El caso del niño abusado sexualmente en el Hogar del Huérfano de Rosario sigue generando polémica. Las autoridades retiraron al niño de los brazos de su madre “solidaria” y lo enviaron a un hogar de menores en Bigand a comienzos de año. Hasta hoy, Ana Schulze reclama que le devuelvan a “su hijo” y expresa que a pesar de que el requisito en la Dirección de Niñez de la provincia sea “no tener expectativas de adoptar” al niño o la niña que se contenga: “Fue la ex directora de la repartición, Mónica Baretto, quien me dijo que eso pasaba sólo con los bebés, que con los chicos más grandecitos no pasaba nada, por eso confié en poder adoptarlo”. Asimismo, la mujer sostiene que abogadas de la misma oficina habían mencionado que ella “estaba lista para adoptar al nene, inclusive se estaban tramitando los papeles. Y de un día al otro se lo llevaron a un hogar de niños en Bigand”.
“Él y yo estamos desesperados”, dijo la mujer en reclamo de mayor atención por parte de los funcionarios del área.
El caso del abuso se encuentra en instancia judicial. Se conoció en agosto del año pasado, cuando desde la Dirección de la Niñez se realizó la denuncia, el pequeño confirmó el hecho y hasta dio nombres de sus agresores.
El requisito para ser familia solidaria es que los niños deben estar como máximo un año y medio en ese núcleo o menos, si es que antes se soluciona su situación familiar y la Justicia admite reintegrarlo a su núcleo biológico. Asimismo, los “solidarios” no deberán estar inscriptos en el Registro Único de Adopción, y se les avisa que ese trámite les está expresamente vedado.
Sin embargo, de acuerdo a lo que relata Schulze, la gestión de la Dirección de la Niñez, Adolescencia y Familia, dirigida entonces por Mónica Baretto, les había prometido la tenencia del niño, motivo por el cual Ana sigue luchando.
Consultado por esta situación, Lautaro D’Anna, actual director del organismo, dio su percepción del caso a El Ciudadano: “Está siendo monitoreado, sabemos de la particularidad del mismo, pero por el momento no podemos dar respuestas”. Mientras tanto, Ana y el niño siguen separados.
“Al poco tiempo que vino a vivir a mi casa me empezó a decir «mamá», y «hermana» a mi hija. Nunca se lo pedimos, no le enseñamos eso, le salió de corazón”, recuerda Ana Schulze. El niño que fuera abusado en el Hogar de Huérfanos tuvo como consecuencia serios problemas psicológicos debido al abuso y fueron revelados en actos de conducta que lo llevaron a cambiar de escuela tres veces en sólo unos meses.
“Sé que es un nene difícil de tratar, no es para menos, y tuvo muchos problemas de conducta, por eso el cambio de escuela. De todos modos, con el tiempo habíamos logrado vivir en armonía, tanto mi hija como yo supimos cómo tratarlo. Él decía y dice que me ama, y yo lo amo a él, como si fuera mi hijo biológico”, compartió acongojada.
El niño en cuestión estuvo un año conviviendo con su familia solidaria. Según Schulze, al poco tiempo Baretto le dijo que “los trámites estaban hechos para la adopción”. “Tengo los diarios guardados cuando se publicó la noticia”, insistió la mujer.
Cerca de fin de año, a Schulze le detectaron cáncer de mama y en los primeros días de 2012 fue operada y tratada. Durante su internación, apareció una persona que dijo ser de la Dirección y que había trabajado en el Hogar de Huérfanos, con el objetivo de llevar al nene a una colonia de verano. “Fue desde ese día en que no entendí qué estaba pasando”, confió la mujer.
Días más tarde, la pesadilla de Ana y el nene se concretó: la misma “asistente terapéutico” que se había presentado en el sanatorio le dijo a la hija de Ana: “Me estoy llevando a tu hermano a Bigand”. “Al poco tiempo me enteré, buscando por internet, que era un hogar, porque no me volvieron a atender el teléfono desde la Dirección de Niñez. Es más, después las abogadas dijeron que yo había pedido ayuda para que me saquen al chico, cuando no es cierto”.
Por otra parte, Ana fue en junio por propia iniciativa a visitar a “su hijo”. “Estuve charlando, él sigue esperando que lo vaya a buscar, me pidió unos juguetes y que por favor lo sacara de ahí. Claro que al volverme, desde la Dirección habrán sido notificados y al día siguiente no me dejaron entrar al hogar. Sólo me permitieron hablar por teléfono con él, me dijo que se iba a escapar en un remís, y le pedí paciencia, que no lo haga por una cuestión de seguridad de ambos”.
El relato de Schulze expresa desilusión y una angustia que, dice, se transforma en fuerza para luchar por la adopción de este niño, que ya tiene 10 años.
“Va a cumplir los 11 en febrero, no puede pasar otro cumpleaños en ese hogar, él me dice que me ama, que nosotros somos su familia. Le enseñé muchas cosas, lo eduqué, le di toda la contención posible y él quiere volver. No es justo que siga encerrado en un lugar que no le pertenece, ya pasó por un hogar y vivió el momento más traumático de su vida, no entiendo qué esperan desde la Dirección de la Niñez para devolvérmelo”, concluyó.
D’Anna informó que el caso pasará a manos judiciales, por lo cual se estima que los tiempos serán mucho más largos que los previstos para, en el caso de que esto suceda, el niño pueda reencontrarse con su familia solidaria.