A partir de la iniciativa del edil Jorge Boasso, la polémica por la utilización de los polarizados en los vehículos llegará hoy al Concejo para su definición. Ayer el director provincial de Seguridad Vial, Gustavo Franco, aclaró que “los talleres de revisión técnica obligatoria de todo el país –regidos por los protocolos de la ley nacional 24.449– no podrán emitir un certificado de aptitud a los autos que ingresen con polarizados”. Pero el concejal no sólo insistió en que su proyecto no colisiona con la ley vigente, sino que mandó a al funcionario provincial a “estudiar” la normativa. Para peor los talleres que realizan la verificación técnica de vehículos advirtieron que “por una cuestión de jerarquía” ellos responden a la Secretaría de Transporte de la Nación y no a una ordenanza local; dicho de otro modo: harán sacar los polarizados como hasta ahora.
En diálogo con El Ciudadano, el director provincial de Seguridad Vial indicó que la ley de Tránsito nacional de 1994 prevé parámetros y condiciones de comercialización y seguridad para los vehículos, que están determinadas por los anexos técnicos del decreto 779 de 1995. “En ese sentido, los talleres de revisión técnica obligatoria de todo el país están regidos por esos protocolos. Como ellos los respetan, no se puede emitir un certificado de aptitud a un auto que ingresa con cualquier polarizado. Es una situación legal y real”, apuntó Franco. Según el funcionario, la colocación de las láminas polarizadas “distorsiona el correcto desempeño vial y disminuye la visibilidad” en situaciones adversas, como por ejemplo durante una lluvia. “Las provincias y municipios puede legislar en cuanto a circulación, pero no respecto a la comercialización y seguridad. No tenemos injerencia para modificar estas cuestiones”, remarcó el funcionario. Franco puso como ejemplo que los faros delanteros de los vehículos deben ser ámbar y poseer un alcance determinado. “No podemos legislar que sean azules o rojos porque es una medida estandarizada”, argumentó. Y aclaró que la provincia de Santa Fe, desde la ley 11.583 promulgada en 1998, ratificó los criterios de la ley nacional. “La reforma de la ley de Tránsito, proyecto que se está tratando en el Senado de la provincia, mantiene estos criterios con lo que la situación debe quedar correctamente planteada por el usuario”, aseveró.
En tanto, el edil Boasso salió a defender el proyecto presentado en las comisiones de Obras Públicas y Gobierno la semana pasada, y que ya consiguió despacho favorable. La propuesta es modificar la ordenanza Nº 7.750, que reglamenta dentro del Nuevo Código del Tránsito la utilización de vidrios para seguridad en vehículos automotores. En el mismo se especifica el “grado intermedio” de tonalidad como máximo grado posible. Por ello Boasso le recomendó a Franco “que estudie un poquito más” la ley: “Nuestro proyecto está de acuerdo a la ley nacional de Transito”, sostuvo.
Y luego de calificar a la iniciativa como “notable avance”, el concejal indicó que de aprobarse Rosario se convertirá en “una de las pocas ciudades que va a contar con la normativa y solucionar el problema de la gente”.
Según el edil, el 70 por ciento de los arrebatos que se cometen contra los conductores de vehículos ocurre porque el vidrio no está protegido. “La lámina de seguridad permite que no se astille y no se rompa y se le tiene que dar varios golpes más para romperlos”, explicó. Entre otras bondades de la implementación del polarizado, el proyecto asevera que estos evitan el estallido de los cristales en caso de accidente, controlan la transmisión de luz evitando el encandilamiento, absorben calor reduciendo la temperatura dentro del vehículo y filtran hasta un 99 por ciento de la radiación ultravioleta”.
Exactamente eso es lo que dice uno de los considerandos de la ordenanza 7.750, sancionada en octubre de 2004, cuyo texto habilita “la aplicación de láminas denominadas de «seguridad y control solar» erróneamente denominadas «polarizado» pero especificando que la visibilidad no debe ser inferior al 70 por ciento”. Establece, además, que quienes coloquen esas láminas deben contar con habilitación municipal para hacerlo, y los obliga a incluir una entre la película que coloquen y el vidrio original del auto que los identifique.
Boasso dice que nada de eso se cumple e intenta que se ponga en práctica pero cambiando la especificación del 70 por ciento de visibilidad por la palabra “intermedia”.
Y aclaró: “La población desconoce quiénes son las empresas y particulares responsables de la aplicación de las láminas de seguridad y control solar debidamente habilitados por el Municipio de Rosario”; y por consiguiente “no se debería sancionar” a quienes infrinjan dicha norma.