El policía detenido este martes por disparar contra un grupo de chicos que buscaban lombrices para pescar en una zanja de barrio Matheu tiene una causa abierta desde el 2015 donde está imputado en libertad por el homicidio del adolescente Jonatan Ojeda y cuenta con dos pases a disponibilidad, uno por golpear a un superior y otro por hechos de violencia en el interior de la fuerza. El uniformado quedó apresado en la subcomisaría 24ª y este viernes fue imputado por amenazas, abuso de armas y su portación en el Centro de Justicia Penal: quedó en preventiva por 30 días.
Este último ataque armado se conoció el martes por la tarde cuando vecinos alertaron al 911 que un policía había disparado contra los tres amigos –uno de ellos menor de edad–, quienes estaban buscando lombrices en Marruecos y bulevar Oroño. Incluso, una de las víctimas resaltó que el proyectil pasó muy cerca de su cabeza. También algunas personas dijeron que el tirador juntó la vaina servida antes de escapar a la carrera.
El uniformado fue detenido a los minutos en su casa, la cual queda en las inmediaciones de donde estaban las víctimas, pero los pesquisas no hallaron el arma de fuego que utilizó.
Este miércoles, el ministro de Seguridad Claudio Brilloni remarcó en diálogo con los periodistas de Nadie es Perfecto en radio Sí 98.9 que esta “conducta delictiva merece todo el reproche social y penal” mientras que contó que el policía, identificado como César Martín Robledo “no estaba fuera de servicio sino en disponibilidad”.
Brilloni agregó que era la segunda vez que había sido apartado de la fuerza. “La primera fue por amenazas e improperios hacia un superior, al punto de tomarlo a golpes. La actual es por otros hechos violencia”, enumeró.
El titular de la cartera de Seguridad santafesina explicó que este uniformado no contaba con la pistola calibre 9 milímetros reglamentaria, ya que “cada vez que se pasa un personal a disponibilidad se le retira el arma”, por lo que los pesquisas deberán determinar qué tipo de pistola usó y dónde está.
La situación procesal del policía se definió este viernes: la fiscal Karina Bartocci le achacó amenazas, además de abuso de arma y su respectiva portación, tras lo cual quedó en prisión preventiva por un mes.
Un policía le disparó a un grupo de chicos que buscaban lombrices para pescar; quedó detenido
Licencia para matar
Robledo también cuenta con una causa abierta desde hace siete años cuando fue imputado por el homicidio agravado por el uso de arma de fuego de Jonatan Ojeda, en barrio Itatí.
El adolescente, de 17 años, fue asesinado de un disparo en el rostro a las 7 de la mañana del 18 de octubre de 2015, en la esquina de su casa de Rodríguez y Garibaldi, a cuatro cuadras de donde fueron atacados los chicos este último martes. Quien gatilló fue Robledo, de entonces 38 años. Estaba de civil. Ese día dijo que persiguió a Jonatan con su auto por cuatro cuadras, luego de que lo alertaran por dos robos en la zona.
Las actuaciones estuvieron a cargo del personal de la comsiaría 15ª y dejaron asentada esta versión en el acta de procedimiento donde también quedó que había sido baleado en medio de un enfrentamiento. Cerca del cuerpo de Jonatan los policías indicaron que encontraron un revólver calibre 32 y entre sus ropas un celular con tapa verde similar al descripto como robado. La madre de Jonatan lo vio morir. Al igual que los vecinos, aseguraron que el celular fue plantado junto con el arma.
El policía, quien cumplía funciones en la subcomisaría 22ª, fue imputado. Siguió en libertad y con su arma reglamentaria, ya que la Fiscalía no solicitó medidas privativas de la libertad. A los meses, los familiares de Jonatan se enteraron que había sido ascendido a jefe de esa dependencia.
En 2017, el entonces fiscal Florentino Malaponte estaba a cargo del expediente y aceptó junto a la jueza Irma Billota que Adriana, la madre de la víctima, fuera querellante para poder iniciar medidas en la investigación sobre la hipótesis de un caso de gatillo fácil. Teoría que sostuvo junto a vecinos desde siempre y donde también remarcaron el hostigamiento previo que sufrió la víctima por parte del policía, quien vivía a pocas cuadras.
La mujer está representada por los abogados de la Asamblea por los Derechos de la Niñez y la Juventud, los cuales sostuvieron que esa noche Jonatan había ido a bailar a un club, luego se reunió con amigos en una casa y cuando volvía solo se encontró con Robledo que lo atacó a tiros desde su Volkswagen Bora pese a que estaba desarmado.
También señalaron que Jonatan sufría el acoso del policía por haber contado con algunos antecedentes penales que lo llevaron a estar un tiempo alojado en Instituto de Recuperación del Adolescente de Rosario (Irar) y luego bajo arresto domiciliario.
Para esa época, familiares y organizaciones sociales habían remarcado que Robledo quedó en libertad a pesar de que contaba con media docena de denuncias previas que iban desde torturas a detenidos, abuso de armas, amenazas hasta lesiones a su esposa por dispararle con el arma reglamentaria en una pierna.
Pasaron siete años, en el medio la causa por la ejecución de Jonatan quedó meses sin fiscal luego de que Florentino Malaponte jurara como juez de primera instancia, y aún la Justicia sigue sin dar respuesta a sus familiares, quienes el martes volvieron a tener a novedades del policía, pero no por esta investigación sino por un nuevo caso de violencia institucional.