevo disco, que viene a suceder a su primer trabajo homónimo.

En las seis canciones que fundan Té Verde, las integrantes de la banda llevan lo instrumental a una instancia superior con líricas urbanas y cotidianas y un sonido que, con tono propio, comienza a definirse primando la cumbia con impronta colombiana, la música balcánica, el folk y ciertas expresiones de la psicodelia.

El álbum inicia con “Té verde”, una canción de potente carga lírica y expresión rítmica bailable que no escapa a cierta alegría para decir en voz alta: “Mi cuerpo me pertenece, somos fuerza, viento abrazando deseos, Respiramos cenizas, exhalamos fuego, como se escucha cantar a Marina Calvagna. Y continúa con la instrumental “Presentación” a la que siguen “Ya fue”, “Mañanero”, “Noche clara” y “Reina de cumbia”, con la que cierra el trabajo.

“Nos interesa destacar que hay una nueva búsqueda, que este disco no tiene nada que ver con el anterior y eso es uno de los motivos del festejo”, dijo Julia Capoduro, guitarrista de la banda, en diálogo con El Ciudadano. A lo que Victoria Chenna (teclados) sumó: “Lo grabamos por partes, las bases por un lado, los vientos y las voces por otro y terminó siendo un disco orgánico que se escucha mucho más parecido al vivo”.

El álbum fue producido por Chiquita Machado, grabado, mezclado y masterizado por Ezequiel Fructuoso, y editado con el apoyo de la Editorial Municipal de Rosario, al tiempo que la dirección de arte lleva la firma de Voraz Estudio Creativo.

La tecladista contó que el primer disco de la banda fue grabado por separado y tuvo una preproducción “muy cacera”. En cambio, en esta oportunidad, “fuimos al estudio grabamos, lo escuchamos bien en detalles, y volvimos a grabarlo; es parte del crecimiento”, según contó.

Algunas de las canciones de Té verde venían sonando hace unos meses y pedían a gritos ser incorporadas a un soporte para agruparlas y publicarlas. Así nació este material, breve en su desarrollo pero que sirve para plasmar la producción de los últimos meses del ensamble rosarino que integran Marina Calvagna (voz), Camila Depaoli (acordeón y coros), Victoria Chenna (teclados, sintetizador y coros), Graciela Amato (trompeta), Irina Marcus (clarinete y clarón), Luciana Harreguy (percusión), Cintia Venier (batería), Eugenia Cadel Damianovich (bajo) y Julia Capoduro (guitarra).

A lo largo de los casi nueve años que acredita de carrera, la banda fue cambiando su sonoridad e incorporando integrantes para ayudar a ese proceso natural de transformación. Consultadas por el tránsito hacia el sonido actual, Victoria Chenna resaltó el crecimiento musical y destacó que “en el primer disco era todo bastante nuevo, una experiencia nueva; en cambio en este segundo teníamos más claro que queríamos hacer con la sonoridad”.

La apuesta en Té verde es total porque involucra también a los contenidos. Con líricas que tienen una innegable perspectiva de género consiguen ser plurales porque el amor, los afectos y la libertad, temas principales del trabajo, no responden sólo a lo femenino haciendo de este álbum un corpus que interpela a todo aquél que lo escuche. “Fue un año bastante fuerte por lo que pasó con el tratamiento de la Ley de Despenalización del aborto y a todas nos atravesó. Eso está presente en el disco porque todas lo vivimos con mucha intensidad”, comentó Chenna.

Y sobre la canción que da nombre al disco, Capoduro agregó: “Es un tema que habla sin ser panfletario, hay mucha poesía en la forma de decir. Hay una línea de alegría. Hay una definición que es música para mover el cuerpo que usamos bastante porque va más allá de encasillarse en un género y tiene que ver con cierta alegría y poder para bailar”.

Existe un compromiso manifiesto de Chiquita Machado con la canción y los mensajes reivindicativos de género. “Varias de nosotras militamos y en el grupo prima esa conciencia porque son temas que discutimos y nos interesan. Es un tema que nos hermana”, contó Chenna. Y Capoduro sumó: “Eso decantó de forma natural en el disco; el contenido no fue algo buscado sino algo que nos atraviesa y surgió de una forma muy espontánea”.

Finalmente, las músicas anticiparon cómo será el estreno del flamante álbum: “Será una noche en la que sonará el segundo disco y haremos un recorrido por estos nueve años que venimos tocando además de una canción nueva que no está en el disco y que sonará por primera vez; por sobre todo será un festejo”.

Al mismo tiempo anticiparon que prepararon una noche donde, además, habrá merchandising de la banda y puestos con publicaciones.

A nivel musical completará la velada la participación de la banda cordobesa Madre Chicha.

Para agendar:

Chiquita Machado presentará su segundo disco titulado Té verde, este viernes, a las 21, en Distrito Siete, de Ovidio Lagos 790, donde también se venden las entradas

10