La Justicia y el Ministerio de Educación provincial investigan la supuesta agresión a un chico de once años, nacido en Salta, que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente para extirparle un testículo. Según sus familiares, a raíz de un ataque en el baño de la escuela Brigadier Estanislao López, en Fighiera, mientras estaba tomando agua. El niño dijo haber sido “pateado y golpeado” por otros alumnos “por ser salteño”. Las dudas del caso surgieron a partir del informe médico, ya que desde la dirección del hospital Provincial, donde fue operado, indicaron que el menor no tenía signos de violencia y que la intervención quirúrgica se debió a una “torsión testicular” que nada tuvo que ver con un episodio traumático. La delegada local de la cartera educativa, Marta Díaz, dijo que el hecho será investigado y que complica la situación “la ausencia de testigos”. De todos modos, más allá de si la lesión fue provocada por golpes o no, el caso puso a la luz un caso de acoso y discriminación social cada vez más presente en la sociedad y por por supusto también en las escuelas.
Según se denunció en la Justicia, el hecho se produjo el 16 de mayo pasado cuando el chico estaba tomando agua en la escuela y comenzó a ser agredido desde atrás con golpes, patadas e insultos por otros compañeros. El alumno no contó nada, se fue a su casa, al otro día volvió al colegio y cuando regresó a su vivienda comenzó a sentir fuertes dolores. Los padres lo llevan a un centro asistencial de su localidad y de allí lo derivaron al hospital Provincial de Rosario donde lo operaron ya que padecía una torsión testicular que obligó a extirparle uno de los testículos.
El año pasado se había denunciado un episodio similar con agresiones físicas y verbales que obligó a tomar parte al Ministerio de Educación que decidió la intervención de un gabinete socioeducativo.
La historia cuenta que el chico llegó a Fighiera desde la localidad salteña de Orán hace dos años junto a parte de su familia. En declaraciones a la prensa, el joven contó que a mediados de mayo fue agredido en el baño de la institución educativa. “Salió un chico, me pegó en los testículos y yo me caí al piso porque me dejó sin respiración y empezaron a pegarme”, relató.
Por su parte, Miriam Domínguez, su mamá, contó que su hijo viene siendo víctima de malos tratos desde el año pasado. “No solamente él sino también mi otra hija. Él se cansaba de decirles a las maestras que lo corrían como un perrito. Y cuando yo iba a reclamar por maltrato las maestras decían: «sí porque vino la mamá de fulanito a decir que lo golpean» y después le hacían más burlas y mi hijo lloraba, no paraba de llorar. Todo esto dentro del establecimiento y fuera también”, afirmó.
“Daniel ha recibido patadas que quedaron marcadas en el delantal. Una vez lo agarraron fuera cuando salía de la escuela y yo se lo llevé a la directora y vieron cómo quedó marcada la zapatilla en el delantal. Lo que pasa es que acá todo queda en familia porque las maestras son amigas de las mamás de los niños agresores o son parientes y se quedan todos calladitos, todo guardadito”, continuó la mujer.
“A mi hijo le han dicho «andate a Salta» o «sos un muerto de hambre». Yo estoy trabajando en la comuna y otra gente ha dicho por qué la comuna tiene que dar trabajo a gente de otro lado. Algunos periodistas han saltado por la radio diciendo por qué dan trabajo a gente de otro lado y no a la de la comuna”, añadió.
La abogada de la familia, Natalia Álvarez, los describió como “gente muy sencilla, muy amables y muy educados”. “Los chicos lo tratan mal por ser muy educado, por ser calladito, lo agarraron como se dice de punto. Hay un grupito de varones contra este chico. Aparte es muy religioso, de llevar la Biblia al colegio, por lo que es víctima de golpes, de maltratos”, remarcó.
“Por testimonios de la mamá y la tía del nene y el nene mismo ni las maestras ni la dirección han tomado medidas. Sí el Ministerio de Educación en su momento en el pasado pero esta año no se hizo nada”, explicó.
En respuesta, la delegada regional Marta Díaz subrayó que “la escuela no tiene registro de una pelea o un conflicto”. “Esto es lo que nos manifiesta el personal directivo. No hay ningún testigo. El día del supuesto hecho el chico se retiró de la escuela normalmente y fue normalmente al día siguiente. Recién en el día posterior una tía avisa que está internado. El personal directivo, los docentes, fueron a verlo y estuvieron charlando con los papás. Lo que tenemos que verificar es si estamos ante un hecho de violencia en la escuela o esto se produjo fuera. Tenemos que hablar con las partes lo más rápido posible”, informó.
Por último, el director del hospital Provincial, Pietro Belletich, se abstuvo de confirmar la hipótesis de violencia porque el niño “no presentaba politraumatismos ni heridas”. “El niño ingresó con un cuadro testicular agudo y se le realizaron los estudios correspondientes que determinaron que tenía torsión de testículo. Al quedar sin irrigación sanguínea se produjo la muerte del tejido testicular, motivo por el cual hubo que extirparlo”, concluyó.