La semana pasada, la actriz Adele Haenel, que luego de protagonizar Retrato de una mujer en llamas abandonó la actividad cinematográfica, a través de una carta pública acusó a Cannes de estar «dispuesto a hacer cualquier cosa para defender a sus jefes violadores», citando a Roman Polanski, Gerard Depardieu y Dominique Boutonnat, presidente del National Film Board (CNC).
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«No sé sobre la imagen de Johnny Depp en los Estados Unidos», dijo Fremaux ante los requerimientos de las y los periodistas en la conferencia previa al inicio del festival, que esta vez tuvo como uno de los focos principales la polémica en torno al actor estadounidense.
«A decir verdad, en mi vida, sólo tengo una regla: es la libertad de pensar y la libertad de expresión y acción dentro de un marco legal», aseguró el director del certamen, que le preguntó a las y los periodistas acreditados si realmente creían que Cannes celebraba a los violadores, como sugirió Haenel.
«Ella no pensó eso cuando vino a Cannes a menos que sufriera una disonancia loca», dijo Fremaux, recordando el paso de la actriz por el festival. «La gente usa Cannes para hablar de ciertos temas y es normal porque les damos una plataforma», reflexionó irónicamente.
Lo cierto es que Fremaux dio por concluido el tema al señalar: «Si pensaran que es un festival para violadores, no estarían aquí escuchándome y no se estarían quejando de que no pueden conseguir entradas para las funciones».